La Zona Franca de C¨¢diz gast¨® 6,8 millones en una red inform¨¢tica de comercio que no existe

La Zona Franca de C¨¢diz firm¨® a finales de 2000 y principios de 2001 contratos con dos empresas -una de ellas con sede en Miami- para crear una red inform¨¢tica de comercio exterior que impulsara negocios internacionales del recinto fiscal gaditano que "nunca se desarroll¨® y que hoy a¨²n no existe", seg¨²n informan t¨¦cnicos de este organismo. La Red Iberoamericana de Log¨ªstica y Comercio (Rilco) -sociedad de la Zona Franca- gast¨® 6,8 millones de euros por los trabajos de este proyecto "de dudosa utilidad y sin claro uso", a juicio de los citados t¨¦cnicos del organismo fiscal gaditano.

Dos informes t¨¦cnicos que obran en poder de la Zona Franca denuncian adem¨¢s que las empresas adjudicatarias -Miami Free Zone y Telvent (filial de Abengoa)- incumplieron numerosos preceptos del pliego de condiciones. Sin embargo, estas deficiencias no fueron obst¨¢culo para que el ex delegado de la Zona Franca Manuel Rodr¨ªguez de Castro, del PP, les adjudicase estos contratos millonarios.

Este alto cargo -vinculado pol¨ªticamente a Te¨®fila Mart¨ªnez que fue quien le trajo a la Zona Franca de C¨¢diz- se vio obligado a dimitir en febrero de 2001 presionado ante las numerosas denuncias de irregularidades en su gesti¨®n que fueron confirmadas el pasado mes de marzo por el Tribunal de Cuentas del Estado. La Fiscal¨ªa de este ¨®rgano le investiga por varios posibles delitos contables al gastar 600.000 euros que no ha llegado a justificar.

Rodr¨ªguez de Castro firm¨® el 29 de enero de 2000 un contrato de 4.237.135 euros con Miami Free Zone Management Services Corporation. El 16 de febrero, tres d¨ªas antes de presentar su dimisi¨®n, firm¨® otro contrato por los mismos servicios con la empresa Telvent Iteractiva por un montante de 2.566.825 euros. Los dos contratos suman 6,8 millones de euros y ten¨ªan por objeto "crear una red inform¨¢tica de comercio exterior para impulsar negocios y operaciones con otros pa¨ªses". Entre los equipamientos y materiales que deb¨ªa recibir est¨¢ un portal inform¨¢tico, un hardware, un software y un sistema de comercio electr¨®nico transnacional.

Sin embargo, la direcci¨®n de la Zona Franca ha asegurado a este peri¨®dico que Rilco no dispone de ninguna red inform¨¢tica de comercio y que no ha cerrado ninguna operaci¨®n econ¨®mica de las mencionadas en el pliego de condiciones. Esta filial de la Zona Franca tan s¨®lo cuenta entre los activos recibidos con un portal de Internet -que apenas tiene valor-, algunos ordenadores, programas y "otras herramientas" inform¨¢ticas que "en ning¨²n caso" permiten crear una red inform¨¢tica. Estos materiales son, seg¨²n la Zona Franca, de "complicada cuantificaci¨®n" aunque "en ninguno de los c¨¢lculos" se acercar¨¢ a los 6,8 millones de euros desembolsados.

Adem¨¢s, dos informes cuestionan la forma que se emple¨® para contratar estas empresas y los servicios que finalmente prestaron. En especial, la adjudicaci¨®n a Miami Free Zone incumple numerosos puntos del pliego de condiciones. La direcci¨®n de esta sociedad no present¨® el preceptivo certificado sobre esta empresa de la Embajada de Espa?a. Tampoco aport¨® referencias sobre su solvencia t¨¦cnica, profesional y econ¨®mica, como denuncia un informe "contundente" sobre este contrato en poder de la Zona Franca. A?ade este documento que no hubo recepci¨®n f¨ªsica de la oferta, sino por correo electr¨®nico, cinco d¨ªas antes de que expirase el plazo del concurso p¨²blico. Miami Free Zona tampoco desglos¨® en su oferta datos econ¨®micos ni el personal que iba a destinar al negocio. Sorprende adem¨¢s que un contrato de esta elevada cuant¨ªa (4,2 millones de euros) se adjudicase a una empresa que es una sociedad limitada con un capital social de s¨®lo 1.000 d¨®lares. Todos estos supuestos impedimentos no impidieron a Rodr¨ªguez de Castro firmar estos contratos millonarios que est¨¢n redactados tan s¨®lo en dos folios cada uno y con apenas cl¨¢usulas.

El segundo de los informes advierte de que algunos programas inform¨¢ticos recibidos por estos contratos pueden no ser nuevos, cuando una de las condiciones era que los servicios que se prestaran a Rilco deb¨ªan ser exclusivamente para el uso de esta sociedad. Los t¨¦cnicos de la Zona Franca dudan adem¨¢s de la "autenticidad" del material que estaban recibiendo porque constataron que los programas inform¨¢ticos "pod¨ªan haber sido utilizados por otras empresas".

Los primeros pagos a estas dos empresas por 1,65 millones (EL PA?S, 16 de noviembre) los firm¨® Rodr¨ªguez de Castro despu¨¦s de cesar en el cargo. El resto de pagos se hizo con Miguel Osuna, tambi¨¦n del PP, como nuevo delegado de la Zona Franca.