Hungr¨ªa decide hoy si da la ciudadan¨ªa a los magiares del exterior
El refer¨¦ndum dar¨¢ opci¨®n a la nacionalidad a 3,5 millones de personas de los pa¨ªses vecinos
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Hungr¨ªa vota hoy en refer¨¦ndum un asunto que afecta a la vida cotidiana de todos sus ciudadanos, pero del que pocos hablan, la privatizaci¨®n de la sanidad p¨²blica, y otro, que se remonta a 1920 y que ha provocado un intenso debate: la concesi¨®n de la nacionalidad h¨²ngara a los 3,5 millones de magiares que se quedaron tras el final de la I Guerra Mundial fuera de las actuales fronteras del pa¨ªs, que ingres¨® en la UE en mayo y tiene 10 millones de habitantes.
El primer ministro rumano, Adrian Nastase, ha calificado la consulta de "locura"
Rodeado de todo tipo de s¨ªmbolos h¨²ngaros, que decoran la sede en Arad del partido que representa a los 1,6 millones de magiares de Rumania, Zoltan Kleits, de 62 a?os, se emociona tanto al hablar del refer¨¦ndum que casi nunca llega a acabar sus frases. "Existen otros ejemplos de doble nacionalidad, en pa¨ªses vecinos, tambi¨¦n sobre una base ¨¦tnica...", exclama Kleits, que naci¨® en esta ciudad del oeste de Rumania, en la que, a pesar de la represi¨®n del r¨¦gimen de Nicolae Ceaucescu, quedan todav¨ªa unos 25.000 magiares (20% de su poblaci¨®n). Kleits, que como todos los rumanos jubilados recibe una pensi¨®n m¨ªnima, es s¨®lo un ejemplo de los sentimientos que esta consulta, convocada tras la recogida de 20.000 firmas y que ya ha provocado las protestas de Bucarest, ha despertado el entusiasmo entre las minor¨ªas de la di¨¢spora, que viven, salvo en el caso de Austria, en pa¨ªses m¨¢s pobres que Hungr¨ªa y que son los protagonistas de una consulta en la que no podr¨¢n votar.
"Lo consideremos moderno o no, la conciencia nacional es algo que est¨¢ muy presente en el mundo de hoy", se?ala en el cl¨¢sico Caf¨¦ Central de Budapest el escritor Attila Bartis, nacido en 1968 en la ciudad rumana de Tirgu Mures (Marosvasarhely, en h¨²ngaro). "Que las fronteras son inviolables no lo cuestiona nadie en su sano juicio; pero dar la ciudadan¨ªa a los h¨²ngaros no es una anomal¨ªa, ni viola los intereses de ninguna naci¨®n. Irlanda tiene siete millones de habitantes y 25 millones de ciudadanos", a?ade este novelista, que pasa cuatro meses al a?o en Transilvania.
El Gobierno socialdem¨®crata de Ferenz Gyurcsany ha pedido que se responda no a las dos preguntas -privatizaci¨®n de la sanidad y concesi¨®n de la nacionalidad- e incluso que la gente no vaya a votar, ya que la consulta s¨®lo ser¨¢ v¨¢lida si m¨¢s del 25% (dos millones de electores) vota por una de las opciones. La campa?a a favor del s¨ª ha estado encabezada por la oposici¨®n conservadora del Fidesz, dirigida por el ex primer ministro V¨ªktor Orban, que, en 2002, perdi¨® las elecciones contra todos los pron¨®sticos. Su Gobierno aprob¨® en 2001 una ley que daba un estatus especial a los h¨²ngaros del exterior, que tuvo que ser descafeinada porque Bruselas consider¨® que iba contra las normas de la UE.
"El refer¨¦ndum ofrece la oportunidad de que se conceda la nacionalidad a m¨¢s de tres millones de personas y Hungr¨ªa no tiene posibilidades para hacerlo", afirma S¨¢ndor Petr¨®czi, asesor del primer ministro para temas relacionados con los h¨²ngaros del exterior. "La obligaci¨®n del Gobierno es explicar las negativas consecuencias econ¨®micas que tendr¨ªa una inmigraci¨®n masiva hacia nuestro pa¨ªs", agrega este novelista, autor de La calma (editorial El Acantilado).
