Condenados tres directivos de Uquifa a indemnizar a 63 personas intoxicadas

El Juzgado de lo Penal n¨²mero 1 de Barcelona ha condenado a tres directivos de la empresa qu¨ªmica Uquifa a indemnizar con cantidades superiores a 128.000 euros a 63 personas que resultaron afectadas en 1996 por una nube t¨®xica de gas cloro que se produjo en Sant Celoni (Vall¨¨s Oriental) como consecuencia de la rotura de un tanque que origin¨® el vertido de varias toneladas de hipoclorito s¨®dico, que se mezcl¨® con ¨¢cido clorh¨ªdrico de un tanque vecino.

Entre las 63 personas que ser¨¢n indemnizadas, figuran con 41.232 euros los familiares de Merc¨¨ Vallalta Serra, que cuando se produjo el vertido padec¨ªa un avanzado c¨¢ncer de pulm¨®n y cuya muerte se "precipit¨®" por la nube t¨®xica declarada en la madrugada del 1 de junio de 1996, indica la sentencia. Por este fallecimiento, la magistrada condena a cada uno de los tres directivos a una multa de 1.440 euros por una falta de homicidio imprudente. En los otros 62 intoxicados la sentencia considera que fueron faltas de lesiones imprudentes.

Los directivos condenados son Juan Cano Mond¨¦jar, Eduardo Ma?¨¦ Ses¨¦ y Antonio Guinovart, quienes cuando ocurrieron los hechos eran director operativo de Uquifa, jefe de seguridad y jefe de mantenimiento, respectivamente. La sentencia absuelve al director general, Mark Ian Robbins, y fija la responsabilidad civil subsidiaria de la compa?¨ªa de seguros que ten¨ªa contratada Uquifa para garantizar as¨ª el pago de las indemnizaciones.

La sentencia considera que los tres directivos "ni adoptaron medida alguna para modificar el dise?o" del tanque accidentado "a fin de que no existiese la posibilidad de mezcla de dichos productos ni se lo comunicaron a los superiores jer¨¢rquicos para que tomaran las medidas oportunas".El abogado de Uquifa, Emilio Zegr¨ª, anunci¨® ayer la presentaci¨®n de un recurso ante la Audiencia de Barcelona contra la sentencia que condena a los tres directivos. "El fallo nos deja mal sabor de boca", asegur¨® Zegr¨ª, quien considera que la muerte de uno de los afectados es ajena a la nube t¨®xica y que, por tanto, no tiene sentido jur¨ªdico la condena por una falta de homicidio.

La magistrada explica en la sentencia, recordando la intervenci¨®n del perito en el juicio, que "cualquier ama de casa sabe que no se puede mezclar lej¨ªa y salfum¨¢n porque puede sufrir una intoxicaci¨®n". Por ese motivo, la sentencia a?ade: "Los acusados, que tuvieron conocimiento de la disposici¨®n de los tanques y tuber¨ªas no pod¨ªan ignorar la posibilidad de que en un hipot¨¦tico accidente, al pasar la tuber¨ªa de ¨¢cido clorh¨ªdrico por la cubeta con los tanques de hipoclorito s¨®dico, pod¨ªan mezclarse ambos productos y producir cloro".

La juez admite sin reparos que la rotura del tanque y el vertido de varias toneladas de lej¨ªa se produjo "de forma sorpresiva" y "por causas que no se han determinado" y recuerda que el tanque accidentado hab¨ªa sido revisado el 7 de septiembre de 1995, nueve meses antes del accidente, y super¨® las pruebas. El tanque se quebr¨® en redondo a una altura de poco m¨¢s de un metro del suelo, y aunque la juez admite que la empresa cumpl¨ªa toda la normativa de seguridad a la que estaba obligada, considera que los tres directivos deber¨ªan haber adoptado "todas las medidas de seguridad que aconseje el sentido com¨²n" para evitar el siniestro. La sentencia considera que los condenados "no pod¨ªan ignorar la posibilidad" del accidente.