Europa entorna la puerta a Turqu¨ªa
Par¨ªs y Berl¨ªn pactan las restricciones para que Ankara negocie a partir de 2005 su entrada en la UE
La UE est¨¢ a punto de abrir la puerta a Turqu¨ªa, pero los miedos y rechazos que levanta la posible entrada de ese gran pa¨ªs musulm¨¢n de 66 millones de habitantes que comparte fronteras con Irak, Ir¨¢n o Siria provoca tensi¨®n y divisiones en pa¨ªses de la Uni¨®n y entre los 25 socios del club. Los pr¨®ximos d¨ªas 16 y 17, los l¨ªderes europeos dar¨¢n el hist¨®rico paso para que a finales de 2005 se abran las negociaciones de adhesi¨®n con Ankara, pero, con el fin de calmar los ¨¢nimos, har¨¢n encaje de bolillos para abrir la puerta y reservarse el derecho a cerrarla si se complica el proceso. Es el s¨ª, pero... que Par¨ªs y Berl¨ªn ya han pactado y que incluye condiciones desconocidas hasta ahora.
La tesis del ex presidente Giscard es: "Amigos, s¨ª, pero no en la misma casa"
La decisi¨®n de abrir negociaciones debe tomarse por unanimidad
"Turqu¨ªa no es un candidato como los dem¨¢s". Es el reiterado comentario en dos d¨ªas de encuentros en Par¨ªs de un grupo de corresponsales en Bruselas con altos cargos del Gobierno franc¨¦s y dirigentes de derecha e izquierda. "La clase pol¨ªtica est¨¢ en contra; nos arriesgamos a una ruptura brutal con los pol¨ªticos y con la opini¨®n p¨²blica", se?ala un alto cargo muy pr¨®ximo al presidente Jacques Chirac, quien s¨ª defiende, personalmente, el ingreso de Turqu¨ªa. "El 80% de los diputados, y quiz¨¢s de la opini¨®n p¨²blica [el 56%, seg¨²n los sondeos], est¨¢ en contra", afirma Pierre Lequiller, presidente de la delegaci¨®n para asuntos europeos en la Asamblea y destacado dirigente del partido de Chirac (UMP).
Para Lequiller, la entrada de Turqu¨ªa har¨¢ imposible el camino de la UE hacia la uni¨®n pol¨ªtica y har¨¢ inevitable que tambi¨¦n aspiren a ello Ucrania, Marruecos y hasta Israel. "Las fronteras determinan el objetivo", dice para resumir. Lequiller propone una "asociaci¨®n reforzada o privilegiada" entre la UE y Turqu¨ªa, pero no el ingreso. "Amigos, s¨ª, pero no en la misma casa". Es la tesis del ex presidente Val¨¦ry Giscard D'Estaing y es tambi¨¦n el plan B que defienden Austria, Eslovaquia, la oposici¨®n conservadora en Alemania e incluso buena parte del Gobierno franc¨¦s.
En el lado opuesto, Reino Unido, Italia y Espa?a destacan que el objetivo de las negociaciones s¨®lo es la adhesi¨®n. En medio, Alemania, B¨¦lgica, Irlanda, Dinamarca o Finlandia defienden el arranque de las negociaciones sin excesivas prevenciones, aunque asumiendo restricciones y condiciones no usadas hasta ahora.
El jueves pasado, Chirac y el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, pactaron en L¨¹beck (Alemania) la f¨®rmula que se aprobar¨¢ el d¨ªa 17 en la cumbre europea en Bruselas. Seg¨²n los interlocutores franceses que conocen el acuerdo, las negociaciones se iniciar¨¢n en la segunda mitad de 2005, y en las conclusiones de la cumbre se dir¨¢ expresamente que el fin de las negociaciones es la adhesi¨®n (tesis aceptada ahora por el Gobierno franc¨¦s), sin menci¨®n al plan B de la "asociaci¨®n reforzada" (Francia ya no lo solicita), pero s¨ª se aclarar¨¢ que el resultado de las negociaciones "no puede estar garantizado de antemano", que ¨¦stas podr¨¢n interrumpirse por decisi¨®n de la mayor¨ªa, sin derecho a veto, si Turqu¨ªa incumple en un momento condiciones democr¨¢ticas b¨¢sicas y que habr¨¢ un seguimiento anual de los progresos y una evaluaci¨®n final para comprobar si los turcos se acomodan a los est¨¢ndares europeos.
