?Revoluci¨®n conservadora en los Estados Unidos?
No discutir¨¦ si Bush es un solemne idiota, como piensa mucha gente. Puede que lo sea, y ciertamente no es mi presidente favorito, pero tambi¨¦n pens¨¢bamos lo mismo de Reagan y hoy sabemos que est¨¢bamos equivocados, como muchos pensaron que Stalin, Castro o Jomeini eran unos salvadores, y tambi¨¦n se equivocaron. Pero, ?deduciremos ahora que tambi¨¦n los americanos son unos solemnes idiotas por haberlo votado? Pues s¨ª, eso es lo que acaba de anunciar, por ejemplo, el Daily Mirror, que hay 59 millones de idiotas en EE UU. Al parecer lo que ha ocurrido en Estados Unidos es que ha triunfado una revoluci¨®n neoconservadora movilizada por los evangelistas y los cristianos renacidos que llevan al pa¨ªs camino del fascismo o casi. Antes ten¨ªamos a Bush contra el mundo; ahora encontramos el nuevo mito de las dos Am¨¦ricas, la liberal, laica, culta, urbana, proeuropea y dem¨®crata, y la conservadora, ignorante, rural, fan¨¢ticamente religiosa y agresivamente antieuropea. Seg¨²n algunos, una Am¨¦rica moderna y otra posmoderna, o bien una que es de Marte y otra de Venus. Y, por supuesto, ambas Am¨¦ricas est¨¢n polarizadas y enfrentadas como pueden estarlo Michael Moore y Rumsfeld. ?Es esto as¨ª?
No lo parece. Para comenzar, ha votado algo menos del 60% de los electores, lo que no parece muy acorde con una situaci¨®n de "guerra de culturas". Pero, sobre todo, Bush ha ganado por poco m¨¢s de 100.000 votos del Estado de Ohio, es decir, por poco menos del 0,1% del total de sufragios emitidos. Y es evidente que si Kerry hubiera ganado en Ohio, lo que estuvo a punto de ocurrir, los medios de comunicaci¨®n nos estar¨ªan bombardeando ahora con la noticia de que la revoluci¨®n conservadora de Bush hab¨ªa sufrido un rotundo fracaso. Al parecer, un rid¨ªculo 0,1% de votos emitidos separa el "rotundo triunfo" del "brutal fracaso" de los neocon. Es cierto que Bush le ha sacado m¨¢s de tres millones de votos populares a Kerry, pero eso es poco m¨¢s de dos puntos de ventaja sobre electores, ?y poco m¨¢s de un punto y medio sobre el censo de 200 millones! De hecho, Bush es el presidente reelecto que lo ha hecho con menor margen desde la reelecci¨®n de Wilson en 1916. En resumen, Bush ha ganado, s¨ª, pero lo ha hecho por los pelos y los Estados Unidos est¨¢n casi igual de divididos que hace cuatro a?os cuando perdi¨® Gore en Florida. Es m¨¢s, uno de los problemas a los que se enfrenta Bush es que, tras cuatro a?os de mandato, no ha conseguido convencer a casi nadie que no lo estuviera ya y gobierna sobre una sociedad dividida.
?Cu¨¢nto de dividida? Bastante, pero no lo suficiente como para que hablemos de polarizaci¨®n y menos de confrontaci¨®n, y si examinamos los datos de conducta electoral encontramos resultados sorprendentes para el nuevo estereotipo.
As¨ª, se asegura que la l¨ªnea divisoria ha sido el nuevo conservadurismo y los "valores morales", la "guerra de culturas". Cierto, esa cuesti¨®n era prioritaria para el 22% de los electores y, de ellos, el 80% ha votado a Bush. Pero conviene seguir leyendo la lista de temas prioritarios, pues el segundo, esta vez para el 20% de los electores (una diferencia, pues, de s¨®lo dos puntos, dentro del margen de error), ha sido la econom¨ªa y el empleo, y el 80% de ellos ha votado a Kerry. As¨ª pues, cu¨¢l es el tema de fractura, ?los valores morales o la econom¨ªa? Evidentemente, los dos. Pero, cuidado, los dos para el 20% del electorado, que a su vez es algo menos del 60% del censo. Es decir, los valores morales (o la econom¨ªa) son prioritarios para el 12% de los americanos, un porcentaje que llama poco la atenci¨®n.
