La zorra y las uvas
Una vez celebrado el mitin del domingo en Anoeta, las reacciones de los partidos pol¨ªticos democr¨¢ticos muestran hasta qu¨¦ punto el wishful thinking domina determinadas actitudes. Ha tenido que entrar en juego esta nueva ETA que no tiene quien le escriba para que algunos vieran por fin las cosas con la claridad que demandaba el acto del domingo. Por supuesto, PSOE y PNV no echaron el lunes las campanas al vuelo, ya que hab¨ªa faltado la siempre esperada declaraci¨®n que distanciara a Batasuna de ETA. Pero ambos vieron en la intervenci¨®n de Otegi un paso positivo, aunque insuficiente, cerrando los ojos ante el significado inequ¨ªvoco de los carteles de "?Gora ETA militarra!" que decoraban el recinto. La esperanza de nuestros optimistas consist¨ªa en que ETA por lo menos callara, de modo que pudieran ponerse sobre la mesa razonamientos del tipo "no hay que pedirles que cambien de un d¨ªa para otro", "acerquemos los presos, as¨ª comprobar¨¢n nuestra buena disposici¨®n" o "ya se ve, hay que optar por el di¨¢logo, porque de hecho ETA ha declarado una tregua".
S¨®lo que ETA no se limit¨® a poner unos petardos, sino que habl¨®, recuperando su santa intenci¨®n de atentar contra Ej¨¦rcito y Polic¨ªa. Para el que no sea ya ciego contumaz, queda claro que como en su d¨ªa la tregua, la postura anunciada por Batasuna no es m¨¢s que una maniobra, convertida en inevitable por la debilidad de la constelaci¨®n pol¨ªtica que gira en torno a la banda, as¨ª como de la propia ETA en el plano de los recursos materiales y humanos. De momento, el PNV ve c¨®mo se disipa la esperanza de un apoyo batasuno al plan Ibarretxe, el cual hubiera llegado tras unas conversaciones mirando a la galer¨ªa, de cuyo buen ¨¦xito hubiera sin duda deducido que era este "di¨¢logo" fruct¨ªfero entre patriotas vascos, y no la tenaza policial y judicial lo que hab¨ªa llevado al fin de ETA.
La verdad es que el nacionalismo de ETA y sus seguidores dispon¨ªa de escasas bazas, dada la sucesi¨®n de descalabros que hab¨ªa sufrido en los ¨²ltimos meses. Si acordaba sin m¨¢s proseguir la lucha armada en los t¨¦rminos de comunicados anteriores, pod¨ªa caer en el rid¨ªculo, dada la falta de capacidad para cometer atentados. Ante esa situaci¨®n de impotencia, los votos iban a deslizarse insensiblemente hacia los partidos componentes del Gobierno vasco. Batasuna seguir¨ªa condenada a la ilegalidad. Y si suspend¨ªa la lucha armada, de acuerdo con la carta de los seis, confesaba su fracaso y limitaba el papel pol¨ªtico de Batasuna al de compa?ero de viaje del plan Ibarretxe. La ¨²nica escapatoria consist¨ªa en intentar la cuadratura del c¨ªrculo, dejando las cosas como estaban en cuanto a ETA, si bien poniendo por delante a Batasuna como verdadero protagonista en apariencia de una lucha pol¨ªtica por la autodeterminaci¨®n. Hab¨ªa que insistir en su hasta ahora desconocida vocaci¨®n de paz, pero a la sombra de la exaltaci¨®n de una ETA que de momento quedar¨ªa en segundo plano, como si el brazo pol¨ªtico fuera el ¨²nico protagonista verdadero. ETA en plan ¨¢ngel de la guarda: no estaba mal la idea, y con toda seguridad el PNV la apadrinar¨ªa si le dejaban el menor resquicio para ello.
As¨ª que Batasuna pasa a presentarse como un actor estrictamente pol¨ªtico, dispuesto a reingresar en la legalidad, que es de lo que se trata, gracias a sus rotundas afirmaciones de lealtad a la v¨ªa legal y de rechazo de las actividades emblem¨¢ticas que la caracterizaron durante la anterior d¨¦cada, tales como la kale borroka. Otegi se presenta ante los vascos con el ramo de olivo en la mano, lo mismo que hiciera Arafat ante la Asamblea de la ONU, y tal vez con an¨¢loga carga de doble lenguaje. Porque de ETA y de un eventual cese del terror no se dice nada. Cada mochuelo, a su olivo. En este relato cargado de hipocres¨ªa, es el brazo pol¨ªtico quien pasa a primer plano del escenario, no de la realidad, al margen de lo que haga ETA, como si ¨¦sta fuera otra cosa que el miembro dominante del binomio ETA-Batasuna
En suma, se trata de subrayar una ruptura aparente, pero ficticia, entre Batasuna y ETA, de manera que la primera pueda exigir, con el apoyo del PNV, un reingreso en la democracia. Batasuna necesita estar presente en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas para que tanto ella como ETA puedan sobrevivir pol¨ªticamente. Resulta dudosa la oportunidad de favorecerle en su empe?o.
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