Bush presiona al 'ala dura' republicana para aprobar la reforma del espionaje
La ley prev¨¦ la creaci¨®n de un coordinador para los 15 organismos de informaci¨®n
La C¨¢mara de Representantes reanuda hoy sus sesiones con la inc¨®gnita de si la mayor¨ªa republicana lograr¨¢ superar sus diferencias y aprobar la ley que reorganiza los servicios de informaci¨®n y crea el puesto de un zar de inteligencia. Un amplio grupo de los congresistas republicanos m¨¢s conservadores se opone porque cree que el Pent¨¢gono perder¨¢ fuerza con la reforma. George W. Bush se est¨¢ empleando a fondo para convencerles: "Hay que hacer todo lo necesario para enfrentarnos a la amenaza terrorista y derrotarla, y eso incluye la reforma de la inteligencia", dijo el presidente en la radio.
"El enemigo sigue tramando contra nosotros y EE UU debe responder urgentemente", a?adi¨® Bush en su intervenci¨®n radiof¨®nica semanal, y se comprometi¨® a "trabajar con el Congreso para obtener un acuerdo sobre esta ley".
El texto, que se discuti¨® entre septiembre y noviembre, recoge la mayor parte de las recomendaciones de la comisi¨®n que investig¨® el 11-S, entre ellas la creaci¨®n de un centro de coordinaci¨®n de la lucha antiterrorista y la figura de un superdirector de Inteligencia Nacional, por encima del director de la CIA y del resto de agencias. El nuevo zar de inteligencia se encargar¨¢ de distribuir las prioridades y el presupuesto de la CIA y de los otros 14 organismos de informaci¨®n y espionaje que existen en Estados Unidos.
El objetivo es corregir los errores que el 11-S dej¨® al descubierto y racionalizar la informaci¨®n secreta. La ley otorga al nuevo director autoridad sobre todos los grupos y una capacidad presupuestaria para programas y operaciones nacionales y extranjeras que cubre el 75% de los 40.000 millones de d¨®lares de presupuesto anual de espionaje, una cantidad aproximada, porque ese presupuesto es secreto y pertenece a Defensa. En Defensa seguir¨¢, pero el nuevo director tendr¨¢ la autoridad sobre la mayor parte del gasto, y no el Pent¨¢gono, que pasar¨¢ de controlar el 80% de ese presupuesto a un 25% destinado a operaciones t¨¢cticas de espionaje. Entre los tres organismos de informaci¨®n que act¨²an dentro de Defensa est¨¢ la Agencia de Seguridad Nacional, que se encarga del espionaje internacional electr¨®nico, pero, seg¨²n la ley de seguridad de 1947, la responsabilidad del control de los sat¨¦lites corresponde al director de la CIA.
Por razones distintas, dos destacados republicanos se oponen a la ley. James Sensenbrenner, presidente del Comit¨¦ Jur¨ªdico de la C¨¢mara, cree que debe incluir el refuerzo de la lucha contra la inmigraci¨®n ilegal, y Duncan Hunter, que preside el Comit¨¦ de las Fuerzas Armadas, teme que la reorganizaci¨®n altere la cadena de mando y perjudique el espionaje militar en los conflictos. Adem¨¢s, y de manera inesperada, un peso pesado como John Warner, presidente del Comit¨¦ de las Fuerzas Armadas del Senado, declar¨® el viernes que comparte algunas de las preocupaciones surgidas en la C¨¢mara. En su mensaje, Bush trat¨® de calmar a los que temen que la reforma debilite la capacidad militar: "Esta ley consolida la actual cadena de mando y mantiene las 15 agencias y organizaciones en sus actuales departamentos, aunque el director de la Inteligencia Nacional supervisar¨¢ todos los esfuerzos para asegurar que el Gobierno puede encontrar y frenar a los terroristas antes de que act¨²en".
La ley est¨¢ respaldada por el compromiso alcanzado en las dos C¨¢maras y por el apoyo dem¨®crata, con lo que podr¨ªa haber sido aprobada hace dos semanas. Pero Dennis Hastert, l¨ªder republicano de la C¨¢mara de Representantes, impidi¨® la votaci¨®n porque no quer¨ªa que quedara en evidencia la divisi¨®n existente en su partido. "Bush deber¨ªa dejar claro a los l¨ªderes republicanos que en este asunto no deber¨ªa haber espacio para politiquer¨ªas; tiene que acabar con los enga?os y los retrasos y hacer que se apruebe la ley", reproch¨® el dem¨®crata Bob Men¨¦ndez.
Pulso con los 'ultras'
En el pulso que la Casa Blanca mantiene con el grupo republicano m¨¢s ultra del Congreso -aunque hay observadores que sugieren que el vicepresidente Dick Cheney contempla con simpat¨ªa las posiciones m¨¢s duras que bloquean la reforma- se pone a prueba la fuerza de Bush en el arranque de su segundo mandato, en el que ha prometido un programa de cambios que no podr¨¢ llevar a cabo con rebeliones en sus filas. El problema es que el presidente ya no tiene que ser reelegido, a diferencia de los congresistas, con lo que pueden tener distintos intereses de futuro. A favor de Bush deber¨ªa contar el cambio de posici¨®n del general Richard Myers, n¨²mero uno de las Fuerzas Armadas, que dijo el jueves que sus preocupaciones sobre la ley hab¨ªan quedado resueltas. Los familiares de las v¨ªctimas del 11-S, que tambi¨¦n presionan para que se apruebe la ley, planean una vigilia frente a la Casa Blanca.
En caso de que no se resuelva el problema, el pr¨®ximo Congreso, que abre sus sesiones el 4 de enero, deber¨¢ discutir la ley desde el principio, con lo que la reforma de los servicios de informaci¨®n sufrir¨ªa un aplazamiento.
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