La revisi¨®n del pasado hace temblar a pol¨ªticos marroqu¨ªes
Numerosos dirigentes temen que las comparecencias de ex prisioneros de conciencia en televisi¨®n sean un juicio a Hassan II
"?Van a juzgar a Hassan II?". A medida que se acerca la fecha en la que decenas de ex presos pol¨ªticos marroqu¨ªes van a contar en directo, en televisi¨®n, durante varias semanas, las torturas que sufrieron durante los llamados "a?os de plomo", aumentan las reticencias ante esta iniciativa que asusta a buena parte de la clase pol¨ªtica y a muchos altos funcionarios. No en balde muchos antiguos verdugos siguen hoy en d¨ªa desempe?ando cargos y se preguntan temerosos si el delicado ejercicio no se va a convertir en un juicio a Hassan II y, en definitiva, de ellos mismos.
A principios de a?o el rey Mohamed VI cre¨® la Instancia Equidad y Reconciliaci¨®n (IER) y puso al frente a Driss Bezenkri, un militante de extrema izquierda que pas¨® 17 a?os en la c¨¢rcel. Hasta diciembre pasado encabezaba el Foro Justicia y Verdad que reivindicaba la rehabilitaci¨®n de los antiguos presos pol¨ªticos. A su lado, otros 16 antiguos prisioneros de opini¨®n dirigen la IER.
"?Hasta d¨®nde se puede llegar sin socavar la legitimidad del r¨¦gimen?", se pregunta un profesor
Las v¨ªctimas de la represi¨®n se quejan de no poder denunciar a sus verdugos
La tarea de este organismo consiste en establecer la verdad sobre la represi¨®n pol¨ªtica entre 1956, el a?o de la independencia, y 1999, el fin del reinado de Hassan II, resarcir a sus v¨ªctimas y hacer recomendaciones para que Marruecos no vuelva a vivir esa pesadilla. Hasta la fecha la IER ha recibido 22.272 solicitudes de indemnizaci¨®n -el 20% emanan de saharauis- que sus 140 empleados estudian. La mayor¨ªa piden indemnizaciones por haber sido detenidos ilegalmente o secuestrados.
Inspirada en mecanismos instaurados durante la transici¨®n democr¨¢tica en pa¨ªses suramericanos o africanos, la iniciativa no tiene precedentes en el mundo musulm¨¢n. En Marruecos tiene, adem¨¢s, una connotaci¨®n particular porque no ha habido ruptura entre un r¨¦gimen y el anterior. Hoy reina el hijo de Hassan II.
Benzekri consider¨® que para cumplir con su cometido deb¨ªa, seg¨²n explic¨® a este peri¨®dico, "permitir tambi¨¦n a las v¨ªctimas expresarse p¨²blicamente para poder as¨ª aliviar su sufrimiento, superar las secuelas y dar a conocer la verdad ignorada".
Unas 200, elegidas por la IER por su representatividad o propuestas por organizaciones humanitarias, podr¨¢n, en breve, denunciar durante 20 minutos, ante las c¨¢maras de la televisi¨®n p¨²blica, las violaciones que padecieron en sus derechos humanos.
S¨®lo habr¨¢ una restricci¨®n a sus testimonios: No podr¨¢n pronunciar los nombres de sus verdugos. "Esto no es un tribunal", repite Benzekri. S¨ª podr¨¢n, en cambio, citar a los servicios que consideran responsables de sus padecimientos: Gendarmer¨ªa, Ej¨¦rcito, DST (polic¨ªa secreta), administraci¨®n judicial, etc¨¦tera.
Apenas Benzekri anunci¨® su proyecto, la televisi¨®n se le anticip¨® poni¨¦ndolo, de hecho, en marcha. Las c¨¢maras de 2M, la cadena p¨²blica m¨¢s din¨¢mica, estuvieron, por ejemplo, d¨ªas atr¨¢s en Imilchil (Alto Atlas) donde ancianas bereberes se apoderaron del micr¨®fono en el sal¨®n de actos del ayuntamiento para contar la brutal represi¨®n que padeci¨® ese pueblo de monta?a cuando se rebel¨® hace 31 a?os.
