El viaje de Viktor & Rolf
De artistas conceptuales de la alta costura a empresarios del 'pr¨ºt-¨¤-porter'. Esta pareja de dise?adores holandeses cre¨® en 1997 un perfume sin olor. Hoy son la apuesta del gigante L'Or¨¦al. Una met¨¢fora de una carrera ¨²nica.
El olor. Un perfume sin fragancia en un frasco que no se puede abrir. Tan absurdo producto fue creado en 1997 por Viktor Horsting y Rolf Snoeren, dos j¨®venes dise?adores de moda holandeses. "Viktor & Rolf. El perfume". Cinco palabras escritas en blanco sobre una etiqueta negra pegada a un frasco de cristal que recuerda al de Chanel N? 5. Realizaron exquisitas fotos de promoci¨®n y vendieron una edici¨®n limitada de 200 ejemplares. No hab¨ªan hecho m¨¢s que empezar y ya ten¨ªan su propio (no) perfume. Una invitaci¨®n a la reflexi¨®n sobre la obsesi¨®n por las marcas y una burla a un universo al que aspiraban pertenecer. "Por un lado, fue un comentario ir¨®nico sobre lo que es una fragancia de dise?ador. Pero, por otro lado, era un deseo real de tener un perfume, de ser ese tipo de dise?adores que tienen su propia fragancia", explica Horsting, sentado en un sof¨¢ junto a su socio, en los salones de un elegante hotel de Par¨ªs.
Horsting y Snoeren, nacidos ambos en 1969, son hoy lo que so?aban ser y puede que incluso m¨¢s. La ropa de la marca Viktor & Rolf, para mujer y para hombre, se vende en m¨¢s de 150 tiendas de todo el mundo. Sus 10 a?os de carrera han sido objeto de una ambiciosa exposici¨®n, que pudo verse de noviembre de 2003 a enero de este a?o en el Museo de la Moda de Par¨ªs. Y, como ir¨®nico colof¨®n, est¨¢n a punto de cumplir su deseo de convertirse en "ese tipo de dise?adores que tiene su propia fragancia". Esta vez, real. A principios del a?o que viene, L'Or¨¦al lanzar¨¢, junto con Viktor & Rolf, el perfume Flowerbomb. La primera asociaci¨®n del gigante de la cosm¨¦tica con un dise?ador de moda desde que en 1985 lanzara el perfume de Armani. Pronto se ver¨¢ en las revistas la publicidad del nuevo producto. Una foto de los dos dise?adores trajeados, con un eslogan inevitable: "Porque nosotros lo valemos".
La historia. Viktor Horsting y Rolf Snoeren se conocieron en 1988. Ambos llegaron ese a?o a las aulas del departamento de moda de la Escuela de Bellas Artes de Arnhem, Holanda. "Est¨¢bamos en la misma clase", recuerda Horsting. "A ambos nos gustaba lo que hac¨ªa el otro, y, sin embargo, no empezamos a trabajar juntos hasta despu¨¦s de dejar la escuela".
Horsting y Snoeren hab¨ªan seguido caminos parecidos antes de conocerse. "Los dos nos hemos criado en ciudades peque?as y muy aburridas", cuenta Snoeren. "Sitios en los que no hab¨ªa nada que hacer. En ese contexto, la moda era un mundo de sue?o. Esas pocas fotos que ve¨ªas en las revistas, las im¨¢genes de la moda de Par¨ªs, resultaban enormemente poderosas".
Su primera colaboraci¨®n profesional lleg¨® cuando, nada m¨¢s licenciarse, se pusieron a trabajar en una colecci¨®n conjunta. En 1993 la presentaron a un concurso de j¨®venes talentos en Hy¨¨res, en la Costa Azul francesa, y ganaron los tres premios principales. Prendas deformadas, superposiciones, medidas desproporcionadas. Todo con un aire antiguo y sombr¨ªo, presentado por modelos con los ojos vendados, y con una perfecci¨®n t¨¦cnica propia de la alta costura. "Fue una colecci¨®n muy extrema", recuerda Snoeren. "Hab¨ªa muy buenas ideas all¨ª". El nombre de Viktor & Rolf empezaba a sonar en los c¨ªrculos especializados. Ten¨ªan 23 a?os.
El juego. Siempre en la frontera entre el mundo de la moda y el del arte, la pareja de dise?adores se ha dedicado desde sus inicios a construir su propia leyenda. Presentan sus colecciones en espect¨¢culos h¨ªbridos entre el desfile de moda y la performance. Como el que sirvi¨® para lanzar su colecci¨®n de oto?o-invierno de 1999. Hab¨ªa una sola modelo que, como una mu?eca rusa, permanec¨ªa quieta mientras los propios Horsting y Snoeren le pon¨ªan y quitaban las prendas de la colecci¨®n. Quer¨ªan incidir en la esencia de la alta costura: la exclusividad. Y qu¨¦ hay m¨¢s exclusivo que toda una colecci¨®n hecha para vestir a una sola persona. Son una especie de artistas conceptuales en el mundo de la moda. "Venimos de un pa¨ªs que no tiene una cultura de la moda", explica Horsting. "As¨ª que tuvimos que inventar todo nosotros. No hab¨ªa ejemplos que seguir".
