Para seguir viviendo
Si hubiera que se?alar un claro ejemplo de hombre de letras, Carlos Pujol (Barcelona, 1936) ser¨ªa sin duda una apuesta segura. Su concepci¨®n de la literatura tiene que ver con la libertad y la inteligencia, lo que se traduce en una sugestiva independencia que es clave fundamental para entender su amplia y flexible escritura. Ha cultivado la novela, la poes¨ªa, el ensayo y el cuento, adem¨¢s del art¨ªculo, la biograf¨ªa, el pr¨®logo y el dif¨ªcil arte del aforismo, a lo que habr¨ªa que sumar, en el campo de la traducci¨®n, su ambiciosa competencia y ejemplar criterio, calificativos igualmente v¨¢lidos a la hora de abordar tanto su faceta de mod¨¦lico cr¨ªtico literario como su experiencia profesional en el mundo editorial. Aunque la poes¨ªa haya sido un g¨¦nero que, como ha confesado en repetidas ocasiones, comenz¨® a ejercer en su juventud, no ha sido hasta la madurez cuando ha tomado un vuelo declaradamente seguro y claro en libros tan marcadamente imaginativos como Retrato de Par¨ªs (1999), Esta verdadera historia (1999) o La pared amarilla (2002), a los que viene a sumarse este Cuarto del alba, tan l¨²cido y brillantemente vivo como los anteriores.
CUARTO DEL ALBA
Carlos Pujol
Comares-La Veleta
Granada, 2004
42 p¨¢ginas. 6 euros
Los 34 poemas que integran Cuarto del alba, t¨ªtulo que remite a la tercera y ¨²ltima de las partes en que se divide la noche para los centinelas seg¨²n la definici¨®n tomada del Diccionario de Autoridades, nos conducen en su recorrido ¨ªntimo al redescubrimiento de la memoria, del paisaje de la infancia y de la juventud ("El paisaje nos mira / y ve en nosotros m¨¢s que los espejos"), a la presencia renovada de elementos y vivencias de una vida pasada que aqu¨ª resucita gracias a la magia parad¨®jica de las palabras del poema: "Nunca se puede regresar a nada, / pero hay que regresar para saberlo". Lo que se nos muestra es un mundo dominado por "la luz mate y extra?a del pasado", por el reencuentro con los jardines de la memoria y la recuperaci¨®n de lo m¨¢s aut¨¦ntico, de ese "poco de verdad a la medida / de la pobreza de uno". En su camino de regreso, el libro se acerca desde diferentes escenarios al "aura de misterio" de un mundo acaso perdido, que sabe recrear y dar vida mediante los ecos de palabras ("Se escribe / buscando las palabras / que duren escondidas / cuando se¨¢is al fin la letra muerta") y de versos con "un fantasmal / esplendor de belleza".
Lo que bulle en estas p¨¢gi-
nas, m¨¢s all¨¢ del hilo perdido de la historia, son sus personajes y la hondura de la vida, y con ellos, la lengua sutil y elegante que los expresa, cuya iron¨ªa a veces es una de sus mayores luces. M¨¢s que un libro de estampas, lo que Cuarto del alba delimita es una depurada forma de estructura dram¨¢tica.
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