El intr¨ªngulis de la autenticidad

Las promesas que participan en el concurso que se organiza en la plaza de Vistalegre ya est¨¢n definidas. Este certamen pretende dar la oportunidad a los aspirantes a ser figuras del toreo. Son alumnos de escuelas taurinas que quieren abrirse un hueco. La verdad es que nada ni nadie se proyecta sin un trampol¨ªn. Los taurinos de otra ¨¦poca aseguraban que el toro pone a cada uno en su sitio. Se refer¨ªan a un espect¨¢culo aut¨¦ntico y a un toro sin maquillaje. Bendito intr¨ªngulis el de la autenticidad, tan descafeinado en estos tiempos.

La certeza es que casi todo el escalaf¨®n se hincha a pegapases con toros desvencijados. Y si es el espejo en que se miran estos chicos, pues que miren para otro lado. Pero la tentaci¨®n es mucha y la dificultad consiste en abstraerse de tanto ventajismo y tan rentable.

Los novilleros que participaron en esta semifinal tienen muchas cosas a su favor. Est¨¢n educados en el arte de C¨²chares, tienen t¨¦cnica y arrojo. Dibujan el toreo cl¨¢sico y los buenos modos. Son valientes y j¨®venes, pero con una alarmante tendencia al toreo moderno. Se colocaban bien en la primera tanda, ligando, mandando, y en la segunda ya estaban fuera, sin cargar la suerte, convirtiendo las faenas en mon¨®tonas. Sin transmisi¨®n. Los tres primeros se metieron en la final. Y sin embargo, no se vio por ning¨²n lado las ganas de comerse el mundo, o pon¨¦rselo por montera, que es lo mismo.

Todo se pone en contra. La casta escasea; la invalidez se prodiga (hasta un novillo fue devuelto); las bregas son mec¨¢nicas, demoledoras; las asistencias se limitan a dar mantazos. Y, sin embargo, no hay que desanimarse, ni tampoco pasar por alto la esencia misma del toreo, por supuesto.

La clase la pusieron los chavales de 15 a?os en la final de becerristas del d¨ªa anterior. El mexicano Joselito Adamez, de la escuela de Madrid, supo estar en el sitio, en la cara del eral, en una faena completa. Y Miguel ?ngel Delgado, de Jerez, es un torero que promete por su pellizco y su gusto.