Dobles
Por m¨¢s que sigo los sucesos que se producen en Irak, en ninguna parte encuentro la informaci¨®n que busco. ?Qu¨¦ se ha hecho de los dobles de Sadam Husein? Durante un tiempo, antes de que se iniciara la guerra, se habl¨® de ellos e incluso aparecieron sus retratos en los medios de informaci¨®n, como prueba literal de la doblez del dirigente iraqu¨ª, a quien aqu¨¦llos sustitu¨ªan en algunas ocasiones. Luego ya nada. Tal vez han sido detenidos y est¨¢n siendo interrogados por si su contacto ¨ªntimo con el l¨ªder les proporcion¨® alg¨²n conocimiento especial, cosa poco probable, porque la proximidad del poder enturbia m¨¢s que instruye. O tal vez siguen en libertad y son un peligro en potencia, porque al amparo de la confusi¨®n no les costar¨ªa nada hacerse pasar por Sadam Husein, caso de que se quisieran meter en semejante l¨ªo. El que el aut¨¦ntico Sadam est¨¦ preso no es obst¨¢culo. La Historia cuenta casos de impostores que se hicieron pasar por personajes notoriamente muertos y aun as¨ª consiguieron enga?ar a mucha gente, organizar revueltas sangrientas y acabar, como era previsible, en el pat¨ªbulo. Todo por puro af¨¢n de notoriedad. Es posible tambi¨¦n que, acostumbrados a la doblez, se hayan pasado al enemigo, que hayan puesto sus aptitudes mim¨¦ticas al servicio del invasor y que ahora est¨¦n sustituyendo a Donald Rumsfeld. Aunque lo m¨¢s seguro es que ninguna de estas especulaciones sea cierta. Los dobles de Sadam, si es que en realidad existieron, ser¨ªan unos discretos ciudadanos elegidos por la coincidencia de su fisonom¨ªa y adiestrados para remedar las poses presidenciales en actos p¨²blicos de puro tr¨¢mite. Quiz¨¢s a los m¨¢s aventajados se les permitiera pronunciar un discurso hueco y pomposo. En cualquier caso, una an¨¦cdota nimia en medio del caos y la violencia. Por esta raz¨®n los medios de informaci¨®n no se ocupan de ellos, y si yo lo hago es por frivolidad. Porque me atraen estos personajes desdibujados e inclasificables, en parte actores, en parte funcionarios y en parte esp¨ªas, a quienes un capricho inveros¨ªmil otorg¨® este papel: el tirano fingido, posible t¨ªtulo de una comedia boba de Lope o de Tirso; y a quienes ese mismo capricho ha borrado de la historia, de la prensa gr¨¢fica y qui¨¦n sabe si tambi¨¦n del mapa.
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