Edu y Oliveira lanzan al Betis a puestos de la Copa de la UEFA

La victoria puede ser una verdadera miseria. Ganar puede resultar de una labor de racaner¨ªa. Una competici¨®n supuestamente excelsa puede llegar a convertirse en una prueba de la voluntad del espectador. Siempre habr¨¢ quien diga que el que se equivoca es el aficionado, que los que pagan sus abonos y sus partidos por televisi¨®n no saben nada, que lo importante es imponerse a cualquier precio. Otros creen que ganar por ganar es una filosof¨ªa que ya tiene bastante predominancia en nuestra sociedad como para extenderla a lo l¨²dico. Lloren? Serra Ferrer y Lucas Alcaraz plantearon un encuentro de esos, de inversor de Bolsa, con el ¨²nico objetivo del beneficio. Uno gan¨® y otro perdi¨®, pero lo ofrecido por los conjuntos que ambos dirigen es dif¨ªcil que nunca convenza a nadie de que el f¨²tbol es un espect¨¢culo para disfrutar en el d¨ªa libre de una dura semana de curro y, adem¨¢s, pagando una importante cantidad de dinero.

Ayer en Heli¨®polis, los bostezos comenzaron antes de haberse consumido ni siquiera cinco minutos del encuentro. El Betis dijo desde el primer momento que ese objeto amarillo no le era simp¨¢tico, que era inocente de cualquier vinculaci¨®n con el mismo. El Racing tampoco lo quer¨ªa. ?Qui¨¦n se qued¨® con el bal¨®n entonces? Pues el aire, destino de los pelotazos de unos y otros, incapaces de hacer algo a ras de c¨¦sped.

Alcaraz sac¨® una defensa de tres centrales que obligaba a Regueiro a cubrir a Joaqu¨ªn. Una estrategia que nunca suma, que, como mucho, anula a uno, a otro, o a ambos. Los c¨¢ntabros, castrado su principal activo en el ataque, no supieron qu¨¦ hacer con el regalo de la pelota que le hizo el Betis.

A los sevillanos les vale con Oliveira y Ed¨². Ni siquiera hace falta que Joaqu¨ªn haga algo ¨²til -ayer bautiz¨® un regate ventajista, a destiempo y, lo m¨¢s importante, est¨¦ril como la joaquinina-. La calidad y la complicidad de los dos brasile?os le permite al Betis una especulaci¨®n infinita. Todos a defender que uno u otro ya nos sacar¨¢n las casta?as del fuego. As¨ª fue en dos jugadas puntuales, tanto Ed¨² como Oliveira marcaron y el equipo venci¨®. F¨²tbol no hubo, tan s¨®lo el que sali¨® de estos dos espl¨¦ndidos futbolistas. La potencia de Oliveira y la astucia de Ed¨² fue lo ¨²nico rese?able de un encuentro de la llamada Liga de la Estrellas.