La Ribot presenta en el Centro de Arte Pompidou '40 espont¨¢neos', su nuevo espect¨¢culo

Mar¨ªa Ribot (Madrid, 1962), alias La Ribot, presenta durante cuatro d¨ªas en el Centro Pompidou de Par¨ªs su nuevo espect¨¢culo: 40 espont¨¢neos. Se trata, seg¨²n sus propias palabras, de "un proyecto que puede viajar". "Antes, con mis Piezas distinguidas o con El Gran Game, no pod¨ªa ir a determinados pa¨ªses, ya fuese porque la desnudez era un problema, ya fuera por razones de producci¨®n. Con 40 espont¨¢neos lo ¨²nico que necesito es la colaboraci¨®n de un teatro y de gente sin experiencia, pero dispuesta a subir a un escenario", asegura.

En Par¨ªs, Mar¨ªa Ribot ha visto c¨®mo se le propon¨ªan un carnicero, un par de matem¨¢ticos, varios estudiantes, un videoartista, una mujer que se ocupa de una tienda, ingenieros, etc¨¦tera. "Los cient¨ªficos se sienten atra¨ªdos por mi proposici¨®n", dice la core¨®grafa. La obra se propone crear determinadas figuras, "pero hay un margen importante de libertad para llegar a ellas. Los actores o bailarines disponen de 400 piezas de ropa y tienen que elegir ocho cada uno de ellos, por ejemplo, las que quieran, pero necesariamente ocho. Hay quien se disfraza, hay quien se preocupa por su imagen, y hay quien juega con ella. El trabajo individual es libre, pero desemboca en un proyecto colectivo claro".

Durante cuatro d¨ªas, los espont¨¢neos voluntarios elegidos por Mar¨ªa Ribot se lanzan a lo que ella hab¨ªa bautizado como una misi¨®n imposible: "En todos los pa¨ªses las bases son las mismas y hay que llegar al final con cinco d¨ªas de preparaci¨®n y un m¨¢ximo de cuatro horas de ensayo por d¨ªa. Es como rodar una pel¨ªcula, pero la diferencia es que no hay c¨¢mara". Detr¨¢s de las normas ideadas para dar forma al caos est¨¢ una voluntad de investigaci¨®n sistem¨¢tica. "Para que la propuesta tenga inter¨¦s hay que descolocar al espont¨¢neo, pero tambi¨¦n al espectador. Cuando trabajaba sola me fij¨¦ el objetivo de hacerlo en galer¨ªas y no en teatros porque as¨ª creaba una cierta sorpresa e incomodidad entre los espectadores. Para los espont¨¢neos el reto es subir a un escenario, y para el p¨²blico pasa por ver una coreograf¨ªa realizada por no profesionales. Nadie ha de saber de antemano todo lo que va a suceder", explica.

Instalada en Ginebra ("es una ciudad que ofrece una calidad de vida incomparable"), La Ribot "ayuda a poner en pie ideas de los alumnos de la Escuela de Bellas Artes" a partir de constatar que "la escritura es la memoria", es decir, que las peque?as reglas o leyes son el armaz¨®n de un discurso comprensible.