La vida en el lado oscuro del oc¨¦ano
Un bi¨®logo espa?ol dirige un equipo internacional que estudia las llanuras del fondo del mar
Ensalzado por poetas y m¨ªsticos, recreado por la imaginaci¨®n de innumerables escritores, el mar simboliza el inconsciente humano y como ¨¦l es todav¨ªa un misterio. Entre los exploradores de los misterios de las aguas saladas se encuentra un equipo internacional de investigadores capitaneados por un cient¨ªfico espa?ol afincado en Alemania, Pedro Mart¨ªnez Arbizu. Su misi¨®n es descubrir los habitantes de las llanuras abisales, extensiones inmensas situadas all¨ª donde la luz del sol no logra penetrar, a m¨¢s de 5.000 metros de profundidad. Este programa, el Censo de la Diversidad de la Vida Marina Abisal (CeDAMaR), que codirige el estadounidense Craig Smith. se encuadra dentro del gran proyecto internacional Censo de la Vida Marina.
Los habitantes de las profundidades son blancos o transparentes y no tienen ojos
"La superficie ya estudiada es menor que un campo de f¨²tbol", dice Mart¨ªnez
La tarea de Mart¨ªnez y Smith no s¨®lo es apasionante sino tambi¨¦n pionera porque todos los conocimientos sobre el mar se limitan casi exclusivamente a la vida en la superficie, hasta los 200 metros. Las llanuras abisales son los territorios m¨¢s vastos del planeta. Ocupan un 60% de la superficie de los oc¨¦anos, o lo que es lo mismo casi la mitad del globo en su conjunto y hasta el momento, "la superficie estudiada es menor que un campo de f¨²tbol", asegura Mart¨ªnez desde el Instituto Senckenberg, donde trabaja. Las planicies de los fondos marinos se sit¨²an a ambos lados de formaciones geol¨®gicas similares a volcanes que se encuentran a cinco kil¨®metros bajo la superficie. Sin embargo, los l¨ªmites del lado m¨¢s oscuro del oc¨¦ano pueden extenderse hasta los 11.000 metros de profundidad.
El equipo de Mart¨ªnez est¨¢ compuesto por 50 bi¨®logos que se encargan de rastrear la vida de los fondos marinos. Los ejemplares que encuentran pasan despu¨¦s a una de las fases m¨¢s laboriosas de todo el proceso, que es la determinaci¨®n y clasificaci¨®n. A las dificultades intr¨ªnsecas del proceso se a?ade adem¨¢s "el reto de encontrar personas expertas", se?alaba en una conferencia de prensa hace pocos d¨ªas Federick Grassle, director del Comit¨¦ Cient¨ªfico Internacional del Censo de la Vida Marina. Tanto Grassle como Mart¨ªnez subrayan la escasez de bi¨®logos especializados en las diferentes ¨¢reas de la oceanograf¨ªa y particularmente en la taxonom¨ªa (clasificaci¨®n). En la tarea de identificaci¨®n de los seres encontrados en las llanuras abisales participan centros de todo el mundo entre ellos algunos espa?oles (Jos¨¦ Ignacio S¨¢iz-Salinas de la Universidad del Pa¨ªs Vasco y Victoriano Ugorri y Javier Cristobo de la Universidad de Santiago de Compostela).
De acuerdo a las estimaciones de los expertos, un esp¨¦cimen recogido por debajo de los 2.000 metros de profundidad tiene una probabilidad 50 veces superior de ser una especie totalmente desconocida que otro que se encuentre en capas menos profundas. Seg¨²n la experiencia de Mart¨ªnez desde la puesta en marcha del proyecto CeDAMaR parecen confirmarse las expectativas. "Nosotros encontramos en la expedici¨®n a la planicie abisal de Angola 500 especies por metro cuadrado", explicaba el cient¨ªfico espa?ol en una conversaci¨®n telef¨®nica. "El 90% de ellas son nuevas para la ciencia y deben ser descritas y bautizadas". Pero ¨¦ste es s¨®lo el comienzo porque las cifras que barajan los expertos sobre las posibles nuevas especies se sit¨²an en la escala de los millones.
Las condiciones de vida en lo m¨¢s profundo de los oc¨¦anos no son ni mucho menos f¨¢ciles, al menos para los humanos. "Existe oscuridad total, la temperatura se mantiene entre dos y cuatro grados, la comida es escasa y la presi¨®n es mayor que la que se da en el interior de una olla expr¨¦s", asegura Mart¨ªnez. En un entorno semejante es f¨¢cil imaginar que las criaturas que se pueden encontrar son muy similares a las descritas por Julio Verne. En parte es cierto. "La mayor abundancia de monstruos est¨¢ a 2.000 metros de profundidad. All¨ª se encuentran calamares gigantes y peces de aspecto terror¨ªfico, como Alien. Con grandes dientes y aire amenazante". Sin embargo, la proporci¨®n m¨¢s importante de los habitantes de las grandes profundidades se encuentra en el reino de lo diminuto, seres que se miden por micras o mil¨ªmetros (organismos unicelulares y diversos tipos de gusanos), aunque tambi¨¦n existen criaturas intermedias como la holoturia (pepino de mar) que mide 45 cent¨ªmetros. En cualquier caso, el ambiente abisal hace que los organismos que lo ocupan tengan algunas caracter¨ªsticas particulares en com¨²n: "La falta de pigmentaci¨®n, es decir que son blancos o transparentes, carecen de ojos, crecen lentamente y su tasa de reproducci¨®n es muy baja", afirma Mart¨ªnez.
Adem¨¢s de vivir en unas condiciones ambientales tan extremas, las especies abisales sobreviven gracias a los restos de alimento, los desechos e incluso los cad¨¢veres de peces que caen desde las capas m¨¢s altas del oc¨¦ano, lo que se conoce con el po¨¦tico nombre de lluvia de nieve marina. Precisamente una parte importante del proyecto CeDAMaR es estudiar c¨®mo los cambios que se producen en la superficie, entre los que se incluyen la contaminaci¨®n y el calentamiento global, afectan a la evoluci¨®n y a la supervivencia de la vida abisal.
Como es obvio el acceso a los abismos del oc¨¦ano no es sencillo, pero los avances tecnol¨®gicos han proporcionado a los investigadores numerosos medios que han facilitado la tarea y que son en parte responsables de los ¨¦xitos obtenidos. Seg¨²n explica Pedro Mart¨ªnez, se emplean aparatos mec¨¢nicos parecidos a dragas que absorben los sedimentos del fondo marino y los trasladan al barco cient¨ªfico. Precisamente para una de las expediciones de CeDAMaR, los cient¨ªficos redise?aron un dispositivo denominado pat¨ªn epibent¨®nico para adaptarlo a profundidades de 6.000 metros. En el material recogido de los sedimentos se encuentran en general las especies m¨¢s peque?as, para las grandes se utilizan redes de arrastre similares a las que se usan en la pesca, pero de menor tama?o, "unos 5 metros de abertura".
Los m¨¦todos m¨¢s avanzados se reservan para captar im¨¢genes de la vida abisal. Algo extraordinariamente importante puesto que muchos de los seres que viven en las profundidades cambian sus caracter¨ªsticas cuando se les saca a la superficie, de modo que para su clasificaci¨®n es necesario conocer su realidad. Robots armados de v¨ªdeos, aparatos fotogr¨¢ficos y brazos mec¨¢nicos junto con el Nautile, el famoso submarino franc¨¦s que particip¨® en las tareas de limpieza del Prestige, son los verdaderos visitantes del lado m¨¢s oscuro del oc¨¦ano.
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