Un saharaui narr¨®, en la televisi¨®n regional que emite desde El Aai¨²n, su paso por la c¨¢rcel clandestina de Qalaat Mgouna. 2M, de nuevo, acompa?¨® a dos ex presos tangerinos por el siniestro centro de detenci¨®n de Agdz, hoy en d¨ªa cerrado.
Las comparecencias formales en televisi¨®n, organizadas por la IER, deber¨ªan haber empezado hoy mi¨¦rcoles aunque, "por razones t¨¦cnicas", ser¨¢n aplazadas hasta fin de mes. "Confiemos en que no sean las presiones las que hayan aconsejado retrasarlas", comenta un ex preso.
La demora ser¨¢, probablemente, aprovechada para tratar de impedirlas por parte de todos aquellos a los que preocupa. "Esta operaci¨®n no va a dar los frutos esperados", advierte, por ejemplo, Buazza Ikken, presidente de la Uni¨®n Democr¨¢tica, un partido de notables, y le secunda Mahjubi Aherdan, l¨ªder del Movimiento Nacional Popular, una formaci¨®n berebere. Ikken fue fiscal general en Casablanca en los a?os setenta y Aherdan ministro de Defensa en los sesenta.
Incluso los socialistas son reacios a la experiencia. "La Instancia no debe rescribir la historia pol¨ªtica de Marruecos", recalcaba su secretario general, Mohamed el Yazghi. S¨®lo los diversos movimientos islamistas y los min¨²sculos partidos que se sit¨²an a la izquierda de los socialistas no han puesto reparos al experimento.
Parte de la prensa oficialista tambi¨¦n se ha mostrado reacia. Acaso algunas de sus reflexiones reflejen la preocupaci¨®n de colaboradores del monarca. "Hay que dar la impresi¨®n de ser ingenuo para no reconocer que investigar y aportar testimonios sobre los "a?os de plomo" equivale a juzgar el reinado de Hassan II", afirma el semanario Maroc Hebdo.
"Que nos guste o no, de manera directa o colateral, es todo el entramado institucional de un r¨¦gimen producto del anterior reinado el que va a ser puesto en tela de juicio: autoridades, magistrados, polic¨ªas e incluso militares", advierte el catedr¨¢tico Mustaf¨¢ Sehimi en Maroc Hebdo. "?Hasta d¨®nde se puede llegar (...) sin arriesgarse a socavar los fundamentos de la legitimidad del r¨¦gimen?", se pregunta inquieto.
Las v¨ªctimas y sus defensores, sobre todo la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos (AMDH), consideran, en cambio, que la experiencia se queda corta. "?En qu¨¦ cabeza cabe que se pida a las v¨ªctimas que no den los nombres de sus verdugos?", se indigna Ahmed Marzuki, ex militar golpista que pas¨® 18 a?os en el penal clandestino de Tazmamart donde murieron la mayor¨ªa de sus compa?eros de armas.
"Es lamentable porque los responsables de esos abusos no van a tener que rendir cuentas y muchos de ellos siguen ejerciendo cargos p¨²blicos", a?ade Khadija Ruissi, que perdi¨® a sus dos hermanos a manos de la polic¨ªa.
"Al negarse a perseguir en los tribunales a los torturadores, al concederles una total impunidad, no puede haber ni equidad, ni reconciliaci¨®n", escribe Jalid Jamai en el semanario independiente Le Journal Hebdomadaire. La AMDH lleva pidiendo desde hace cuatro a?os que los responsables de las exacciones sean destituidos y juzgados y ha hecho incluso p¨²blica una lista.
Mohamed Tozy, uno de los m¨¢s prestigiosos polit¨®logos marroqu¨ªes, responde a Jamai en las p¨¢ginas de esa misma publicaci¨®n: "El procedimiento [puesto en marcha por la IER] es lo mejor que est¨¢ sucediendo en este pa¨ªs. Es un trabajo harto cre¨ªble". Y junto con otros profesores recuerda que esa Espa?a en transici¨®n, a la que muchos marroqu¨ªes consideran un ejemplo, no se atrevi¨® a hacer esta catarsis.
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