Donde perduran las ra¨ªces
Vallecas, hogar de miles de inmigrantes espa?oles, acoge hoy a m¨¢s de 34.000 extranjeros que buscan una nueva vida
Cuando Sara Isabel abandon¨® Cuba hace cuatro a?os no pensaba que Espa?a iba a ser tan diferente. El salto de una sociedad socialista a otra de libre mercado ha tenido sus consecuencias. En Cuba, ella y su marido, Jos¨¦ C¨¦sar, eran dos profesionales respetados: ella era investigadora de energ¨ªa renovable y ¨¦l trabajaba en el Instituto Superior de Pedagog¨ªa de La Habana.
Hoy, Sara Isabel da clases de inform¨¢tica en una asociaci¨®n de vecinos de Puente de Vallecas y Jos¨¦ C¨¦sar es guardia de seguridad. Tienen 42 y 49 a?os, respectivamente. ?Ha merecido la pena? "La historia de la inmigraci¨®n es as¨ª. Se gana y se pierde, pero merece la pena por los hijos", se resigna Sara Isabel, para quien el futuro de su hija, de 15 a?os, sigue siendo "lo m¨¢s importante".
"Al emigrar a veces se pierde, pero merece la pena por los hijos", dice una mujer cubana
El fuerte tejido asociativo est¨¢ comenzando a integrar a los nuevos vecinos
Esta familia de inmigrantes cubanos vive en Puente de Vallecas, en un piso de la calle Crucero Baleares, en el barrio de Numancia, muy cerca de la avenida de la Albufera, la arteria principal del distrito. En esta zona viven 9.429 de los m¨¢s de 34.200 inmigrantes censados en el distrito, es decir, el 14,1% de la poblaci¨®n total de Puente de Vallecas. Pero Numancia no es el barrio con mayor densidad de extranjeros: est¨¢n m¨¢s presentes en el barrio de San Diego, donde ya son uno de cada cuatro vecinos: 10.286 personas, el 24,8% del barrio.
Vienen de pr¨¢cticamente el mundo entero, pero, seg¨²n los datos del padr¨®n municipal, los inmigrantes m¨¢s numerosos son los ecuatorianos (13.021 personas), marroqu¨ªes (3.051), colombianos (2.643), rumanos (2.146), peruanos (2.066), chinos (2.041) y bolivianos (1.227). Aunque en la actualidad los ecuatorianos son mayor¨ªa, hasta hace pocos a?os lo eran los marroqu¨ªes. En muchos casos conviv¨ªan con expa?oles en situaci¨®n de marginalidad, en edificios de muy baja calidad, casi en ruina, y en ocasiones como okupas.
Ahora, la inmensa mayor¨ªa de los inmigrantes vive en pisos de alquiler que comparten entre muchos para ahorrar dinero. No es el caso de Sara Isabel y su familia, que por un piso de dos habitaciones en el que s¨®lo viven ellos pagan 480 euros mensuales. Este gasto les permite llegar a fin de mes "como todo el mundo, muy apretados", dicen. Sin embargo, Puente de Vallecas no es de los distritos de Madrid con la vivienda m¨¢s cara. En junio de este a?o el metro cuadrado de un piso val¨ªa de media 2.883 euros, una cifra relativamente baja si se compara con la mayor¨ªa de los distritos de la capital. Pero pagar una vivienda en Vallecas cuesta m¨¢s cada a?o: entre 2003 y 2004 el precio por metro cuadrado se increment¨® un 23%.
Aun as¨ª, este distrito sigue siendo el destino de muchos de los extranjeros que se establecen en la capital. S¨®lo en un a?o, entre julio de 2003 y julio de 2004, se han empadronado 4.884 inmigrantes m¨¢s. Es gracias a ellos que Puente de Vallecas no pierda poblaci¨®n lentamente, ya que, por contra, 3.088 espa?oles abandonaron el distrito en el mismo periodo.
Una de las razones del atractivo de Vallecas para los extranjeros es su tradici¨®n solidaria. Lo mismo percibe Sara Isabel. "El barrio es muy acogedor, con muchos inmigrantes, es obrero y de izquierdas. Me siento muy a gusto aqu¨ª", cuenta. La historia de Vallecas no permite otra circunstancia. Hasta hace s¨®lo un par de d¨¦cadas este distrito se compon¨ªa en su mayor parte de casas bajas, e incluso poblados de infraviviendas construidas por miles de inmigrantes espa?oles provenientes de Andaluc¨ªa, Extremadura o La Mancha. Esto todav¨ªa no se ha olvidado, y ha facilitado la integraci¨®n entre los extranjeros y los espa?oles que habitan el distrito. Hoy, muchos de sus vecinos son personas mayores que, generalmente, no encuentran problemas de convivencia, e incluso acuden a los negocios regentados por extranjeros, a pesar de ciertas reticencias iniciales, seg¨²n el Ayuntamiento.
