El tiempo reencontrado
Tal vez el t¨ªtulo Pop espa?ol no sea el m¨¢s adecuado para describir el contenido de esta muestra porque, como se reconoce en el cat¨¢logo, en los a?os sesenta hubo "en Espa?a algunos artistas pop y no un arte pop propiamente dicho". Sin embargo, s¨ª son reveladoras las frases del subt¨ªtulo: Los a?os sesenta. El tiempo reencontrado, ya que, aunque no todas las obras fueron realizadas en los sesenta, todas participan de las tem¨¢ticas y t¨¦cnicas que caracterizan ciertas actitudes figurativas en la Espa?a de esa ¨¦poca. Para terminar de aclarar el contenido, decir que se muestran obras de Eduardo Arroyo, Equipo Cr¨®nica, Juan Genov¨¦s, Luis Gordillo y Dar¨ªo Villalba, m¨¢s los labios-sof¨¢ de Mae West (1974), de Salvador Dal¨ª, que podr¨ªan ser perfectamente atribuidos al pintor pop norteamericano Tom Wesselmann.
POP ESPA?OL. LOS A?OS SESENTA. EL TIEMPO REENCONTRADO
Museo de Arte Contempor¨¢neo
Esteban Vicente. Plazuela de las Bellas Artes. Segovia
Hasta el 9 de enero de 2005
Se puede pensar que reunir unas cuantas obras de este quinteto no reviste en s¨ª mismo ning¨²n esfuerzo excepcional, sin embargo, la idea de "reencontrarse" con el tiempo, es decir, de rebuscar en lo que estando a¨²n presente (como lo est¨¢n estos pintores) ya es pasado, tiene en esta exposici¨®n un valor a?adido importante. Esa indagaci¨®n en lo que fueron los sesenta en Espa?a, algo que, con el v¨¦rtigo del progreso, la democratizaci¨®n, y la modernizaci¨®n de la vida cotidiana, parece que hemos relegado a un freudiano caj¨®n que no se desea abrir. C¨®mo iba a haber pop en una sociedad fuertemente rural, econ¨®micamente empobrecida, culturalmente autista y alejada de los problemas te¨®ricos sobre comunicaci¨®n y cultura popular que, en los cincuenta, interesaron al Independent Group de Londres, o de la idea del American way of life, lanzada por la pol¨ªtica consumista de Estados Unidos.
Por el contrario, lo que en esta ex-
posici¨®n se muestra de forma eficiente, adem¨¢s de las pinturas de los artistas aludidos, es una espl¨¦ndida colecci¨®n de fotograf¨ªas de esos a?os olvidados que, operando en contrapunto con las obras pl¨¢sticas, nos muestran, con realidad documental y est¨¦tica objetiva, c¨®mo era la vida "popular" de los espa?oles (nosotros mismos) entonces. Campesinos castellanos envueltos en recias mantas, familias desplaz¨¢ndose a lomos de burros con los galgos atados con sogas, mujeres lavando en las fr¨ªas aguas del r¨ªo o cosiendo en la solana a la puerta de casa, ni?os desarrapados jugando sin juguetes, o la emblem¨¢tica imagen de El Lute, desastrado, con el brazo derecho en cabestrillo, entre dos guardias civiles que miran a la c¨¢mara con ojos de hambre eterna y zafia ignorancia. Este tipo de im¨¢genes, algunas de ellas convertidas en aut¨¦nticos iconos de la Espa?a premoderna, forman el contrapunto id¨®neo para entender que el "nuevo realismo" de Arroyo, la iron¨ªa cultista de Equipo Cr¨®nica, las aterradas masas de Genov¨¦s, las fragmentadas y desdobladas figuras de Gordillo y los turbadores encapsulados de Villalba constituyen actos heroicos y visionarios, por parte de los artistas, que fueron esfuerzos impagables por hacer de aquella Espa?a rural y analfabeta, dominada por el miserable sue?o imperial del que se hac¨ªa llamar "caudillo", llegara a ser un pa¨ªs moderno, capaz de leer sin dificultad en las im¨¢genes de actualidad. Sin embargo, hoy la televisi¨®n, aut¨¦ntico fen¨®meno pop, con su irracionalidad parad¨®jica, sus mitos de fingida pasi¨®n y sus efectos ¨®pticos especiales, no s¨®lo arrincona estas obras, ignorando su aut¨¦ntico valor, sino que produce una cortina de amnesia para ser corrida sobre nuestro pasado inmediato.
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