Vivir otra vida

Una vieja pel¨ªcula de Ettore Scola, Una jornada particular, mezclaba, all¨¢ por los d¨ªas del fascismo, a un homosexual con un ama de casa v¨ªctima del ancestral machismo mediterr¨¢neo, tal vez los dos seres m¨¢s solitarios de una Roma triunfal en d¨ªa de desfile mussoliniano. Extra?amente, un filme como La ventana de enfrente tambi¨¦n mezcla a una mujer insatisfecha con un homosexual, aunque con el tel¨®n de fondo hist¨®rico ya un tanto lejano: la chica no conoci¨® el fascismo, mientras que el hombre s¨ª sufri¨®, y c¨®mo, los rigores de aquel totalitarismo, sumados al desprecio que su opci¨®n sexual despertaba en muchos por aquel tiempo.

Con este arranque, el turco-italiano Ferzan Ozpetek construye una historia de deseos no consumados, de vidas que cada uno de sus protagonistas hubiera querido tal vez vivir de otra manera y cuyo desarrollo convoca dos tiempos hist¨®ricos diferentes..., aunque la lecci¨®n queda palmariamente de manifiesto, en cualquier momento hist¨®rico, el deseo busca abrirse paso de la manera m¨¢s trabajosa, contra las convenciones, s¨ª, pero tambi¨¦n contra los m¨¢s ¨ªntimos instintos.

Tiene La ventana de enfrente las formas de un drama s¨®lido, aunque tambi¨¦n alguna concesi¨®n a la facilidad y algunas trampas de gui¨®n que la hacen punto menos que incre¨ªble; v¨¦ase, si no, la manera en que la familia de la mujer protagonista (la bell¨ªsima Giovanna Mezzogiorno) acepta e integra en su vida al desmemoriado personaje que encuentran por la calle (Massimo Girotti), que tan esencial es para redondear el discurso cr¨ªtico que el filme vehicula. Pero m¨¢s all¨¢ de peque?as debilidades, la pel¨ªcula se deja ver con agrado, incluso con alguna sorpresa que nace de un gui¨®n que sabe d¨®nde quiere llegar..., aunque en ocasiones utilice demasiados atajos para encontrar el camino.