Perd¨®n

Las l¨¢grimas y la emoci¨®n son bastante m¨¢s dignas que la risas y la bulla cuando se analiza en sede parlamentaria una masacre como la del atentado del 11-M. Las que se le escaparon ayer a Pilar Manj¨®n, la representante de la asociaci¨®n de v¨ªctimas, ante la comisi¨®n investigadora son muestra ante todo del dolor de una madre que perdi¨® aquel d¨ªa a uno de sus hijos, pero tambi¨¦n de la rabia e indignaci¨®n de una ciudadana por la utilizaci¨®n partidista de la tragedia. "Ustedes han hablado de ustedes, esencialmente de ustedes. ?De qu¨¦ se re¨ªan?", espet¨® a los comisionados al acusarles de hacer una "pol¨ªtica de patio de colegio".

Un discurso como el de Pilar Manj¨®n s¨®lo puede suscitar la solidaridad y el apoyo sin reservas, sobre todo cuando ruega que deje de utilizarse a las v¨ªctimas como arma arrojadiza entre los partidos y exige m¨¢xima transparencia, depuraci¨®n de responsabilidades y mucha m¨¢s coordinaci¨®n para prevenir y, en la medida de lo posible, impedir la barbarie terrorista. Aunque Pilar Manj¨®n evit¨® cuidadosamente convertir al PP en el principal objeto de sus amargas observaciones, es obvio que fue este partido el que qued¨® m¨¢s en evidencia. Basta con repetir sus palabras: "Si quedan responsabilidades por depurar, ¨¦stas corresponden fundamentalmente a quienes detentaban el poder en aquel momento. Es una obviedad irrefutable".

La intervenci¨®n de esta funcionaria afiliada a Comisiones Obreras fue una gran lecci¨®n moral dirigida fundamentalmente a la clase pol¨ªtica, pero tambi¨¦n a los medios de comunicaci¨®n, a los que censur¨® por la explotaci¨®n que algunos de ellos hicieron del drama. En la medida en que estos comportamientos hayan sido generalizados, todos los medios y periodistas deber¨ªamos extremar el cuidado y expresar nuestra consideraci¨®n por las v¨ªctimas. Tampoco qued¨® exenta la judicatura, a la que critic¨® por el ben¨¦volo enjuiciamiento de algunos de los implicados en la matanza.

A la comparecencia le hab¨ªa precedido la pol¨¦mica. El Partido Popular expres¨® su malestar ante la comparecencia de Manj¨®n, debido a su pertenencia a Izquierda Unida y sobre todo por sus cr¨ªticas al discurso de Aznar ante la comisi¨®n el mes pasado. Absurdo pareci¨® que el lunes por la noche, en un supuesto celo por preservar la intimidad de los afectados, los comisionados decidieran que las intervenciones de Manj¨®n y Francisco Jos¨¦ Alcaraz, presidente de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo, se celebraran a puerta cerrada. Finalmente, la sesi¨®n fue p¨²blica a petici¨®n de los propios comparecientes. Hubiera sido un error lo contrario, pero a la vista de lo sucedido se comprende el temor que suscitaba, especialmente en las filas del PP.

Manj¨®n pidi¨® la apertura de una comisi¨®n independiente para conocer la verdad, una idea que llega tarde, pero pudo haber sido m¨¢s ¨²til que la actual, de car¨¢cter parlamentario, que se encuentra en su recta final y con la necesidad de elaborar unas conclusiones consensuadas. Aunque tard¨ªa puede ser ¨²til la creaci¨®n, anunciada ayer por el Gobierno e inmediatamente respaldada por el l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, de un Alto Comisionado para las V¨ªctimas del Terrorismo que coordine actuaciones, legislaci¨®n y medios.