"Hay que separar la pregunta planteada en la consulta de la utilizaci¨®n que los pol¨ªticos han hecho del tema, algo que me parece escandaloso. Pero la respuesta no es votar no en este refer¨¦ndum, es no votar a Orban en las legislativas", se?ala Bartis. La Federaci¨®n Mundial de los H¨²ngaros, que recogi¨® las 20.000 firmas necesarias para convocar la consulta, argumenta, en palabras de Barna Belog, miembro de la presidencia, que "los h¨²ngaros que han querido emigrar ya lo han hecho y los que quieran irse lo har¨¢n a EE UU".
La defunci¨®n del Imperio Austro-H¨²ngaro tras la I Guerra Mundial dej¨® muchas heridas abiertas en una parte del mundo donde el pasado no siempre est¨¢ anclado en tiempos remotos, sino que se ve como parte del presente. Con el tratado de Trian¨®n, firmado el 4 de junio de 1920 en Versalles, la Hungr¨ªa de 324.000 kil¨®metros cuadrados y de 20 millones de habitantes se convirti¨® en un pa¨ªs de 93.030 kil¨®metros cuadrados y 7,6 millones de habitantes.
La situaci¨®n de los h¨²ngaros de los pa¨ªses vecinos ha ido cambiando para bien. Eslovaquia y Eslovenia forman parte de la UE y Croacia ha empezado a negociar con Bruselas. Los magiares de Ucrania, un pa¨ªs que no permite la doble nacionalidad, sufren la pobreza, pero no son hostigados. S¨®lo en Voivodina, la ¨²nica regi¨®n multi¨¦tnica de la antigua Yugoslavia que no padeci¨® enfrentamientos ¨¦tnicos en los noventa, se han producido en los ¨²ltimos meses denuncias de agresiones contra h¨²ngaros por parte de radicales serbios. Dos regiones de Rumania, que ingresar¨¢ en la UE en 2007, siguen siendo la gran herida abierta: Transilvania y el Banato, en cuya capital, Timisoara, comenz¨® la revuelta contra Ceaucescu en 1989.
All¨ª, con 1,6 millones de h¨²ngaros, es donde quiz¨¢s las cosas hayan cambiado m¨¢s. En 1990, en Tirgu Mures se produjeron unos violentos enfrentamientos ¨¦tnicos, que pusieron a Transilvania al borde del estallido. Ahora, los dirigentes de la principal formaci¨®n h¨²ngara de este pa¨ªs, la Uni¨®n Democr¨¢tica de los Magiares de Rumania (UDMR), est¨¢n reunidos en un c¨®nclave crucial, pero no por el refer¨¦ndum, sino porque, como en 1996 y 2000, tienen la llave de la gobernabilidad del pa¨ªs tras las elecciones del pasado domingo.
A pesar de que la entrada en la UE o la perspectiva de futuro ingreso han sido un b¨¢lsamo para las tensiones ¨¦tnicas en esta zona del mundo, el peso de la historia es grande y las minor¨ªas son siempre un asunto delicado. Aunque su formaci¨®n est¨¢ en plenas negociaciones con el partido h¨²ngaro para formar un nuevo Ejecutivo, el primer ministro rumano, Adrian Nastase, ha calificado la consulta de "locura" porque "intenta dar privilegios por motivos ¨¦tnicos". "Ni siquiera la apoya el propio Gobierno de Hungr¨ªa", ha agregado.
"Nuestra organizaci¨®n est¨¢ en contra de cualquier inmigraci¨®n masiva", asegura Kalman Cziszter, de 61 a?os, vicepresidente de la UDMR en Arad, donde se?ala que "ahora no hay ning¨²n problema de convivencia". "Aunque la pregunta ha sido planteada de forma muy populista, nuestra organizaci¨®n s¨®lo puede estar a favor del s¨ª. Es una cuesti¨®n de justicia colectiva". El gran peligro est¨¢ en la decepci¨®n que los h¨²ngaros del exterior pueden llevarse si gana el no o, como prev¨¦n las encuestas, no hay suficiente participaci¨®n. Adem¨¢s, una victoria del s¨ª no representar¨ªa un reparto inmediato de pasaportes, ya que el Parlamento de Budapest debe aprobar por dos tercios una ley ad hoc y eso puede llevar meses o incluso a?os, seguramente m¨¢s de los que Rumania tarde en entrar en la UE.
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