Fado vital
El fado es amor y puede ser alegre, melanc¨®lico y hasta tr¨¢gico. Aunque record¨® uno de los t¨ªtulos m¨¢s tristes que conoce, Mafalda Arnauth cant¨® el viernes, en su actuaci¨®n dentro de la Mostra Portuguesa, un fado de luces m¨¢s que de sombras. El que trajo (Mariquinhas, Pode l¨¢ ser, Bendito fado...) es animoso y optimista. Como ese fado pechincha lisboeta, nacido en el barrio de la Mouraria y en las callejuelas que llevan al Tajo. El que pueden corear los parroquianos y con el que logr¨® arrancar algunas palmadas.
En el fado siempre hay un tiempo para los m¨²sicos: variaci¨®n instrumental, descanso del artista -que aprovecha para trocar de vestido- o, como dijo ella, magia. Los que la acompa?an ahora no son los que grabaron el disco Encantamento. Muy pendientes de la solidez r¨ªtmica, reservaron los matices para el momento en que se quedaron solos. Con pasajes que evidenciaban los v¨ªnculos entre el fado y otras m¨²sicas de la Pen¨ªnsula y el Mediterr¨¢neo.
Mafalda Arnauth
Mafalda Arnauth (voz), Paulo Parreira (guitarra portuguesa), Diogo Clemente (guitarra espa?ola) y Marino Freitas (guitarra bajo). Auditorio Conde Duque. Madrid, 12 de noviembre.
Mafalda Arnauth cant¨® As fontes, un poema de Sophia de Mello Breyner que habla del descubrimiento del propio ser. Y lo cant¨® con un sentimiento muy especial. A sus 30 a?os reci¨¦n cumplidos, es una de las grandes voces femeninas del fado actual.
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