Riesgo sin recompensa
Casey y Donald, inconmensurables en las distancias cortas, superan el genio de Garc¨ªa y Jim¨¦nez
Negro. Los ingleses vest¨ªan de negro. Negro presagio. Negra realidad. Negr¨ªsima llegando al tercer hoyo. Los j¨®venes Paul Casey -antebrazos de Popeye, sensibilidad de Glenn Gould en las puntas de los dedos- y Luke Donald -el de la cabeza bien amueblada, el genio de la estrategia y el juego corto-, que hab¨ªan partido con uno m¨¢s que los espa?oles, ya estaban con un golpe menos. M¨¢s negra. En el 12 la distancia parec¨ªa un oc¨¦ano: cuatro. Los ingleses, los fen¨®menos del foursome (golpes alternativos), terminaron ganando, claro, pero no pudieron dar su grito triunfal hasta embocar el ¨²ltimo putt, de metro y medio, en el 18. Los espa?oles, el genial Miguel ?ngel Jim¨¦nez, cada d¨ªa m¨¢s torero, m¨¢s feliz dentro de su golf de sentimientos, y el joven Sergio Garc¨ªa, el amante del riesgo, el hombre que no mira atr¨¢s, les hicieron dura la vida.
"Cuando se juega tan bien, no hay vencedores ni vencidos", concluye el jugador malague?o
Le piden a Casey, terminada la jornada, decidida la batalla, que enumere los metros de sus putts para birdie y ¨¦l, orgulloso en ese momento, finge modestia, habla bajo, canta los n¨²meros como si fueran las notas de su excelencia golf¨ªstica, entona: "En el 4, 10 metros; en el 5, medio metro; en el 7, siete metros; en el 9, tres metros; en el 10..., ?cu¨¢ntos en el 10?". "?17?", le sopla Donald. "S¨ª, 15, 17 metros; en el 11, seis metros; en el 12, casi cinco metros...". "Y fue terrible", constat¨® desde el otro lado Garc¨ªa, "ver c¨®mo en todos los hoyos dej¨¢bamos la bola m¨¢s cerca de la bandera que ellos y ver c¨®mo tiraban antes y la met¨ªan. Fue terrible, agobiante". Fue deprimente. Y as¨ª y todo no fue suficiente para que los espa?oles dejaran de pelear, para que se rindiera Jim¨¦nez.
A los canutazos del inspirado Casey -"yo estaba ah¨ª, con la boca abierta, vi¨¦ndole darle al putter; con el m¨ªo c¨®modamente enfundado, preocup¨¢ndome s¨®lo durante el juego de colocarle la bola en cualquier parte del green. Sab¨ªa que ¨¦l las rematar¨ªa todas", dijo Donald-, un Ronaldo en d¨ªa de gloria, el pistolero bueno de la serie B, de los que apunten a d¨®nde apunten siempre aciertan, respondi¨® el afinado malague?o, el hombre de la birrita, la tripita y el habano, con tres pases geniales, como un Xavi o un Deco al borde del ¨¢rea; se los dio a un Ronaldo en d¨ªa de nones. En el 9, Garc¨ªa, el de las bebidas energ¨¦ticas, el del footing al caer el sol, lanz¨® para eagle y fue birdie de Jim¨¦nez; en el 13, el de Castell¨®n s¨®lo tuvo que empujar la bola para eagle. La cosa se puso caliente. Inglaterra se quedaba s¨®lo con dos golpes de renta.
En el 14, torero, Jim¨¦nez hizo una magn¨ªfica interpretaci¨®n del pase natural, cargando la suerte, profundo, templado, curvo, largu¨ªsimo, con el putter y una bola lenta, lenta, por las ca¨ªdas del inmenso green. No entr¨®, pero emocion¨®. Y en el 15, el andaluz, que ya no se aguantaba, termin¨® arrojando la gorra al suelo, pisote¨¢ndola, "qu¨¦ arte llevo dentro", tras dibujar con un hierro un golpe que significaba un nuevo birdie que ya dejaba a Inglaterra a tiro de un golpe, perdido el pulso. Casey tiembla.
El 16, el ¨²ltimo par-5, ser¨¢ decisivo. El riesgo, necesario. "Hab¨ªa que ser agresivos", sentenci¨® Jim¨¦nez. "Hab¨ªa que ir a por el eagle", confirm¨® Garc¨ªa. La salida de Jim¨¦nez no fue buena. La bola fue a la espesura. No era el momento de pensar. Hab¨ªa que acogotar a los ingleses, dar la vuelta definitiva al partido. Sin dudarlo, Garc¨ªa agarr¨® una madera, nada de hierros. A por el green. Al agua. Plof. Jim¨¦nez hizo con la pelota lo que pudo. La dej¨®, con el cuarto golpe, tras la penalizaci¨®n, a tiro del par. Pero Garc¨ªa no termin¨® la recuperaci¨®n. Bogey. Birdie ingl¨¦s. Tres de diferencia. Dos hoyos por jugar.
Ni as¨ª cejaron los espa?oles. Su presi¨®n, su empuje, hizo que los ingleses no se sintieran seguros ni con ese colch¨®n de seguridad. Y hasta en el ¨²ltimo hoyo, el 18, al que llegaron con los mismos tres golpes de ventaja, una diferencia que obligaba a los espa?oles al birdie y a rezar por un doble bogey rival, vieron que pod¨ªan perder. S¨®lo el tino recuperado de Casey, un putt de metro y medio para bogey les permiti¨® gritar de alegr¨ªa.
Casey-Donald, una pareja que se revel¨® en la ¨²ltima Copa Ryder se doctor¨® en la Copa del Mundo -un trofeo que, aunque parezca incre¨ªble, s¨®lo hab¨ªa ganado Inglaterra una vez, en 1998- ante Jim¨¦nez-Garc¨ªa, dos golfistas que, aunque se lleven 16 a?os, han empezado a florecer al mismo tiempo y que tambi¨¦n fueron decisivos en la Ryder ganada por Europa. Aunque ayer no consiguieran para Espa?a, por un solo golpe, la quinta Copa del Mundo. "Cuando se juega tan bien al golf, no hay vencedores ni vencidos", concluy¨® Jim¨¦nez; "hemos jugado magn¨ªficamente y hemos hecho un -6, pero ellos han hecho un -8. Tremendo".
Clasificaci¨®n final: 1. Inglaterra (P. Casey y L. Donald), 257 golpes. 2. Espa?a (S. Garc¨ªa y M. ?. Jim¨¦nez), 258. 3. Irlanda (P. Harrington y P. McGinley), 260. 4. Sur¨¢frica (T. Immelman y R. Sabbatini), 263. 7. Estados Unidos (B. Tway y S. Verplank), 267.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.