Sin pacto de clonaci¨®n

Ante la imposibilidad de llegar a un consenso, la ONU ha desistido de regular las t¨¦cnicas de clonaci¨®n en humanos con un tratado internacional de obligado cumplimiento. La iniciativa hab¨ªa partido de Francia y Alemania, que en 2001 propusieron prohibir con car¨¢cter universal la clonaci¨®n reproductiva, es decir, la aplicaci¨®n de las t¨¦cnicas de transferencia nuclear para obtener seres humanos id¨¦nticos al clonado. La decisi¨®n supuso un fracaso para Estados Unidos, que lider¨® una fuerte ofensiva para que el tratado no s¨®lo prohibiera la clonaci¨®n reproductiva, sino tambi¨¦n la terap¨¦utica, o sea, la creaci¨®n de embriones humanos con los que obtener c¨¦lulas madre para usos m¨¦dicos.

Semejante pretensi¨®n no se amparaba en argumentos cient¨ªficos, sino en criterios de orden religioso-moral: la creencia de que no es l¨ªcito utilizar embriones ni para la investigaci¨®n ni para fines terap¨¦uticos, porque desde el primer momento de su formaci¨®n deben ser considerados seres humanos sujetos a derechos. Es dif¨ªcil pretender convencer con argumentos cient¨ªficos a quien tiene esa creencia de que un embri¨®n en fase de blastocito sea algo m¨¢s que un contenedor de c¨¦lulas sin ninguna viabilidad si no se implantan en un ¨²tero materno. Unas c¨¦lulas, sin embargo, que son valios¨ªsimas, no para ese ser que todav¨ªa no existe, sino para otros, vivos, que esperan de esta investigaci¨®n el remedio a las dolencias que padecen.

Demonizar una t¨¦cnica cient¨ªfica significa retroceder hacia el oscurantismo. La t¨¦cnica de la transferencia nuclear no es buena ni mala en s¨ª misma. Lo que puede ser aceptable o inaceptable es un determinado uso. Existe un amplio consenso de que no debe ser autorizada para fines reproductivos. La pretensi¨®n de que el tratado deb¨ªa prohibir tambi¨¦n la clonaci¨®n terap¨¦utica, porque si se permite ¨¦sta se abrir¨¢ la puerta a la reproductiva, es absolutamente falaz y un claro ejemplo del efecto nocivo del fundamentalismo religioso aplicado a la ciencia. Porque eso significa que, al no alcanzar el consenso sobre lo m¨¢ximo, se renuncia a regular tambi¨¦n lo m¨ªnimo.

Es muy positivo que EE UU no haya logrado imponer su criterio porque eso permitir¨¢ que cada pa¨ªs regule, como ya lo han hecho varios, la clonaci¨®n terap¨¦utica. Pero es de lamentar que no se haya logrado impulsar un tratado que proh¨ªba la clonaci¨®n reproductiva, porque ello deja la puerta abierta para que cient¨ªficos sin escr¨²pulos atraviesen una frontera sobre la que hay acuerdo de que no se debe traspasar.