Es m¨¢s, si examinamos los datos desagregados encontramos nuevas sorpresas que no se ajustan al estereotipo. Por supuesto, los liberales han votado a Kerry y los conservadores a Bush; nada nuevo en ello. Cierto tambi¨¦n, los m¨¢s pobres han votado a Kerry y los m¨¢s ricos han votado a Bush; tampoco nada nuevo, aunque s¨ª lo es que el 40% de los pobres vot¨® por el conservador Bush, y el 40% de los ricos vot¨® por el liberal Kerry. Pero lo que m¨¢s sorprende es que ni la edad, ni la educaci¨®n, ni la religiosidad, ni la regi¨®n, ni siquiera el contraste campo-ciudad o la raza, han sido definitivos.
Veamos algunos datos. El 44% de los latinos o de los asi¨¢ticos ha votado por Bush, como tambi¨¦n el 45% de los j¨®venes, el 50% de los licenciados universitarios y el 46% de los nuevos votantes. Por regiones, Bush sac¨® el 49% de la "liberal" Costa Oeste y el 43% del noroeste, y Kerry, el 42% del "conservador" voto sure?o. Y en las peque?as ciudades, Kerry sac¨® un 48%, mientras que en las muy grandes, Bush obtuvo un 40%. Y si nos fijamos en la religi¨®n, el 40% de los que acuden a la iglesia semanalmente han votado por Kerry, no por Bush, as¨ª como el 53% de quienes acuden ocasionalmente. Kerry ha sacado el 47% del voto de los cat¨®licos, el 40% de los protestantes, el 74% de los jud¨ªos y el 70% de los restantes grupos religiosos. ?Es ¨¦sta la Am¨¦rica dividida en dos bloques enfrentados por las creencias religiosas y polarizada? No lo parece ciertamente, pues Bush y Kerry, ambos, han obtenido buenos resultados en pr¨¢cticamente todas las categor¨ªas usuales.
?Qu¨¦ ha dividido entonces a la opini¨®n p¨²blica dando la victoria a Bush? Lo que ha dividido a la opini¨®n p¨²blica han sido, por supuesto, los temas centrales de la campa?a: el terrorismo e Irak, temas prioritarios para el 19% y el 15% de los votantes, respectivamente. As¨ª, el 44% de los americanos cree que la guerra de Irak va bien, y de ellos, el 90% ha votado por Bush. Y el restante 52% cree que la guerra va mal, y de ellos el 82% ha votado por Kerry. Aqu¨ª s¨ª hay una l¨ªnea de divisi¨®n rotunda. Como tambi¨¦n la hay en la lucha contra el terrorismo. El 54% de los americanos cree que Estados Unidos est¨¢ hoy m¨¢s seguro frente al terrorismo que hace cuatro a?os, y de ellos, el 80% ha votado por Bush. El otro 41% cree que Am¨¦rica est¨¢ hoy menos segura frente al terrorismo, y de ellos el 85% ha votado por Kerry. Lo que ha determinado el resultado de estas elecciones es, pues, lo mismo que divide a Europa de Estados Unidos: Irak y la "guerra" contra el terrorismo. S¨®lo que all¨ª la posici¨®n que es mayoritaria en Europa ha perdido. Pero, cuidado, ha perdido por los pelos.
