Las dos caras del PP
En el Partido Popular (PP) hay, cada vez m¨¢s, ideas y sentimientos compartidos, y an¨¢lisis y t¨¢cticas diferentes. La mayor¨ªa de los dirigentes populares reconoce que la direcci¨®n del partido les transmite continuamente el mensaje de que est¨¢n siendo agredidos por el Partido Socialista (PSOE) y por el Gobierno. Todos afirman que el caso Yak, el caso Ch¨¢vez o la comisi¨®n parlamentaria del 11-M son percibidos realmente entre sus filas como ataques contra su partido y su memoria. Pero no todos reaccionan igual, ni analizan de igual modo la t¨¢ctica a seguir.
Unos creen que eso justifica una reacci¨®n dura, en la l¨ªnea favorita de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y ?ngel Acebes, y que, adem¨¢s, esa dureza supondr¨¢, llegado el momento, un claro beneficio electoral. Otros, por el contrario, creen que esa violenta confrontaci¨®n en todos los campos no le conviene al PP en absoluto, porque enquista entre los ciudadanos la imagen de falta de di¨¢logo y obcecaci¨®n que les hizo, precisamente, perder las elecciones.
Algunos expertos populares advierten que no es buena idea mantener mensajes que parezcan incoherentes con el estilo y la forma de ser del l¨ªder electoral
"Todas estas cosas impiden pasar p¨¢gina. S¨®lo valen para que nos reafirmemos a nosotros mismos y a nuestros militantes, pero nosotros y nuestros militantes no somos suficientes para volver a ganar las elecciones", admite con calma un destacado dirigente provincial.
Casi todos los populares manejan la idea de provocar una legislatura corta, y de empujar, como sea, para que el PSOE no pueda mantener las alianzas parlamentarias necesarias para terminar el mandato y que opte por convocar elecciones anticipadas. "Eso es lo que va a suceder, hagamos nosotros lo que hagamos. Los socialistas, ellos solos, con sus errores y meteduras de pata, terminar¨¢n convocando elecciones antes de tiempo", mantiene un miembro de la direcci¨®n nacional.
Unos creen que, ante esa posibilidad, no hay tiempo para cambiar nada y que lo mejor es recurrir apresuradamente a la l¨ªnea de ataque "con todo" que les dio buen resultado en 1996. Otros piensan que aquella etapa ya acab¨®, que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero es diferente, que el electorado es diferente y que su propio l¨ªder, Mariano Rajoy, tambi¨¦n lo es, por lo que enrocarse en esa imagen de aspereza "a la Aznar" no har¨¢ que regresen al Partido Popular, en esas hipot¨¦ticas elecciones anticipadas, los votos que se fueron volando en 2004.
"Podemos encontrarnos con que unas elecciones anticipadas son, justamente, un desastre para nosotros y no para los socialistas", insiste el mismo dirigente popular. "La manera de evitar ese desastre es mantenernos a nosotros mismos en tensi¨®n, es mantener unidas como sea nuestras propias filas", reprocha otro dirigente nacional que defiende sin fisuras la l¨ªnea desarrollada por el grupo parlamentario del PP estas ¨²ltimas semanas. "?Filibusterismo? No es filibusterismo, pero ll¨¢melo como quiera. Ni agua, lo llamo yo. Ni la menor facilidad", asegura.
Tensi¨®n ambiental
Los especialistas del PP no se ponen de acuerdo. "No importa que los t¨¦cnicos estemos de acuerdo, o no. Las decisiones pol¨ªticas las toman, como es l¨®gico, los dirigentes pol¨ªticos y no los especialistas. Nosotros s¨®lo facilitamos los an¨¢lisis electorales. Las decisiones corresponden a Rajoy y a su equipo pol¨ªtico", asegura uno de estos expertos.
Admite, sin embargo, que, desde un punto de vista de sociolog¨ªa electoral, no suele ser buena idea mezclar dirigentes y mensajes contrapuestos. "Los electores dan una gran importancia a la coherencia y a la credibilidad, y hacen falta l¨ªderes que transmitan mensajes cre¨ªbles en su boca, no mensajes que sean incoherentes con el estilo y la forma de ser de esa persona concreta", explica. Sin mencionarlo expresamente, parece creer que Mariano Rajoy necesita otro mensaje que no sea el de la confrontaci¨®n absoluta.
En cualquier caso, da la impresi¨®n de que cuanto m¨¢s violenta es la confrontaci¨®n con el Gobierno y el PSOE, m¨¢s dificultades encuentran para imponer su an¨¢lisis los que mantienen que el partido necesita un cambio progresivo de imagen. "Pero, por supuesto, si nos atacan, lo primero es defenderse. Si el ambiente contin¨²a tan tenso, no hay nada que hacer", asegura un representante de este sector.
?Lo mantienen as¨ª de tenso quienes dentro del Partido Popular no quieren cambio alguno? El dirigente del PP se niega completamente a considerar esa posibilidad.
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