El Bar?a firma su mejor goleada

No importa que tenga siete futbolistas lesionados y que juegue con lo puesto. O que Iniesta estrene titularidad como extremo derecho porque, si hace falta, tambi¨¦n asiste y golea como el mejor delantero. El Bar?a sigue siendo un cicl¨®n que apabulla a sus rivales con una abrumadora posesi¨®n del bal¨®n y que los vence con un juego ofensivo espl¨¦ndido. El M¨¢laga lleg¨® al Camp Nou en puestos de descenso y solo resisti¨® veinte minutos hasta que Eto'o agujere¨® la muralla blanquiazul y Deco la rompi¨® con un golazo. Ni se inmut¨® el M¨¢laga que permiti¨® que el festival azulgrana fuera completo. Iniesta se reivindic¨® tras el descanso fulminando los miedos generados por las bajas por lesi¨®n de Giuly y Larsson: meti¨® el tercero y regal¨® el cuarto a Eto'o para jolgorio del Camp Nou. Todo le sali¨® rodado al Bar?a: se reafirm¨® en el liderato, firm¨® su mejor goleada el d¨ªa que ten¨ªa menos arietes y no sufri¨® ninguna lesi¨®n. No es poco teniendo en cuenta que el club cuenta los d¨ªas para el par¨®n de Navidad y para fichar en invierno.

El M¨¢laga, que llegaba con muchas bajas, so?¨® con escapar de la crisis pero su ilusi¨®n se desvaneci¨® a las primeras de cambio. Gregorio Manzano teji¨® una tupida tela de ara?a alrededor de Calatayud, que se rasg¨® r¨¢pido. No es f¨¢cil resistir las embestidas en tromba del Bar?a, que ataca, ataca y ataca, aparentemente sin excesivo peligro, hasta que descubre un hueco y pasa a ser letal. Deco lee los partidos como nadie y asume en esa maquinaria un papel capital. No hay gol en el que no intervenga (en tres de los cuatro de ayer). El Camp Nou soportaba la lluvia y el viento especulando quiz¨¢ sobre si el M¨¢laga repetir¨ªa la pel¨ªcula del Celtic de hace diez d¨ªas. Pero entonces apareci¨® el portugu¨¦s, que asisti¨® a Eto'o para que hiciera el resto. En estado de gracia, tocado por los dioses, el camerun¨¦s se ha empe?ado en emular al Rey Midas (es pichichi con 12 goles en 14 partidos). Recibi¨®, se fue veloz de tres defensas y toc¨® lo justo el bal¨®n para clavarlo en la red.

Aturdido por el gol, el M¨¢laga, que se hab¨ªa agazapado atr¨¢s, intent¨® una t¨ªmida salida y cay¨® entonces en su propia trampa. El Bar?a rob¨® una pelota y teji¨® un contragolpe rapid¨ªsimo. Fue un jugad¨®n que se qued¨® sin premio. Pero los azulgrana pusieron ayer en pr¨¢ctica el mejor de sus tesoros: presionan hasta la extenuaci¨®n a la defensa rival para recuperar el bal¨®n. Y as¨ª naci¨® el segundo. Eto'o intercept¨® un pase del portero a un defensa, cedi¨® a Deco que peg¨® un zapatazo que se col¨® en la escuadra. Visto y no visto, el Bar?a se hab¨ªa metido el partido en el bolsillo en cuatro minutos y luego, consciente de sus escasas fuerzas, levant¨® el pie del acelerador. Desbordado por arriba y por abajo, el M¨¢laga hizo el papel de la estatua y V¨ªctor Vald¨¦s casi ni se top¨® con Amoroso, el ¨²nico hombre en punta de los blanquiazules.

Quedaba s¨®lo una duda: si el Bar?a dejar¨ªa abierto el partido o acabar¨ªa sentenciando. Suele sucederle eso: carece de instinto asesino, no rubrica grandes goleadas, alarga la vida a los rivales y a veces corre el riesgo de acabar sufriendo. Gregorio Manzano vio por ah¨ª un resquicio de esperanza y retir¨® a un centrocampista (Juanito) por un delantero (Wanchope). Pero el M¨¢laga, deprimido, no dio se?ales de vida y el Bar?a, que no ces¨® de atacar, camp¨® a sus anchas. Y la goleada madur¨®. M¨¢rquez, cada vez m¨¢s activo en ataque, traz¨® un tiralineas para Deco. El portero aguant¨® pero Fernando Sanz rechaz¨® el bal¨®n a los pies de Iniesta que, arrastr¨® tras de s¨ª a la defensa, gole¨® como el mejor ariete en medio de una selva de piernas.

S¨®lo entonces Rijkaard movi¨® el banquillo para dosificar a un equipo que ayer no dio signos de agotamiento. El holand¨¦s hizo algo curioso: no quiso que la fiesta decayera y retir¨® a tres defensas (Gio, Oleguer y Puyol) por Sylvinho, Messi y Fernando Navarro. Ronaldinho, pese a la cantidad de veces que rod¨® por el c¨¦sped, aguant¨® hasta el final con el brazalete de capit¨¢n mientras el Camp Nou coreaba ol¨¦s y se entusiasmaba con el ¨²ltimo gol del camerun¨¦s justo antes de que el ¨¢rbitro se?alara el final del partido.