Horsting y Snoeren hac¨ªan ropa, de acuerdo. Pero nadie la llevaba. No ten¨ªan otros clientes que los museos. Como el de Groningen, en Holanda, que les daba un soporte financiero a cambio de cuatro o cinco piezas de cada colecci¨®n. Sus creaciones han aparecido en m¨¢s de 30 exposiciones art¨ªsticas por todo el mundo. En total suman muchas m¨¢s exposiciones que desfiles. Entonces, ?hacen prendas de ropa o esculturas? "Produzcamos lo que produzcamos, siempre consideramos que es moda", dice Horsting. "Al principio necesit¨¢bamos hacer cosas que no fueran ropa, para poder dar dos pasos atr¨¢s y mirar el mundo de la moda desde ah¨ª. Pero cada vez nos enfocamos m¨¢s a lo que es realmente la moda. Cada vez somos m¨¢s parte de ella".
Y es que la historia de Viktor & Rolf ha sido, hasta la fecha, una evoluci¨®n desde lo conceptual hacia lo comercial. "Quer¨ªamos empezar desde la cima de la moda", reconoce Horsting. "Por eso hicimos alta costura al principio. Eso s¨ª fue una decisi¨®n consciente. Pero no todo estaba planeado. Lo que s¨ª es cierto es que ten¨ªamos mucha ambici¨®n". Su carrera no ha seguido el patr¨®n habitual. De la alta costura pasaron a presentar, en el a?o 2000, con una imagen de marca ya creada, su primera colecci¨®n de pr¨ºt-¨¤-porter. Una mirada ir¨®nica a la ropa de calle estadounidense, a base de prendas llamativamente estampadas con barras y estrellas. A aquella primera colecci¨®n de pr¨ºt-¨¤-porter le sigui¨® otra, en 2001, en la que todo, desde la ropa hasta la cara de las modelos, era de color negro. Y al a?o siguiente, lo opuesto: un desfile donde todo era blanco. "Actuamos a modo de acci¨®n-reacci¨®n", dice Snoeren. "Hacemos algo y despu¨¦s vamos en la direcci¨®n opuesta".
En sus colecciones de pr¨ºt-¨¤-porter hacen ropa m¨¢s comercial, pero en absoluto convencional. "Con la alta costura no ten¨ªamos m¨¢s clientela que los museos", dice Snoeren. "Pero ahora hay clientes. Somos m¨¢s conscientes de que estamos vistiendo a mujeres y hombres con nuestra ropa. El enfoque es el mismo, pero la situaci¨®n es mucho m¨¢s viva".
La forma de trabajar de Viktor & Rolf, dicen, no contempla la divisi¨®n de tareas. "Desde la primera idea creativa hasta la ¨²ltima decisi¨®n empresarial, todo lo hacemos conjuntamente", asegura Snoeren. Y todo lo construyen a partir de un concepto. "Normalmente una colecci¨®n empieza con una idea, que a menudo es una reacci¨®n a lo ¨²ltimo que hayamos hecho", explica Horsting. "Suele ser un sentimiento muy abstracto, algo muy personal. Una vez tenemos la idea, pensamos el show. C¨®mo contarlo, c¨®mo presentarlo. Y despu¨¦s nos ponemos a dise?ar. Pero s¨®lo una vez que ya tenemos el mensaje y la forma de comunicarlo".
La comunicaci¨®n. Comunicar es algo as¨ª como una obsesi¨®n para Viktor & Rolf. "Nuestra ambici¨®n es llegar al p¨²blico m¨¢s amplio que podamos", dice Snoeren. En ese sentido, la repercusi¨®n de su obra en los medios de comunicaci¨®n es, para ellos, un asunto crucial. Un ejemplo: el cat¨¢logo de la exposici¨®n en Par¨ªs sobre sus 10 primeros a?os de carrera era una revista ficticia hecha a base de art¨ªculos sobre ellos publicados en revistas de todo el mundo. "Coleccionamos nuestros recortes de prensa", reconoce Horsting. "Son como trofeos y, al mismo tiempo, pruebas de que lo que hacemos existe. Incluimos recortes de todo tipo. Buenos, malos, feos, bonitos. Eso no importa. Todos juntos representan la imagen de Viktor & Rolf".
Una imagen que dejaron bien alta con su ¨²ltimo espect¨¢culo, el mes pasado en Par¨ªs. Presentaban su nueva colecci¨®n y, de paso, su perfume. Veinticinco modelos vestidas de riguroso negro con el rostro cubierto por cascos de motorista. Cada una se iba colocando, despu¨¦s de desfilar, en un estrado situado al fondo de la pasarela. Cuando las 25 han hecho sus salidas, se apagan las luces. El estrado gira sobre su propio eje, desaparecen las modelos de negro y son reemplazadas por otras 25, esta vez vestidas con todas las variaciones del rosa. La m¨²sica festiva repite un eslogan: "Flowerbomb". Bomba de flores. El perfume de Viktor & Rolf. Una pareja de dise?adores de esos que tienen su propia fragancia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.