Cuartetos de cuerda de Haydn
EL PA?S ofrece ma?ana, por 2,95 euros, obras maestras de c¨¢mara, por Festetics, tres de ellas con instrumentos originales
Franz Joseph Haydn (Rohrau, Baja Austria, 1732- Viena, 1809) representa en la historia de la m¨²sica la quintaesencia del esp¨ªritu cl¨¢sico. Se le sit¨²a siempre en una trilog¨ªa al lado de Mozart y Beethoven como art¨ªfices de un estilo propio que ilumina un periodo hist¨®rico situado entre el barroco y el romanticismo. La figura de Haydn ha trascendido quiz¨¢s menos que la de sus compa?eros de viaje y no es justo que as¨ª sea porque, como escribe Jos¨¦ Luis T¨¦llez en el documentado ensayo introductorio del libro-disco que se distribuye ma?ana con EL PA?S, "Haydn fue el creador absoluto de la sintaxis musical futura. La sonata para piano, el tr¨ªo con piano, la sinfon¨ªa y, sobre todo, el cuarteto de cuerda tal y como lo practicaron los compositores de las ¨²ltimas d¨¦cadas del XVIII, de todo el XIX y de las primeras d¨¦cadas del XX, proceden directamente de los modelos introducidos por sus obras: como David W. Griffith para la cinematograf¨ªa, F. J. Haydn es dios padre para las formas de la m¨²sica instrumental". Haydn llev¨® al m¨¢ximo nivel, en efecto, el modelo de la sonata para piano o de la sinfon¨ªa cl¨¢sica, pero donde su genio se manifest¨® en todo su esplendor fue en el cuarteto de cuerda. Tres de ellos son interpretados en esta grabaci¨®n con instrumentos originales por el Cuarteto Festetics: el opus 17, n¨²mero 4, en do menor; el opus 50, n¨²mero 4, en fa sostenido menor, y el opus 76, n¨²mero 4, en si bemol mayor, m¨¢s conocido como cuarteto de la aurora o del amanecer.
Haydn fue un tipo simp¨¢tico. O lo que es a¨²n m¨¢s revelador: pose¨ªa un incisivo sentido del humor que manifestaba con frecuencia musicalmente en sus propias composiciones. Incluso en las reivindicaciones laborales no perd¨ªa de vista una correspondencia con la broma o el juego, como en la Sinfon¨ªa de los adioses, con los m¨²sicos de la orquesta abandonando el escenario del palacio Esterhazy de dos en dos o de uno en uno en el ¨²ltimo movimiento como protesta por las condiciones de trabajo. La denominaci¨®n de Pap¨¢ Haydn, con la que todav¨ªa se le identifica en nuestros d¨ªas, no es ¨²nicamente un reconocimiento a su condici¨®n de padre de la sinfon¨ªa o del cuarteto de cuerda. Es tambi¨¦n un apelativo cari?oso a su car¨¢cter bondadoso y paciente, afable y respetuoso. Sus obras transmiten de hecho una inequ¨ªvoca sensaci¨®n de equilibrio y sosiego, pero tambi¨¦n de espontaneidad l¨²dica, de incansable divertimento. Goethe dec¨ªa que sus sinfon¨ªas y cuartetos "son el lenguaje ideal de la verdad". Y Javier Palacio a?ade en el fondo de documentaci¨®n para este libro-disco que "lo m¨¢s sorprendente del prol¨ªfico Haydn es su capacidad para escapar de cualquier formulismo o previsibilidad, sus fascinantes asimetr¨ªas e inesperados giros. La superficie de su m¨²sica resulta serena; casi todo acontece en las profundidades. Su escritura, en apariencia pl¨¢cida y fluida, oculta as¨ª ins¨®litos contrastes, peligrosas tensiones y las m¨¢s voluptuosas variaciones".
Compuso Haydn m¨¢s de 100 sinfon¨ªas, como es sabido, y 58 cuartetos de cuerda agrupados en varios periodos. Los opus 17 nacieron a comienzos de la d¨¦cada de 1770 y se corresponden de alguna manera con el periodo prerrom¨¢ntico Sturm und Drang. Curiosamente, E. T. A. Hoffmann ya calificaba a Haydn y Mozart como los primeros compositores "rom¨¢nticos". Lo que destaca precisamente del opus 17, n¨²mero 4, es el tono melanc¨®lico y eleg¨ªaco, siendo el ¨²nico cuarteto de Haydn escrito en la tonalidad de do menor, tan habitual a?os despu¨¦s en Beethoven. Los seis cuartetos del opus 50 est¨¢n escritos en 1786-87 y se conocen como prusianos por estar dedicados al monarca y violonchelista Federico Guillermo II de Prusia. No tiene, en cualquier caso, el violonchelo un tratamiento mel¨®dico exagerado, aunque s¨ª hay solos situados oportunamente. En 1787 Haydn arregl¨® tambi¨¦n para cuarteto de cuerda las Siete ¨²ltimas palabras, obra que le ligar¨ªa para la eternidad con C¨¢diz y su Santa Cueva. El n¨²mero 4 en fa sostenido menor -la misma tonalidad que la citada Sinfon¨ªa de los adioses- contiene, como ha escrito Charles Rosen, "el movimiento final en forma fusada m¨¢s excepcional de Haydn, en el que el elemento de exhibici¨®n acad¨¦mica presente en casi todas las fugas cl¨¢sicas se confunde finalmente con el patetismo". Los opus 76 son de 1797, la ¨¦poca del genial oratorio La creaci¨®n. El n¨²mero 4 en si bemol mayor posee, seg¨²n Jos¨¦ Luis T¨¦llez (que ha analizado movimiento a movimiento por la radio todas las sinfon¨ªas y cuartetos de Haydn), "uno de los m¨¢s intensos movimientos lentos jam¨¢s escritos por Haydn, en forma sonata de trazo muy libre sobre un tema ¨²nico que a la vez que se expone se desarrolla, mientras los dos movimientos conclusivos entremezclan aires de danza de una energ¨ªa casi r¨²stica con episodios de inquietante oscuridad que terminan en una agitaci¨®n fren¨¦tica".
Los cuartetos de cuerda son la expresi¨®n m¨¢s depurada y emblem¨¢tica de la m¨²sica de c¨¢mara. Desde 1770 hasta la muerte de Schubert vivieron su edad de oro. Los tres de Haydn seleccionados dan una idea de la evoluci¨®n del g¨¦nero en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas del XVIII. El cuarteto h¨²ngaro Festetics, creado en 1985, los interpreta con instrumentos originales. Istv¨¢n Kert¨¦sz, primer viol¨ªn, posee un ejemplar de escuela milanesa del XVIII; Erika Pet?fi, un viol¨ªn Matthias Thies, de Viena 1770; P¨¦ter Ligeti, una viola Matthias Albanus, de Bolzano 1651, y Rezs? Pertorini, un violonchelo an¨®nimo franc¨¦s del XVII. La colocaci¨®n que se ha utilizado en esta grabaci¨®n no es la habitual de los cuartetos de cuerda. Los dos violines est¨¢n en los extremos del grupo. El violonchelo se sit¨²a al lado del primer viol¨ªn, y la viola, al lado del segundo, en los puestos interiores.
Babelia
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