CALRE: acercar la UE a la Europa real
Perm¨ªtaseme empezar este art¨ªculo con una afirmaci¨®n que es una aut¨¦ntica obviedad, pero es una obviedad que hoy tiene todo el sentido poder expresar: la globalizaci¨®n est¨¢ transformando las pir¨¢mides pol¨ªticas en redes. Hay pues vida m¨¢s all¨¢ de los Estados, de modo que la Uni¨®n Europea, para llegar a ser lo que quiere ser (motor de bienestar, garante de derechos y libertades), debe tener en cuenta que las decisiones tomadas desde las alturas pol¨ªtico-administrativas deben implementarse desde niveles administrativos y pol¨ªticos inferiores.
Y como sabe todo conocedor de las estructuras institucionales, la implementaci¨®n va pareja a un cierto poder de decisi¨®n, lo que a su vez, para que las pol¨ªticas salgan bien, recomienda la mayor participaci¨®n posible en la definici¨®n de las pol¨ªticas por parte de aquellos que luego participar¨¢n en su desarrollo. Cuanto m¨¢s cerca de las personas y el territorio est¨¦n los procesos de definici¨®n, decisi¨®n e implementaci¨®n, se supone mayor conocimiento de los problemas, mayor eficiencia, mayor eficacia... cu¨¢nto m¨¢s cerca sea posible, mejor. De ah¨ª que la UE propugne el principio de subsidiariedad, que en la pr¨¢ctica supone romper la estructura de pir¨¢mide a favor de determinados niveles de autonom¨ªa en su interior.
Y m¨¢s a¨²n, la UE debe calar entre la ciudadan¨ªa, ajena hasta el momento del proceso de decisiones tomadas en el proceso de construcci¨®n de las instituciones comunitarias, como confirm¨® la baja participaci¨®n en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo.
En ese sentido, resulta cada vez m¨¢s evidente que las regiones y las naciones hist¨®ricas que no tienen Estado deben tener voz y parte de ese proyecto de Europa, con la finalidad de enriquecerlo, de completar su complejo y a¨²n poco consolidado esqueleto, y ayudar a darle vida, m¨¢s all¨¢ de la econ¨®mica y monetaria.
As¨ª en parte, con ese esp¨ªritu, naci¨® en octubre de 1997 la CALRE, la Conferencia de Asambleas Legislativas Regionales de Europa, un organismo que actualmente agrupa 74 parlamentos regionales europeos, que representan a m¨¢s de 200 millones de europeos, y que en su reciente pleno anual vot¨® la candidatura del Parlament para ejercer su presidencia y acoger en octubre de 2005 la reuni¨®n anual de este organismo.
En ese mismo pleno, que tuvo lugar en Mil¨¢n el pasado 26 de octubre, el n¨®dulo de Parlamentos que es la CALRE marc¨® las l¨ªneas generales de actuaci¨®n de este organismo para el pr¨®ximo a?o, a trav¨¦s de la Declaraci¨®n de Mil¨¢n, de la que se desprenden los siguientes objetivos:
1. Apoyar la idea europea y los procesos de ratificaci¨®n del Tratado Constitucional, favoreciendo el debate p¨²blico y el acceso a la informaci¨®n sobre su contenido y sus consecuencias. En relaci¨®n con el Tratado, la CALRE tambi¨¦n expresa la voluntad de seguir trabajando hasta que los idiomas oficiales de las regiones de la Uni¨®n Europea sean objeto de atenci¨®n especial dentro del proceso de desarrollo del Tratado Constitucional.
2. Impulsar la aplicaci¨®n del principio de subsidiariedad: Adaptaci¨®n de las legislaciones; participaci¨®n de las asambleas legislativas regionales en las instituciones comunitarias; colaboraci¨®n leal entre las instituciones comunitarias y las asambleas legislativas regionales; etc¨¦tera.
3. Promover la Cooperaci¨®n interparlamentaria euromediterr¨¢nea, atendiendo as¨ª a la realidad regional y geoestrat¨¦gica, y fortalecimiento de la cooperaci¨®n interparlamentaria europea, a partir de la adopci¨®n de las correcciones necesarias para ello en el Tratado Constitucional.
4. Aplicar los principios de gobernabilidad y cooperaci¨®n con la Comisi¨®n Europea.
5. Impulsar el di¨¢logo acerca de la representaci¨®n y la democracia regional, con las instituciones comunitarias y con los Estados de pr¨®xima adhesi¨®n.
6. Apoyar los procesos de federalismo, regionalismo y descentralizaci¨®n.
7. Reforzar la cooperaci¨®n con las Instituciones europeas y nacionales, especialmente con el Parlamento Europeo, con el que debe existir l¨ªnea directa de presencia y colaboraci¨®n.
En suma, nos corresponde consolidar la CALRE como elemento vertebrador entre los parlamentos regionales de la Uni¨®n Europea que poseen competencias legislativas, con el fin de alcanzar los objetivos comunes, en cuanto representamos un instrumento de aportaci¨®n democr¨¢tica y funcional, indispensables en el desarrollo de una Uni¨®n Europea, que debe aproximar su realidad institucional a las nuevas realidades socioecon¨®micas europeas.
La CALRE, por tanto, es un instrumento para actuar, desde las regiones, en los procesos de unificaci¨®n europea y de globalizaci¨®n pol¨ªtica mundial. Con la defensa del papel pol¨ªtico, social y cultural de las regiones, defendemos otra visi¨®n de Europa, la visi¨®n de una Europa que no se gobierna a miles de kil¨®metros de distancia de las personas que la conforman, sino de una Europa de la que todos nos sintamos cercanos y part¨ªcipes, cuyas decisiones puedan reflejarse, en origen y destino, en nuestros parlamentos.
Insisto, Europa no son solamente Estados, son tambi¨¦n regiones que cooperan m¨¢s all¨¢ de las fronteras estatales. Y ante esa realidad socioecon¨®mica, el papel activo y protagonista de las regiones en la UE, es necesario para el mantenimiento de la salud democr¨¢tica, para garantizar la representatividad de las personas y los pueblos, para la misma legitimidad de la UE, para reafirmar el principio de subsidiariedad que propugna la UE, con hechos, y no s¨®lo con discursos.
Los Parlamentos de las regiones de Europa no quieren estar obligados a tener un papel pasivo en la construcci¨®n de la UE, sino al contrario, conscientes de la utilidad y la potencialidad de su aportaci¨®n al proyecto europeo, quieren enriquecerlo.
Durante el pr¨®ximo a?o, corresponde por tanto a nuestro Parlament, el Parlamento de Catalu?a, al presidir la CALRE, liderar esa visi¨®n, y lo haremos con la determinaci¨®n de que, al hacer balance, podamos afirmar que hemos avanzado en el reconocimiento del papel de los parlamentos regionales, en el respeto a las diferentes identidades culturales regionales y nacionales, en la aplicaci¨®n del principio de subsidiariedad. En definitiva, trabajaremos para que la UE se empape de realidad y nos acerque un poco m¨¢s a la Europa que todos anhelamos.
Ernest Benach es presidente del Parlamento catal¨¢n.
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