Adem¨¢s, habr¨¢ largos periodos de transici¨®n en la concesi¨®n de ayudas europeas a Turqu¨ªa y una cl¨¢usula de salvaguardia permanente para restringir el libre movimiento de trabajadores turcos en la UE. No s¨®lo eso. La decisi¨®n de abrir negociaciones debe tomarse por unanimidad y Chipre es un Estado de la UE a¨²n no reconocido por Turqu¨ªa, al que los 25 le exigir¨¢n un gesto al respecto. Como Grecia, con interminables conflictos fronterizos con Turqu¨ªa, exige de Ankara otro compromiso de asumir el arbitraje internacional para resolver sus disputas.
El documento de conclusiones de la cumbre incluir¨¢ una referencia a que, si Turqu¨ªa no cumple al final todos los est¨¢ndares europeos, la Uni¨®n buscar¨¢ los medios para lograr que ese pa¨ªs quede anclado en Europa. Es decir, que exista entonces, aunque ahora no se mencione, la opci¨®n de la "asociaci¨®n privilegiada". El propio Schr?der dijo el jueves: "El objetivo es la adhesi¨®n, y no otro. Pero si las negociaciones no llegan a buen t¨¦rmino, habr¨¢ que encontrar los medios para evitar que Turqu¨ªa se separe de Europa".
"Para m¨ª", dice un alto cargo del Ejecutivo franc¨¦s amigo de Chirac, "la cuesti¨®n turca es la cuesti¨®n de las fronteras definitivas de la UE al sureste. Si la frontera es interna [de la UE], Europa ser¨¢ m¨¢s estable. Si es externa, ser¨¢ m¨¢s inestable".
Es el de las fronteras de Turqu¨ªa uno de los miedos que recorren Europa. Se suma al miedo cultural, religioso, migratorio, econ¨®mico... Esos recelos que han llevado al ministro italiano Roberto Calderoli, de la Liga Norte, a decir que la entrada de Turqu¨ªa ser¨¢ "un crimen contra la historia y las ra¨ªces cristianas de Europa". El presidente del Parlamento Europeo, Jos¨¦ Borrell, ha ido este fin de semana a Ankara a se?alar lo contrario: "El pueblo turco es de mayor¨ªa musulmana, pero Europa no es, y no deber¨ªa ser, un club cristiano".
M¨¢s condiciones de entrada
Con la vista puesta en Turqu¨ªa, los l¨ªderes de los Veinticinco se disponen a pactar el d¨ªa 17 una red de seguridad sin precedentes que se convertir¨¢ en el nuevo marco de condiciones a?adidas ante pr¨®ximas ampliaciones del club, con las excepciones de Rumania, Bulgaria (ambos entrar¨¢n en 2007) y Croacia, porque afectar¨¢n s¨®lo a aquellos aspirantes que a¨²n no han empezado a negociar.
Esas nuevas condiciones son las siguientes. La apertura y cierre de cada cap¨ªtulo de negociaci¨®n (Agricultura, Competencia, Libre circulaci¨®n...) ser¨¢n supervisados por el Consejo (los Gobiernos). Habr¨¢ largos periodos transitorios, sobre todo para las ayudas comunitarias, y cl¨¢usulas de salvaguardia, incluso permanentes. No se cerrar¨¢ ninguna negociaci¨®n antes de que los socios hayan pactado el marco financiero de la UE que entrar¨¢ en vigor en 2014 (Turqu¨ªa, por tanto, no entrar¨¢ en ning¨²n caso antes de ese a?o y no negociar¨¢ como socio ese marco financiero que incluye el reparto de ayudas). La apertura de negociaciones no presupone la entrada. En caso de "graves" incumplimientos democr¨¢ticos, se suspender¨¢n las negociaciones. En paralelo a las conversaciones, la UE y el pa¨ªs candidato desarrollar¨¢n un di¨¢logo pol¨ªtico y cultural que implicar¨¢ a la sociedad civil.
Francia ha ido m¨¢s lejos. Entre enero y marzo cambiar¨¢ su Constituci¨®n para acomodarla a la europea, pero tambi¨¦n para a?adir que, ante cada ampliaci¨®n, los franceses ser¨¢n llamados a refer¨¦ndum para ratificarla o no, algo que s¨®lo ha ocurrido con el Reino Unido en 1972. "Los ciudadanos siempre tendr¨¢n la decisi¨®n en sus manos", dicen colaboradores de Jacques Chirac para calmar a la opini¨®n p¨²blica. Pero el problema se ha complicado. Tras el cambio constitucional, se celebrar¨¢ el refer¨¦ndum sobre la Constituci¨®n europea y los dirigentes aseguran que, si el debate sobre el tratado europeo se mezcla con el litigio turco, vencer¨¢ el no. El 51% de los franceses mezcla ambas cuestiones, seg¨²n un sondeo facilitado por el Ministerio de Asuntos Europeos.
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