La mujer m¨¢s poderosa del mundo
Condoleezza Rice es una de las personas de mayor cercan¨ªa y lealtad al presidente Bush
Condoleezza Rice tiene fama de mujer dura, y lo es, pero la futura secretaria de Estado de EE UU -y, por tanto, la mujer con mayor poder e influencia dentro de la comunidad internacional- no pudo evitar que los ojos se le llenaran de l¨¢grimas ayer, al escuchar a su amigo y presidente, George W. Bush, hablar del orgullo que sentir¨ªan sus padres, ambos fallecidos, "al ver a su hija elegida para ocupar el puesto que primero desempe?¨® Thomas Jefferson. (...) Algo me dice que no estar¨ªan sorprendidos", dijo el presidente, que justific¨® el nombramiento con estas palabras. "El pa¨ªs la necesita".
Que EE UU necesite a Rice -mano de hierro en guante de seda- puede discutirse; que para el presidente es vital no hay duda. Entre las bromas cl¨¢sicas de Bush est¨¢ la afirmaci¨®n de que aparte de Laura, su mujer, la primera persona con la que habla por la ma?ana y la ¨²ltima con la que comenta algo por la noche es Condi, como es tratada por todos los que la conocen. La segunda mujer al frente del Departamento de Estado -Madeleine Albright fue la primera, con Clinton- y la primera negra que dirige la diplomacia estadounidense, Rice, cumplir¨¢ una misi¨®n b¨¢sica: ejecutar sin fisuras la pol¨ªtica exterior de Bush, lo que no era posible con Colin Powell; no por su lealtad, que siempre estuvo por encima de sus opiniones, sino porque ten¨ªa opiniones no siempre coincidentes con las de la Casa Blanca.
La nueva secretaria de Estado no har¨¢ nada que no est¨¦ dentro de los planes del presidente
Desde el prestigioso centro acad¨¦mico de Stanford, Rice pas¨® al Consejo de Seguridad Nacional de Bush padre como especialista en la URSS. Por eso conoci¨®, en 1995, a George W. Bush. Su primera conversaci¨®n fue sobre f¨²tbol americano, pero el presidente capt¨® inmediatamente la capacidad de Rice y la fich¨® como asesora de pol¨ªtica exterior para su campa?a electoral. Tras la victoria desempe?¨® ese mismo puesto en el Gobierno, al frente del Consejo de Seguridad Nacional, y "se convirti¨® adem¨¢s en un elemento permanente del n¨²cleo duro presidencial", escribe Bob Woodward en Bush en guerra. El periodista a?ade que no se trat¨® solamente de una relaci¨®n pol¨ªtica: "El presidente y la primera dama se convirtieron, de alguna forma, en su familia".
Uno de sus asesores, que ha trabajado con ella el ¨²ltimo a?o y medio, dijo a EL PA?S que Condoleezza Rice "es muy capaz, muy inteligente, pero al tiempo muy humilde, muy poco egoc¨¦ntrica". "Es una excelente jefa, que reconoce lo que su equipo contribuye a las tareas y que lo agradece personalmente. Y es lista como una centella". Rice, adem¨¢s de interpretar bien a Bush, ha sido durante su primer mandato la intermediaria en las tensiones entre Donald Rumsfeld y Colin Powell.
De ese puesto, Condoleezza Rice pasa a garantizar la ejecuci¨®n de la visi¨®n de Bush para el mundo. La nueva secretaria de Estado no har¨¢ nada que no est¨¦ dentro de los planes del presidente. Su colaborador lo confirma: "S¨ª, es absolutamente leal al presidente y sus pol¨ªticas, y por lo tanto, desde el punto de vista de un presidente que tiene por delante muchas cosas que hacer -y que rehacer- en pol¨ªtica exterior, es la mejor selecci¨®n posible". Adem¨¢s, a?ade, "da muy bien en televisi¨®n y le gusta, y eso, adem¨¢s de su talento y de su experiencia, es muy importante para visualizar la pol¨ªtica exterior de un Gobierno". Bush no es ajeno a esa cualidad, y ayer dijo: "El Departamento de Estado es el rostro de Am¨¦rica ante el mundo, y en Rice el mundo ver¨¢ la fuerza, la gracia y la decencia de nuestro pa¨ªs".
Otros no est¨¢n tan seguros y temen que la dureza pol¨ªtica de Rice, combinada con su apasionada lealtad, no sean las mejores herramientas para reconstruir la maltrecha diplomacia de EE UU despu¨¦s de la crisis de Irak. "No es que no me guste, es que no s¨¦ si es la mejor persona para el puesto", dijo ayer a la CNN Lawrence Eagleburger, que fue secretario de Estado con Bush padre.
Condoleezza Rice, que cumpli¨® 50 a?os el pasado domingo, naci¨® en una Alabama a¨²n segregada, en el seno de una familia de clase media en la que fue educada para que luchara y triunfara en lo que se propusiese. Su padre, un ministro de la iglesia presbiteriana, era asesor escolar durante la semana y ejerc¨ªa sus obligaciones religiosas los domingos, y su madre era profesora de m¨²sica. De ah¨ª el nombre que eligi¨® para su ¨²nica hija (tocar con dolcezza, con dulzura) y su temprana educaci¨®n musical, que empez¨® a los tres a?os y que hizo de ella una consumada pianista. Tampoc¨® descuid¨® la educaci¨®n f¨ªsica, y se convirti¨® en una campeona de patinaje sobre hielo. Se gradu¨® en Ciencias Pol¨ªticas a los 19 a?os e hizo el doctorado en 1981. Escribi¨® varios libros y se especializ¨® en la URSS y Europa del Este, para lo que aprendi¨® el ruso, que habla con fluidez. Y, en uno de esos c¨ªrculos que tiene la historia, el profesor que fue clave en la orientaci¨®n profesional de la nueva secretaria de Estado no fue otro que Josef Korbel, padre de Madeleine Albright.
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