Rosa Mart¨ªnez, conservadora jefe del Museo de Estambul

Rosa Mart¨ªnez, en el medioevo de los 40, soriana, reconstruida en Barcelona desde los cinco a?os, viajar¨¢ una vez al mes en los pr¨®ximos a?os a la magn¨¦tica urbe del Oriente m¨¢s Cercano, Estambul, para permanecer all¨ª alrededor de una semana. Presa de una meditada pasi¨®n turca, la profesional espa?ola ha sido nombrada conservadora jefe del Istanbul Modern, alias de uso externo del Museo turco de Arte Moderno que acaba de inaugurarse.

Rosa Mart¨ªnez posee doble nacionalidad: mesetaria y mediterr¨¢nea. Adora Barcelona, donde tiene acampada su vida desde un catalanismo sabiamente dosificado, pero no pierde de vista que el mar fue un encuentro afortunado mucho m¨¢s que una fe de bautismo. El fin de semana pasado asisti¨® entre anhelante y convencida del ¨¦xito a la botadura de una gran empresa cultural: el Istanbul Modern, que es lo mejor que ha podido reunir el mundo art¨ªstico turco para mostrarse ante Europa sobradamente al d¨ªa, y educadamente posmoderno.

El jefe de Gobierno, Tayyip Erdogan, con una confianza no sabemos si plenamente justificada, en la fuerza de choque de la alta cultura, retard¨® la inauguraci¨®n del museo -que atesora s¨®lo pintura nacional- hasta pocas fechas antes de la declaraci¨®n de la UE en favor del inicio de negociaciones para la adhesi¨®n de Turqu¨ªa al club europeo. Y as¨ª, la imponente edificaci¨®n con m¨¢s de 8.000 metros cuadrados de salas y ¨¢reas de esparcimiento, enorme balconada sobre el B¨®sforo, es ya una embajada anticipada de la UE en el pa¨ªs.

Rosa Mart¨ªnez realiz¨® el siempre complejo tr¨¢nsito entre la licenciatura en Historia del Arte y su actual vida de marchante intelectual con la soltura deportiva con la que parece que lo hace todo. Ella dice que fue un afortunado tr¨¢nsito "entre el azar y la necesidad". A finales de los ochenta comenz¨® a trabajar para el Ayuntamiento de Barcelona. Se trataba de poner en pie un vasto proyecto entre Toulouse y la capital catalana para exponer la obra de 600 artistas j¨®venes del Mediterr¨¢neo. La obra no prosper¨®, pero su autora, s¨ª. Estuvo 10 a?os trabajando en la recuperaci¨®n del patrimonio cultural, tuvo una excelente opera prima con la preparaci¨®n de una Bienal de J¨®venes Creadores, y en ese territorio bienal sigue, puesto que de consuno con su nueva itinerancia turca, trabaja en la pr¨®xima Bienal veneciana, el Nobel de facto de todos esos menesteres.

Rosa Mart¨ªnez Delgado dice que "la exposici¨®n es como un affaire amoroso", agotador, lubricante, moment¨¢neo, y la "funci¨®n de conservadora, un matrimonio", la relaci¨®n duradera que ha de vencer al tiempo. Y con el Instabul Modern contrae Rosa sus primeras nupcias con la profesi¨®n. De esa manera es como se llega a conservadora, a que se le ofrezca esa apasionante posibilidad creativa, en la que tiene que definir programas de trabajo, asesorar la pol¨ªtica de adquisiciones y, como autora, preparar grandes exposiciones que lleven su firma. A eso se llama conservar museos.

Rosa Mart¨ªnez cree con firmeza que hay que creer con relativismo; que el mundo de la creaci¨®n es, por definici¨®n, posmoderno; que la Ilustraci¨®n contiene elementos inevitables de espejismo, y que el optimismo de la voluntad est¨¢ bien, pero nunca puede ser la respuesta universal a todas las cosas. Posmoderna y con lo necesario para deconstruir en versi¨®n Derrida o Richard Rorty, pero sin levantar nuevos ¨ªdolos en lugar de los que murieron de puro modernos, la conservadora cree que todav¨ªa es posible hacer la historia. La inescrutabilidad profunda del sentido no significa que ¨¦ste no exista. Por ello, con toda una vida creativa por delante, la catalana nacida donde los viejos olmos de Machado, se entrega a su pasi¨®n turca. All¨¢ en su frente, Estambul.