La espiral
El asunto de la denominaci¨®n de la lengua regresa de forma asidua a la l¨ªnea de fuego de la pol¨ªtica. Es la mejor prueba de que el Estatuto no resolvi¨® el problema: lo congel¨®. Pero no s¨®lo vuelve a la m¨ªnima oscilaci¨®n de temperatura pol¨ªtica: hay varios tipos con vocaci¨®n de microondas dispuestos a mantener caliente ese drama en el que encuentran sustento e inspiraci¨®n. Incluso la muerte de Xavier Casp es utilizada como le?a sobre ese rescoldo avivado con las traducciones de la Constituci¨®n Europea. Esta espiral absorbente succiona las energ¨ªas de la pol¨ªtica valenciana desde la transici¨®n. Ahora el ¨²ltimo episodio demuestra la ineficacia de la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua, que fue concebida y consensuada como un pararrayos para alejar la controversia del ¨¢mbito pol¨ªtico y descomponerla en una sopor¨ªfera disquisici¨®n acad¨¦mica. Pero ¨¦ste es un instrumento de demolici¨®n electoral tan goloso y efectivo que el PP nunca har¨¢ nada que conduzca a su desactivaci¨®n definitiva. Lo sab¨ªa Eduardo Zaplana cuando Jordi Pujol supedit¨® el apoyo de CiU al PP a esa necesidad, como lo sab¨ªan Francisco Camps y Esteban Gonz¨¢lez Pons, que de entonces a ahora han estado jugando (por decirlo en catal¨¢n para que no se entienda) a la puta i a la Ramoneta, seg¨²n les girase la veleta el inter¨¦s de su partido, que est¨¢ por encima de la sociedad a la que representan desde sus cargos p¨²blicos. A finales de los setenta UCD sac¨® buen provecho de esta disputa que sobreabon¨® por la cuenta que le tra¨ªa. Pero el descr¨¦dito de la pol¨ªtica y los pol¨ªticos valencianos en Madrid, en un momento clave para la talla de los estatutos y las inversiones en infraestructuras que iban a articular el nuevo Estado, fue nefasto para la Comunidad Valenciana, que qued¨® relegada en todos los repartos. Camps y Gonz¨¢lez Pons est¨¢n haciendo un gran servicio al PP d¨¢ndole hilo a la cometa para esterilizar en las urnas a Uni¨®n Valenciana o cualquier grumo tumor¨ªfero alentado por vividores profesionales. Incluso como trinchera contra el PSOE. Pero alimentando este pat¨¦tico enredo, ahora amplificado en los corrillos de las teles como si fuera el paquete de Jesul¨ªn de Ubrique, est¨¢n perjudicando lo que representan. Y quiz¨¢ tambi¨¦n sus propios sentimientos.
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