El oscuro proceso judicial contra Sendero Luminoso
El juicio, suspendido dos veces, encara hoy un tercer intento con duras cr¨ªticas al tribunal
Per¨² encara hoy el tercer intento de comenzar el juicio a Abimael Guzm¨¢n, m¨¢ximo l¨ªder de la organizaci¨®n mao¨ªsta Sendero Luminoso bajo el t¨ªtulo de presidente Gonzalo, y a otros 16 cabecillas, despu¨¦s de que el Tribunal Constitucional declarara en enero de 2003 la nulidad de los juicios por traici¨®n a la patria llevados a cabo por tribunales militares sin rostro que no reun¨ªan las m¨ªnimas garant¨ªas. Desde los incidentes en la primera audiencia del 5 de noviembre, con actitudes desafiantes por parte de los procesados, el presidente del tribunal, Dante Terrel, se ha convertido en el protagonista principal del juicio.
El encargado de juzgar al patr¨®n senderista est¨¢ en la picota. Muchos de sus compa?eros, dirigentes pol¨ªticos y periodistas exigen que deje el caso. Le acusan de no haber sido capaz de acallar a Guzm¨¢n y a sus compinches cuando empezaron a proferir vivas al "marxismo-leninismo-mao¨ªsmo" y a "los h¨¦roes de la guerra popular", y le echan en cara su pasado. Los medios de comunicaci¨®n peruanos se han hartado las ¨²ltimas semanas de acusar al juez Terrel de haber defendido hace a?os "a terroristas". Nadie ha proporcionado detalles de la acusaci¨®n, que ¨¦l ni ha negado ni ha reconocido. Fuentes judiciales de solvencia aseguran que Terrel defendi¨® a algunos acusados de terrorismo, pero como abogado de oficio. En ning¨²n caso asumi¨® la defensa voluntaria de dirigentes de Sendero Luminoso, a?aden las mismas fuentes.
La campa?a contra el juez ha sido tan intensa que Toledo le ha pedido que se inhiba
La campa?a contra Terrel ha sido de tal intensidad -hasta el presidente de la Rep¨²blica, Alejandro Toledo, ha pedido al juez que se inhiba del caso-, que pocos creen que el magistrado sea capaz de aguantar el chaparr¨®n. Sus dos compa?eros de tribunal, Carlos Manrique y Jos¨¦ Vinatea, est¨¢n cerca de tirar la toalla. Si el juez Terrel acaba por ceder a la presi¨®n, se conformar¨¢ una nueva Sala para juzgar a Guzm¨¢n y compa?¨ªa. Seg¨²n la opini¨®n dominante, ser¨¢ la mejor soluci¨®n para que se celebre un juicio en condiciones.
Diego Gac¨ªa Say¨¢n, ex ministro de Justicia y actualmente integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, estima que el presidente del tribunal ten¨ªa una "limitada preparaci¨®n" para conducir un proceso de alta complejidad, porque no fue capaz de prever lo que pod¨ªa ocurrir.
El ex ministro reprocha al Gobierno no haber seguido de cerca el proceso, a trav¨¦s del procurador p¨²blico que representa al Estado en el juicio. "Aparentemente, se durmi¨® en este tema. Hubo una completa inacci¨®n por parte del poder Ejecutivo cuando hab¨ªa un cuestionamiento al presidente de la Sala", se?ala Garc¨ªa Say¨¢n.
Las voces que se escuchan estos d¨ªas en Per¨² no invitan precisamente al optimismo. Los avances en materia judicial y de respeto a los derechos humanos est¨¢n en peligro. En una solemne declaraci¨®n a la naci¨®n, el presidente Toledo pidi¨® juicios sumar¨ªsimos y cadena perpetua para los dirigentes senderistas, usurpando funciones que no corresponden al jefe del Estado. Un ruidoso coro de comentaristas y alg¨²n que otro embajador agitan con insistencia la amenaza del terrorismo, como si en Per¨² estuviera en condiciones de tomar el poder. No faltan quienes preferir¨ªan dar por buenos los juicios-farsa de la ¨¦poca fujimorista y quedar¨ªan encantados con una ruptura con los organismos interamericanos de derechos humanos para no tener que rendir cuentas a nadie. "Ha habido que hacer nuevos juicios porque lo que se hizo en la d¨¦cada de los noventa no pod¨ªa ser sostenido en una sociedad democr¨¢tica", se?ala Garc¨ªa-Say¨¢n.
La poblaci¨®n est¨¢ tremendamente sensibilizada por los 20 a?os de violencia que causaron m¨¢s de 69.000 muertos y Sendero Luminoso es para muchos peruanos sin¨®nimo de destrucci¨®n y terror. La organizaci¨®n fue aniquilada por el r¨¦gimen de Alberto Fujimori (pr¨®fugo en Jap¨®n) y Vladimiro Montesinos (preso en la misma c¨¢rcel que Abimael Guzm¨¢n), y los servicios de seguridad reconocen que los grupos residuales que act¨²an en zonas aisladas de Per¨² no suponen ninguna amenaza real ni act¨²an a las ¨®rdenes de los dirigentes encarcelados.
Despu¨¦s de los incidentes en la primera audiencia del juicio el r¨¦gimen penitenciario de los presos senderistas se ha endurecido. Los reclusos est¨¢n incomunicados, no tienen contacto directo con quienes les visitan sino a trav¨¦s del locutorio y no pueden recibir llamadas telef¨®nicas. La tensi¨®n ha vuelto a las c¨¢rceles, donde la protesta puede estallar en cualquier momento. S¨®lo falta que el veterano l¨ªder senderista d¨¦ la orden para que la inmensa mayor¨ªa de reclusos de Sendero Luminoso inicien una nueva huelga de hambre, seg¨²n ha detectado en sus visitas a las c¨¢rceles la monja espa?ola Isabel Coll, que trabaja en una ONG que atiende a los reclusos condenados por terrorismo. "Creen que la gente les quiere y no comprenden cu¨¢n odiados son por el pueblo peruano. Pero s¨®lo tienen contacto con quienes les visitamos en la c¨¢rcel, que de alguna manera sentimos compasi¨®n hacia ellos", dice la religiosa.
M¨¢s all¨¢ de la valoraci¨®n que pueda hacerse de las acciones violentas de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), y de considerar o no terroristas a dichas organizaciones, el origen pol¨ªtico del conflicto armado que ensangrent¨® Per¨² entre los a?os 1980 y 2000 ha sido establecido por entidades de prestigio como la Comisi¨®n de la Verdad y Reconciliaci¨®n (CVR). "Fue el episodio de violencia m¨¢s intenso, m¨¢s extenso y m¨¢s prolongado de toda la historia de la Rep¨²blica. Asimismo, fue un conflicto que revel¨® brechas y desencuentros profundos y dolorosos en la sociedad peruana", constata la CVR.
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