El importante tejido de asociaciones vecinales de Vallecas es otro de los elementos caracter¨ªsticos de esta zona, que lleg¨® a ser conocida hace a?os por su esp¨ªritu combativo a la hora de luchar por mejorar las condiciones de vida de los vecinos. Ahora, los inmigrantes est¨¢n empezando a integrarse tambi¨¦n en estas asociaciones. Sara Isabel da clases de inform¨¢tica a alumnos "rumanos, ecuatorianos, rusos y argentinos", y explica que "sobre todo los ecuatorianos" est¨¢n comenzando a participar de forma activa en la b¨²squeda de soluciones para los problemas del barrio, y tambi¨¦n para los espec¨ªficos suyos.
Hace casi cuatro a?os, en enero de 2001, un grupo de m¨¢s de 50 inmigrantes se encerr¨® en la iglesia de San Ambrosio, en la calle de Riojanos (barrio de Palomeras). Imitando las reuniones clandestinas que durante los ¨²ltimos a?os del franquismo tambi¨¦n se celebraban en muchas iglesias vallecanas, los inmigrantes, la mayor¨ªa sin papeles, protestaban as¨ª contra la Ley de Extranjer¨ªa elaborada entonces por el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
Los inmigrantes contaron con el apoyo de los vecinos, incluso con la presencia solidaria de un grupo de actores de cine y teatro. El encierro no pudo cambiar la ley, que permit¨ªa expulsar a los sin papeles, pero s¨ª demostr¨® que el esp¨ªritu rebelde del popularmente conocido Valle del Kas sigue vigente.
Sin embargo, Vallecas, a pesar de su buena acogida a sus nuevos vecinos, presenta importantes inconvenientes. Tiene una de las rentas brutas per c¨¢pita m¨¢s bajas de la capital (8.203 euros en 2000), y una de las tasas de paro m¨¢s altas, un 7%, que en el caso de las mujeres se elevaba al 9,40% el pasado mes de octubre.
Sara Isabel no se desanima. Aspira a mejorar su condici¨®n de vida y se prepara para ello: "El a?o pasado aprob¨¦ el CAP [el t¨ªtulo que permite opositar a una plaza de profesor en los centros de educaci¨®n p¨²blica] y me voy a presentar a las oposiciones para el Instituto Nacional de Meteorolog¨ªa". Pero existe un obst¨¢culo: "Para un extranjero es muy dif¨ªcil aprobar unas oposiciones. Aqu¨ª es m¨¢s importante comprender el examen que lo que se est¨¢ estudiando", asegura.
El futuro se queda en el barrio
Juan es uno de los 36.588 menores en edad escolar de Puente de Vallecas y uno de los 5.717 chicos de origen extranjero que estudian en el distrito. Aqu¨ª, el 15,6% de la poblaci¨®n menor de 16 a?os es inmigrante, lo que ha provocado el incremento de rostros juveniles en los barrios.
A sus 16 a?os, Juan, peruano residente en Vallecas desde que lleg¨® a Madrid hace diez a?os, est¨¢ convencido de las bondades del distrito. Le gusta la gente, "muy abierta", y sobre todo, la sensaci¨®n de "libertad". "Aunque ¨²ltimamente la gente anda mosqueada", dice t¨ªmidamente. Se refiere a la proliferaci¨®n en la zona de bandas como los Latin Kings, que en ocasiones se enfrentan con pandillas y generan conflictos entre los ciudadanos.
Pero ¨¦l lo tiene claro: "Yo los conozco, pero prefiero no ser de ninguna banda. Adem¨¢s, da la casualidad de que casi todos mis amigos son espa?oles...", afirma el chico, con un marcado acentro madrile?o.
Este joven, que aunque siempre ha sido un buen estudiante reconoce que este curso, primero de bachillerato, le est¨¢ costando "m¨¢s trabajo", acude a clases al IES Vallecas Magerit. En este centro, con 589 alumnos, el 18,34% de sus estudiantes son extranjeros. Una cifra que, sin embargo, es mucho mayor en otros institutos del distrito, como el Vallecas I, donde el 53,33% de sus 30 alumnos son extranjeros; o el Barrio Numancia, con el 40,31% del alumnado, de 320 chicos, de origen extranjero.
A Juan los problemas de integraci¨®n le resultan ajenos -"Nunca se han metido conmigo", asegura-, pero reconoce que muchos chicos extranjeros encuentran m¨¢s dificultades para relacionarse y "se encierran en su mundo".
Como cualquier chico de su edad, ya es consciente de los problemas de la mayor¨ªa de los j¨®venes para encontrar un trabajo y emanciparse, pero no se ve fuera de Puente de Vallecas. "Quiero ser periodista de investigaci¨®n, tengo que estudiar mucho para hacer primero la carrera. Cuando tenga 20 a?os me quiero ir de casa", dice con las ideas muy claras.
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