La muerte de Arafat

Arafat ha muerto y ha sido enterrado. Y con ¨¦l han muerto y han sido enterradas las esperanzas e ilusiones de todo el pueblo palestino. Esto, que muchos pueden calificar de falso, pesimista, o carente de sentido y de rigor, se ver¨¢ c¨®mo, con el paso del tiempo, va tomando forma.

Nadie en el mundo ha hecho tanto y ha logrado tanto por el pueblo palestino como el fallecido l¨ªder. Y aunque muchos han intentado denodadamente desprestigiarle, demonizarle e incluso, como en el caso de Israel, enterrarle en vida, la figura de Arafat ha representado mucho m¨¢s que esta sencilla simplificaci¨®n. Arafat ha levantado a todo un pueblo y ha logrado que algunas veces hasta la comunidad internacional le haya tenido que dar, muy a su pesar, la raz¨®n en sus demandas, aunque luego, a causa de la frontal y total oposici¨®n israel¨ª y la de Estados Unidos, de nada haya servido a su causa: tienes la raz¨®n, pero nosotros tenemos el poder y las armas para impedir que la raz¨®n y la verdad triunfen.

Palestina, tras la muerte del l¨ªder, est¨¢ condenada, y prueba de ello es que Israel celebra su muerte, Estados Unidos respira mejor tras la desaparici¨®n de "un problema", y Europa "espera" a ver qu¨¦ sucede ahora. Si alguien espera que la ausencia de Arafat sea una esperanza de soluci¨®n del problema palestino-israel¨ª, est¨¢ muy enga?ado. Sharon tiene ahora m¨¢s v¨ªa libre para hacer lo que le apetezca, ya que la voz y la oposici¨®n de Arafat han dejado de ser "un incordio". Repito: al tiempo me remito.