Memorias del horror en Chile
El testimonio de m¨¢s de 27.000 torturados durante el r¨¦gimen de Pinochet estremece al pa¨ªs
El presidente de Chile, el socialista Ricardo Lagos, encomend¨® en noviembre de 2003 a una comisi¨®n de ocho personas, presidida por el obispo Sergio Valech, la elaboraci¨®n de un informe sobre las torturas perpetradas de 1973 a 1990, los 17 a?os de dictadura de Augusto Pinochet. El resultado, tras un a?o de trabajo, son 646 p¨¢ginas donde se da cuenta de los m¨¢s de 800 centros de tortura, las t¨¦cnicas empleadas, el contexto hist¨®rico, los testimonios, las consecuencias que acarrearon en sus vidas y las propuestas de reparaci¨®n de da?os.
A esto se a?ade un listado de 659 folios con el nombre y apellidos de las 27.255 v¨ªctimas. No aparece el de un solo verdugo, aunque s¨ª se se?ala con el dedo a los estamentos -militar, civil y judicial- que colaboraron en la tortura por acci¨®n o por omisi¨®n. Los nombres de las v¨ªctimas no aparecen asociados a las vejaciones que sufrieron. Nadie tiene por qu¨¦ saber qui¨¦n fue electrocutado y qui¨¦n obligado a comer heces; qui¨¦n violada por perros adiestrados; qui¨¦n sufri¨® simulacros de fusilamiento y despu¨¦s de sonar la descarga del pelot¨®n oy¨® a un militar que le dec¨ªa, poni¨¦ndole una pistola en la sien: "Te salvaste... Me toca a m¨ª darte el tiro de gracia y debo decirte que te quedan menos de 30 segundos de vida".
"?C¨®mo pudimos vivir 30 a?os en silencio?", se pregunta el presidente Ricardo Lagos
El 94% de los detenidos se?al¨® en el informe haber sufrido torturas
Nadie ha de saber qu¨¦ padre fue forzado a presenciar la tortura de su hijo o qu¨¦ hijo a contemplar el maltrato a su madre. Ni ha de conocerse qui¨¦nes de las 27.255 v¨ªctimas estuvo una semana de pie, sin alimento ni agua. S¨®lo la palabra hombre o mujer identifica a las v¨ªctimas. Un ejemplo: "Hombre, detenido en septiembre de 1973, recluido en la comisar¨ªa de Rahue, Osorno: 'El d¨ªa 19 de septiembre nos sacan del calabozo uno a uno para recibir golpes; un carabinero con un martillo de madera procede a darme un fuerte golpe en el dedo me?ique de ambas manos, para luego, con un alicate, proceder a sacar las u?as; en ese momento ingresa el sargento [se omite el nombre], el cual quita al carabinero el alicate y procede a arrancarme con ¨¦ste el bigote..., en un momento, producto del gran dolor y desesperaci¨®n, logro morder la mano de este personaje, el que debe ser socorrido por un carabinero que me da un culatazo en mi cara [...], pierdo el conocimiento y, al despertar, me doy cuenta de que sangro mucho de cabeza, nariz y boca... Luego me doy cuenta de que me faltan ocho dientes... Hab¨ªa procedido a sac¨¢rmelos con el alicate... o a golpes, no s¨¦".
El presidente Lagos se pregunta: "?C¨®mo pudimos vivir 30 a?os en silencio?". La comisi¨®n responde: "Despu¨¦s de mucho meditar, nos damos cuenta de que es un silencio basado no s¨®lo en el temor, ?y cuanto temor! Tambi¨¦n hay un aspecto de elemental dignidad. Una cosa es presentarse a la familia despu¨¦s de haber sido detenido. No cuesta el alegato de inocencia y hasta cierto orgullo por haber sufrido una injusticia o el sufrimiento por una causa que se estima noble. Es humano querer mostrarse altivo y no humillado. Pero descorrer el velo de la tortura, de la humillaci¨®n, de la violaci¨®n f¨ªsica y psicol¨®gica es algo muy dif¨ªcil. Y ese silencio comprensible fue ahondando el da?o de los sufrimientos no compartidos, de las confidencias ahogadas (...)".
Ahora, en la p¨¢gina de Internet, http://www.servicios.gov.cl/comision/, se pueden leer verdades, durante mucho tiempo ocultas. Como la de una mujer detenida en 1974: "Por violaci¨®n de los torturadores qued¨¦ embarazada y abort¨¦ en la c¨¢rcel. (...) Me obligaron a tomar drogas, sufr¨ª violaci¨®n y acoso sexual con perros, la introducci¨®n de ratas vivas por la vagina y todo el cuerpo. Me obligaron a tener relaciones sexuales con mi padre y mi hermano, que estaban detenidos. Tambi¨¦n a ver y a escuchar las torturas de mi hermano y padre. Ten¨ªa 25 a?os".
