'Birth' y 'Primer', ganador en Sundance, dan un toque de distinci¨®n al certamen

Una notable peripecia de renacimientos, Birth, del brit¨¢nico Jonathan Glazer, en la que campa la extraordinaria Nicole Kidman, y una hipn¨®tica, aunque a menudo incomprensible pel¨ªcula independiente estadounidense, Primer -ganadora en Sundance-, montada, escrita, dirigida, interpretada, sonorizada y hasta musicada por una sola persona, Shane Carruth, pusieron ayer un toque de distinci¨®n en la programaci¨®n a concurso del Festival de Cine de Sitges.

Recibida con algo m¨¢s que frialdad en la pasada Mostra de Venecia, en la que compet¨ªa con todo tipo de productos, el pase ayer, en Sitges, de Birth, levant¨®, en cambio, la admiraci¨®n general sin duda, la historia de un ni?o de 10 a?os (Cameron Bright) que se presenta un buen d¨ªa en casa de una atractiva viuda (Kidman), que perdi¨® a su marido hace justamente 10 a?os, y que est¨¢ en v¨ªsperas de volver a casarse, s¨®lo para decirle que es su marido muerto, ten¨ªa a priori en Sitges un lugar id¨®neo, y no debe extra?ar que fuese acogida con fuertes aplausos.

No es ajena a ello Kidman, que borda su papel de mujer rica y fr¨ªa a la que, con una serie de confesiones escalofriantes, el ni?o termina convenci¨¦ndola de que es en realidad quien dice ser. Las tribulaciones de la mujer a partir de entonces, su arrebatado amor por el muerto redivivo y la incomprensi¨®n de su familia elevan constantemente el inter¨¦s del filme, pr¨¢cticamente sin fisuras de ning¨²n tipo. Incluso la vuelta de tuerca final no resulta para nada previsible y deja en el aire tantos interrogantes como preguntas formula la ficci¨®n. Fant¨¢stico inquietante, realizaci¨®n primorosa, Birth se apunta desde ya a la lista de favoritas a alzarse con los premios.

Y aunque ni su factura ni sus intenciones ni su propia historia tengan nada que ver con la de Birth, no menos inter¨¦s plantea Primer, la ¨®pera prima de un absoluto superdotado, el matem¨¢tico e ingeniero Shane Carruth. Durante buena parte del filme, como ocurr¨ªa igualmente en Pi, la apasionante ¨®pera prima de Darren Aronovski, y pasa constantemente en una serie televisiva como Urgencias, no sabemos muy bien t¨¦cnicamente de qu¨¦ se nos est¨¢ hablando, m¨¢s all¨¢ de que los protagonistas son dos ingenieros que est¨¢n construyendo un artilugio que parece un ordenador, una m¨¢quina para viajar por el tiempo, o vaya uno a saber qu¨¦.

Con un ritmo infernal, sin dejar que el espectador tenga tiempo para pensar, Carruth construye un artilugio de endiablada eficacia que mantiene siempre en vilo al p¨²blico y que sirve, de paso, para demostrar el buen oficio como metteur en sc¨¨ne del debutante: a nadie extra?a que el filme, de una sobriedad admirable y una duraci¨®n (80 minutos) por debajo de la media, obtuviera el primer premio en el prestigioso festival de cine independiente de Sundance.

A diferencia de Carruth, la catalana S¨ªvlia Quer s¨ª tiene experiencia en la direcci¨®n, aunque sea la televisiva. Su ¨®pera prima cinematogr¨¢fica, Febrer, es un buen compendio de defectos (un gui¨®n en ocasiones cr¨ªptico, situaciones incomprensibles que bordean lo caprichoso) e indisimulables virtudes: una puesta en escena sobria y elegante, la recuperaci¨®n de una profesional que no suele tener en el cine la suerte que merece, Laura Conejero; y el deseo de construir una ficci¨®n del todo personal, centrada en los sentimientos, en las inquietudes, en la paranoia.