El Valencia bendice a Martins
Pese a un discreto partido, el cuadro de Ranieri tira de sus italianos y le gana al Anderlecht en Bruselas
En otro partido discret¨ªsimo, el Valencia recurri¨® al renacer de sus futbolistas italianos, tan apagados en el ¨²ltimo mes, para mantenerse vivo en la competici¨®n. A eso y al empate imprescindible del Inter en Bremen. El cuadro de Ranieri bendijo el gol del nigeriano Martins en Bremen y se colg¨® del larguero para mantener su victoria en Bruselas. Sobresalieron Sissoko, inmenso en la recuperaci¨®n, y Corradi, que marc¨® el primer tanto y regal¨® el segundo a Di Vaio. En un pase excelente, por cierto, lleno de clase, impropio de la tosquedad que sugiere su estilo. Y lo aprovech¨® Di Vaio como sol¨ªa, con un gol por el que se quit¨® la pesada losa que arrastraba en las ¨²ltimas jornadas. El Anderlecht estuvo a la altura de su penoso paso por esta Champions, por los suelos, y a¨²n as¨ª el Valencia se las vio canutas para ganar. De los malos tiempos que corren en el cuadro belga dio fe Vanderhaeghe, que, entrad¨ªsimo en carnes, ejerci¨® ayer de jefe con su cuerpo de ex futbolista.
ANDERLECHT 1 - VALENCIA 2
Anderlecht: Zitka; Zewlakow, De Boeck (Mpenza, m. 73), Kompany, Deschacht; Wilhelmsson, Zetterberg, Vanderhaghe, Baseggio; Iachtchouk y Dindane.
Valencia: Ca?izares; Curro Torres, David Navarro, Caneira, Moretti; Rufete (Fiore, m. 71), Baraja, Sissoko, Xisco (Carboni, m. 82); Corradi y Di Vaio (Mista, m. 87).
Goles: 0-1. M. 19. Centro de Curro Torres que Corradi transforma de espuela. 1-1. M. 24. Zetterberg lanza un penalti, Ca?izares lo detiene y Wilhelmsson se adelanta a Navarro en el rechace. 1-2. M. 48. Corradi pasa en largo a Di Vaio, que controla con el pecho y marca por alto.
?rbitro: Tom Henning (Noruega). Amonest¨® a Corradi.
Unos 24.000 espectadores en el estadio Constant Vanden Stock.
El Valencia naveg¨® en la confusi¨®n en gran parte del encuentro. Sin saber realmente a qu¨¦ juega. Ni c¨®mo. Por ejemplo: ?qu¨¦ hacer anoche en Bruselas? Salir decididamente a ganar, como le requer¨ªa la clasificaci¨®n. O esperar a ver qu¨¦ dec¨ªa el adversario, como ha decidido Ranieri. Un dilema que bull¨® entre los valencianistas. Y del que no escaparon ni siquiera cuando se pusieron por delante en el marcador. Gracias a sus dos laterales, que interpretaron perfectamente un contragolpe. El cambio de orientaci¨®n de Moretti fue largo y profundo, dej¨® toda la banda derecha despejada para Curro Torres, cuyo centro raso fue un regalo irreprochable para Corradi, que marc¨® de espuela. El tanto era como para afianzar las ideas, para calmarse, pero sucedi¨® justo lo contrario. El central Caneira sucumbi¨® a un ataque de nervios y no derrib¨® una, sino dos veces a Aruna Dindane dentro del ¨¢rea (por mucho que la segunda falta pareciera inventada por el delantero africano). Ca?izares le desvi¨® el penalti a Zetterberg, pero su defensa segu¨ªa dormida mientras el sueco Wilhelmsson recog¨ªa el rechace y lo enviaba a las redes.
Le bast¨® un solo jugador al Anderlecht para llevar loca a la defensa valencianista: Aruna Dindane, un delantero interesante que sab¨ªa que era una oportunidad de oro para ponerse en el escaparate internacional. Dindane hizo trizas a golpe de regate a una zaga muy insegura. En el Valencia no hubo una respuesta inmediata al empate, sino que acumul¨® gente por detr¨¢s del bal¨®n esperando a que escampara en el descanso. "?Vamos, Valencia, vamos!". Los gritos de Ca?izares en la reanudaci¨®n retumbaron con fuerza en el estadio belga. Y sirvieron de indudable est¨ªmulo a sus compa?eros. Les ped¨ªa con la voz y con los gestos que se avanzaran y que atacaran al rival en su campo. Con ¨¦xito inmediato. Levant¨® la cabeza Corradi, vio que entraba Di Vaio por el coraz¨®n del ¨¢rea y le envi¨® un pase con la izquierda de gran clase. Entonces Di Vaio, desaparecido desde la exhibici¨®n en Riazor hace ya varios meses, sali¨® por fin de la caverna y lanz¨® el bal¨®n a la red. "?No es suficiente, seguimos!", advirti¨® Ca?izares desde el fondo de su porter¨ªa para que sus compa?eros trataran de abrir la ventaja.
El partido, sin embargo, estaba muy lejos de all¨ª. Empez¨® a jugarse en Bremen, desde donde llegaban noticias sobre el Werder-Inter. Las recog¨ªa en el banquillo valencianista el delegado del equipo, Manolo Maci¨¤, que se mov¨ªa nervioso de aqu¨ª para all¨¢ en busca de informaci¨®n. Lleg¨® la del tanto del empate de Martins para el Inter y se arm¨® un alboroto en el banquillo valencianista. "?C¨®mo van?", implor¨® m¨¢s tarde Pellegrino desde la banda a los periodistas. "1-1", le respondieron ¨¦stos con los dedos ¨ªndices alzados.
Al Valencia, mientras, le hab¨ªa entrado el tembleque. No hilvan¨® dos pases seguidos y volvi¨® a meterse descaradamente atr¨¢s ante las acometidas del Anderlecht. Curro Torres derrib¨® a Dindane dentro del ¨¢rea, pero esta vez el ¨¢rbitro obvi¨® la supuesta pena. Entr¨® el indultado Fiore para tratar de recuperar el bal¨®n. Y hubo cuatro italianos en el campo: s¨®lo faltaba Carboni, que calentaba. Tambi¨¦n entr¨® al final el lateral por Xisco para incrementar la resistencia. Y aguantar con el agua al cuello hasta seis minutos de prolongaci¨®n. Fue la noche de los italianos y de la supervivencia. Y ahora el Valencia depende de s¨ª mismo.
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