Los ocho miembros de la comisi¨®n, entre los cuales se encuentran un obispo, un abogado, una psic¨®loga, una asistente social, otros dos abogados pertenecientes a partidos de derecha, otro jurista, del partido en el Gobierno, y un especialista en derechos humanos, han trabajado durante un a?o sin cobrar. Los mi¨¦rcoles se reun¨ªan para valorar los testimonios recabados por m¨¢s de cien profesionales -abogados, psic¨®logos, asistentes sociales- en Santiago y otros cien en 112 localidades de todo el pa¨ªs. Chile ya ten¨ªa experiencia en este tipo de estudios. En 1991 se gest¨® el informe Rettig -dirigido por el abogado Ra¨²l Rettig- sobre las desapariciones y ejecuciones durante el r¨¦gimen de Pinochet. Pero ese informe no contemplaba las torturas. El abogado Jos¨¦ Antonio G¨®mez, ex ministro de Justicia de Lagos, fue uno de los miembros de la comisi¨®n: "En mi familia, como en tantas otras de Chile, sufrimos casos de presos, exiliados, torturados..., pero lo que finalmente he escuchado, he le¨ªdo... es tan brutal que no se puede dimensionar", se?ala G¨®mez desde Santiago. A Jos¨¦ Antonio G¨®mez le han impresionado los testimonios de los hijos de las v¨ªctimas. Se dio el caso de una mujer que fue detenida y violada a la edad de 15 a?os. Al salir, tuvo una hija. La hija, ahora de 29 a?os, prest¨® testimonio: "Yo represento la prueba gr¨¢fica, represento el dolor m¨¢s grande, lo m¨¢s fuerte que ha vivido mi mam¨¢ en su vida... Hab¨ªa mucha rabia dentro de ella, yo la sent¨ªa. Esto ha marcado mi vida y es para siempre. Yo tambi¨¦n tuve rabia".
Los investigadores han constatado que a menudo se hac¨ªa o¨ªr y presenciar a los detenidos las torturas de compa?eros y familiares. As¨ª lo relata una mujer detenida en septiembre de 1973: "Al entrar en la comisar¨ªa, casi al anochecer, escuch¨¦ unos gritos desgarradores que proven¨ªan de alg¨²n lugar de la comisar¨ªa. El terror m¨¢s profundo que puede sentir un ser humano me invadi¨® al reconocer que los gritos eran de mi hermano".
"?C¨®mo explicar tanto horror?", se pregunta el presidente Lagos. "?Qu¨¦ pudo provocar conductas humanas como las que all¨ª aparecen? No tengo respuestas para ello. Como en otras partes del mundo y en otros momentos de la historia, la raz¨®n no alcanza a explicar ciertos comportamientos en los que predomina la crueldad extrema. ?C¨®mo explicar que el 94% de los detenidos se?alaron haber sufrido torturas? ?C¨®mo explicar que, de las 3.400 mujeres que prestaron testimonio, casi todas se?alan haber sido objeto de violencia sexual?".
G¨®mez da una respuesta: "Hab¨ªa una clara intenci¨®n de mantener el terror en el momento en que se produce el golpe de Estado. Los propios actores de esa ¨¦poca dicen que en 24 horas controlaron el pa¨ªs. ?C¨®mo consiguieron dominar un pa¨ªs durante tantos a?os? Mediante el terror. Hay 800 o 1.000 centros de detenci¨®n en Chile. Y eso no se le ocurri¨® a un solo oficial. Fue una pol¨ªtica de Estado. Particip¨® el Ejecutivo, representado por Pinochet; el Legislativo y el Judicial, por omisi¨®n. Por eso es el Estado el responsable de reparar a las v¨ªctimas".
El Gobierno va a otorgar una pensi¨®n mensual de 144 euros a cada v¨ªctima, adem¨¢s de sufragarles la sanidad y la educaci¨®n. Tanto el trabajo de la comisi¨®n como las medidas de compensaci¨®n han sido elogiadas por gran parte de la sociedad chilena, incluido alg¨²n destacado militar. Pero tambi¨¦n ha habido cr¨ªticas. El abogado comunista Eduardo Contreras comenta: "El Gobierno promete la educaci¨®n gratuita de las v¨ªctimas, pero no favorece a sus hijos. Muchas v¨ªctimas tienen 50 o 60 a?os; de nada les sirve esos gastos de educaci¨®n. Adem¨¢s, este trabajo se le viene demandando al Estado desde el a?o 90. Llega con atraso".
No obstante, tanto el abogado Contreras como su partido se muestran satisfechos tambi¨¦n con la publicaci¨®n del informe, aunque critican que se hayan ocultado los nombres de los verdugos, pese a que la mayor¨ªa de las v¨ªctimas saben qui¨¦nes son. Un periodista del PC ha anunciado que esta semana publicar¨¢ la lista de verdugos.
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