?Dos Am¨¦ricas? S¨ª, como ocurre siempre en toda elecci¨®n, una que ha apoyado a Bush en Irak y la lucha contra el terrorismo y ha respaldado su pol¨ªtica, y otra que no lo hace y ha apoyado a Kerry. Pero no dos Am¨¦ricas polarizadas, pues no lo est¨¢n, y menos a¨²n dos Am¨¦ricas enfrentadas. De modo que, ?por qu¨¦ ha perdido Kerry? La respuesta la da Andrei Cherny, consejero de Kerry: "Lo que quer¨ªan saber (los ciudadanos) es c¨®mo ve¨ªa Kerry el mundo. Y nunca se lo dijimos". "Lo que no tenemos, y m¨¢s necesitamos", contin¨²a Cherny, "es lo que George W. Bush tan popularmente ridiculiz¨® como 'el asunto de la visi¨®n', un punto de vista internacional cuyo argumento tem¨¢tico es hacia d¨®nde se dirige EE UU y ad¨®nde queremos llevar el pa¨ªs". Kerry ha perdido porque los dem¨®cratas, ni durante la campa?a ni antes, ofrecieron alternativa alguna cre¨ªble a la pol¨ªtica de Bush.
No pretendo decir, por supuesto, que la religi¨®n carece de relevancia en EE UU. Lo contrario es, sin duda, lo cierto. Pero no es nada nuevo y, sobre todo, no debe magnificarse, pues el papel de la religi¨®n en la cultura c¨ªvica de los EE UU ha sido siempre algo peculiar. En el cl¨¢sico y excelente libro La democracia en Am¨¦rica, publicado en 1835, Alexis de Tocqueville se?alaba ya que "los americanos combinan tan ¨ªntimamente en sus esp¨ªritus las nociones de cristianismo y libertad que es imposible para ellos concebir la una sin la otra". Y a?ad¨ªa: "En Francia he visto casi siempre c¨®mo el esp¨ªritu de la religi¨®n y el de la libertad caminan por sendas opuestas. Pero en Am¨¦rica he encontrado que est¨¢n ¨ªntimamente unidos y reinan en com¨²n sobre el mismo pa¨ªs". Pues as¨ª como la Ilustraci¨®n europea fue (y no pudo no ser) secularizadora y, con frecuencia, anticlerical, la Ilustraci¨®n americana, incluidos los Padres Fundadores, fue profundamente religiosa. Que ciencia, libertad y religi¨®n se den la mano sorprende a los europeos, pero es un rasgo t¨ªpico de la cultura americana y, en buena medida tambi¨¦n, de la inglesa, hasta el punto de que no pocos investigadores, desde Max Weber a Robert K. Merton, vieron en el puritanismo los or¨ªgenes de la ciencia moderna e incluso de la democracia.
Y un comentario final. Puede que la democracia americana no est¨¦ en sus mejores horas, y desde Guant¨¢namo a Abu Ghraib, pasando por la Patriot Act, los datos as¨ª lo demuestran. Pero nadie podr¨¢ poner en duda estas elecciones. La vitalidad del debate, la movilizaci¨®n, la intensidad y rigor de las discusiones, la alta participaci¨®n en la jornada electoral, as¨ª como el que se haya desarrollado sin incidentes, as¨ª lo demuestra. Hace cuatro a?os, la democracia americana tropez¨® en los vericuetos de los condados de Florida. Fue una an¨¦cdota elevada por algunos a la categor¨ªa de s¨ªntoma. Pero doscientos a?os de elecciones ininterrumpidas, sin tentaci¨®n cesarista o populista alguna, es un r¨¦cord inigualable por cualquier otro pa¨ªs del mundo, incluidos todos los europeos. Puede que Estados Unidos sea un Imperio; yo as¨ª lo creo, aunque no me preocupe excesivamente; en todo caso, es (como se?alaba Raymond Aron) una Rep¨²blica Imperial capaz, como cualquier otro pa¨ªs, de cambiar de mayor¨ªa o de respaldar la existente. Y si deseamos analizar las amenazas a la democracia desde dentro, har¨ªamos bien en fijarnos en ese 15% o 20% de franceses que votan fascista, los mismos que acaban de ganar las elecciones en la Alemania del Este, gobernaban en Austria, han ganado elecciones en Holanda, Dinamarca o Serbia, por no citar a la Italia de Berlusconi o la Rusia de Putin. Tenemos mucha tarea en casa.
Emilio Lamo de Espinosa es director del Real Instituto Elcano.
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