Al aeropuerto, por piernas

Grandes vallas publicitarias colgadas de la fachada del aeropuerto de Manises anuncian con pompa a todo viajero que llega a la terminal de salidas que Valencia ser¨¢ la sede de la Copa del Am¨¦rica en 2007. Un acontecimiento que las autoridades p¨²blicas quieren aprovechar para catapultar a todo el mundo la imagen de una Valencia din¨¢mica y moderna.

El espejismo se rompe a escasos 300 metros de estos prometedores carteles, los que separan la terminal a¨¦rea del apeadero de la l¨ªnea C-4 de Renfe (Valencia-Riba-roja del Turia), que comunica el centro de la ciudad con su aeropuerto. En la era de la intermodalidad y de los grandes nudos de comunicaciones, el tren y el avi¨®n se dan la espalda en Manises con los carteles de la Copa de fondo.

"Es una verg¨¹enza que estemos a 10 pasos del aeropuerto y no haya una pasarela para peatones", se lamenta Jes¨²s, de 62 a?os, que lleva 42 a?os volando entre Valencia y Bruselas por motivos de trabajo. Jes¨²s conoce como la palma de la mano esta 300 metros clandestinos entre la terminal y el apeadero del tren, un circuito a la altura de una prueba de cross, apto s¨®lo para "personas en forma", comenta Jes¨²s con sorna. Y no exagera.

El viajero se encuentra al bajar del tren con una pasarela elevada para peatones que salva la v¨ªa f¨¦rrea, pero que acaba al pie de un cruce de autov¨ªas y de cambios de sentido peligroso por la velocidad a la que circulan los coches. A continuaci¨®n pegados al arc¨¦n llegan hasta la misma valla del aeropuerto, agujereada por tres o cuatro puntos por los que se internan en el aeropuerto. El goteo de personas es constante y el trayecto, arriesgado.

Un segundo atajo -un camino de tierra, igual de improvisado que el primero- conduce tambi¨¦n al aer¨®dromo unos metros m¨¢s all¨¢, pero en esta ocasi¨®n, los obst¨¢culos a superar son las biondas o quitamiedos, los canales pluviales y una peque?a loma de pendiente vertiginosa, imposible para los que llevan maleta.

Valentina y Marta, estudiantes de una escuela de azafatas, recorren de lunes a viernes cuatro veces este trayecto.Estas dos estudiantes llevan desde que empezaron las clases en octubre -se imparten en una escuela ubicada junto al aeropuerto- llegando tarde, al igual que otros, por la falta de un paso peatonal. Ayer, un d¨ªa lluvioso, hicieron tiempo en una cafeter¨ªa cercana al apeadero hasta que par¨® de llover y emprendieron su marcha habitual.

Al igual que Valentina y Marta, los usuarios del tren, adem¨¢s de por gusto, eligen el transporte ferroviario porque en 20 minutos escasos llegas de la Estaci¨® del Nord de Valencia al aeropuerto por 1,5 o 2 euros. La alternativa es el servicio de Metrobus que, como explica Jes¨²s, no llega hasta el centro de la ciudad, el taxi -depende de la hora, pero las carreras pueden costar entre 10 y 15 euros- o el veh¨ªculo privado, todos por carretera.

"Como venimos tantas veces, el otro d¨ªa coincidimos con un pasajero que iba detr¨¢s de nosotras y le tuvimos que ayudar con la maleta porque solo no pod¨ªa", cuenta Marta para la que el problema no es nuevo porque, advierte, uno de sus profesores les ha contado que esto ya pasaba cuando era alumno de la misma escuela. "Lo normal ser¨ªa una pasarela peatonal", agrega la estudiante. "No creo que cueste tanto alargar la actual", especulaba poco antes Jes¨²s.

Como Valentina, Marta y Jes¨²s, recorre este camino Fran?ois, estudiante, de 17 a?os, de la Universidad Jaume I de Castell¨®n que aprovecha este puente para volver a casa a Par¨ªs aprovechando el puente festivo. O Enrique, de 35 a?os, de Vila-real, que se va a Malta a pasar unos d¨ªas. Con ellos algunos trabajadores del aeropuerto y vecinos de Manises que reconocen que, a pesar de casi tocar la terminal, est¨¢ dif¨ªcil llegar a la puerta. Tan cerca, pero tan lejos.

Por este apeadero, que aparece en los mapas de la l¨ªnea C-4 de Renfe con el nombre Aer¨®dromo de Manises, pasan cada mes entre 800 y 1.000 pasajeros. Esa l¨ªnea, seg¨²n un acuerdo suscrito por el Ministerio de Fomento, Renfe, AENA y la entonces Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas y Transportes de la Generalitat, se cede a la Generalitat. De hecho, la consejer¨ªa auton¨®mica incorporar¨¢ esta v¨ªa a su red de Metro y pondr¨¢ en servicio un tranv¨ªa que llegar¨¢ hasta el mismo aeropuerto. La Administraci¨®n central y la auton¨®mica se han comprometido a acelerarla para que los visitantes que traiga la Copa del Am¨¦rica puedan desplazarse de Valencia al aeropuerto o a la inversa sin andar campo a trav¨¦s. Hace unos a?os se baraj¨® la posibilidad de construir una pasarela, pero la iniciativa no prosper¨®.

"Soy valenciano y, por motivos personales, viajo mucho ¨²ltimamente a Hannover, en Alemania. All¨ª llegas y tienes un medio de transporte asequible para desplazarte por la ciudad. A veces, cuando vuelvo, me da rabia la imagen que damos porque ¨¦sta es la ciudad donde vivo", apunta Jaime, otro habitual de Manises.

Los carteles de la Copa del Am¨¦rica y la tecnolog¨ªa del futuro de los barcos que compiten en el desaf¨ªo n¨¢utico palidecen al fondo, cada vez que uno de estos viajeros cruza los 300 metros que separan el apeadero ferroviario de la terminal a¨¦rea.