Las relaciones de la Uni¨®n Europea con Cuba
Para los observadores, las manifestaciones actuales de Kiev recuerdan el esp¨ªritu de los levantamientos de 1989 y 1990, que se?alaron el amanecer de una nueva era de libertad en Europa. Pero hoy, 14 a?os m¨¢s tarde, los sistemas autoritarios y las dictaduras siguen existiendo, lo que nos obliga a plantearnos la cuesti¨®n de c¨®mo tratar adecuadamente con ellos. Para la Uni¨®n Europea, este problema no s¨®lo surge en Europa, sino tambi¨¦n en sus actividades en todo el mundo. Mientras la atenci¨®n de mucha gente se centra ahora en Ucrania y Bielorrusia, no debemos perder de vista los acontecimientos en Cuba.
La experiencia de la guerra fr¨ªa demuestra que los bloqueos o el aislamiento directo endurecieron las actitudes. La pol¨ªtica de distensi¨®n y el proceso de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa fueron bien acogidos por la gran mayor¨ªa de la gente en el bloque oriental, porque sinti¨® r¨¢pidamente sus ventajas: m¨¢s contactos, encuentros e informaci¨®n. La expansi¨®n de las relaciones comerciales tambi¨¦n puede conducir a una sociedad m¨¢s abierta a largo plazo, y lo mismo puede decirse del fomento de los contactos acad¨¦micos.
Las esperanzas occidentales de un "cambio por medio del acercamiento" en sus tratos con los antiguos reg¨ªmenes del bloque oriental ten¨ªan solamente un fallo. El cambio estaba concebido solamente como un cambio "desde arriba hacia abajo". En este concepto no ten¨ªan cabida los nuevos actores pol¨ªticos que estaban surgiendo dentro de la sociedad. De hecho, se les contemplaba con frecuencia como un factor de inestabilidad y se les daba de lado. Los antiguos disidentes, no solamente Solidaridad de Polonia, tienen mucho que contar sobre este tema. Actualmente hay mucho que aprender de estos errores del pasado: todo lo que promueva los contactos, los encuentros y el flujo de informaci¨®n hacia la sociedad debe fomentarse. Pero por encima de eso, es importante dar un respaldo concreto a las fuerzas democr¨¢ticas internas de la sociedad y a la oposici¨®n democr¨¢tica en el exilio, porque son las ¨¦lites del futuro.
Tomemos el ejemplo de Cuba: desde 1959, Fidel Castro se ha atrincherado en su posici¨®n de aut¨®crata vitalicio. Suprime toda disidencia. Pero sigue habiendo oposici¨®n, si bien consiste en disidentes individuales o peque?os grupos de activistas. Un buen ejemplo es el Proyecto Varela, lanzado por Oswaldo Pay¨¢ que, invocando los derechos constitucionales del pueblo cubano, ha recogido 35.000 firmas para solicitar que la protecci¨®n de los derechos humanos y de participaci¨®n se incluya en el programa de la Asamblea Nacional de Cuba. Como resultado de esta campa?a, muchos activistas que participaron en el Proyecto Varela fueron sentenciados a largas penas de c¨¢rcel durante una oleada de represi¨®n en marzo de 2003. (En muchos casos, simplemente porque fueron acusados de mantener contactos con personal de la embajada estadounidense).
Aunque la UE estaba a punto de aumentar la cooperaci¨®n al desarrollo, su respuesta fue clara e inequ¨ªvoca. Conden¨® la represi¨®n, exigi¨® la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos no violentos y empez¨® a contemplar con escepticismo la conclusi¨®n de un Acuerdo Cotonou. Los contactos pol¨ªticos de alto nivel y los principales proyectos culturales se archivaron. Desde entonces, como gesto simb¨®lico, se ha invitado a los disidentes a asistir a las recepciones ofrecidas por las embajadas de la UE en las diversas fiestas nacionales. Estas medidas provocaron una furiosa reacci¨®n del Gobierno de Castro. Rechaz¨® toda la ayuda al desarrollo de los pa¨ªses de la UE, retir¨® su solicitud para adherirse al Acuerdo Cotonou e impuso restricciones a los diplom¨¢ticos europeos. El Gobierno cubano se ha retirado a un aislamiento por imposici¨®n propia. Pero este a?o predomina en ambos lados la sensaci¨®n de que se ha llegado a un callej¨®n sin salida. En las actuales circunstancias, a Europa le resulta imposible influir en el clima social de Cuba o proporcionar una ayuda significativa a la oposici¨®n.
Este oto?o, el reci¨¦n elegido Gobierno socialista espa?ol del primer ministro Zapatero ha propuesto una revisi¨®n de las medidas impuestas por la UE en junio de 2003. Desde nuestro punto de vista, no debemos dar la impresi¨®n de inclinarnos ante la estricta postura de Cuba bajo ninguna circunstancia. La prioridad es fomentar la confianza de la oposici¨®n cubana en la UE y fortalecer el di¨¢logo y el contacto con dicha oposici¨®n. El Gobierno espa?ol propone un "di¨¢logo reforzado", es decir, encuentros peri¨®dicos en los que participen los embajadores. Nosotros queremos consolidar las relaciones con grupos que deseen un futuro democr¨¢tico para Cuba. La propuesta espa?ola ofrece una oportunidad para dicho proceso.
Al mismo tiempo, no rehuimos los contactos con representantes gubernamentales. La prohibici¨®n de los contactos -incluso en instancias m¨¢s altas- es innecesaria. Lo m¨¢s importante es una postura clara sobre las relaciones: ofrecer cooperaci¨®n cuando sea posible y expresar cr¨ªticas si es necesario. Deber¨ªan reanudarse la cooperaci¨®n cultural y el intercambio acad¨¦mico, e incluso intensificarse lo antes posible. Los cubanos s¨®lo pueden desarrollar ideas nuevas para la renovaci¨®n econ¨®mica, pol¨ªtica y social de su pa¨ªs a trav¨¦s del contacto con el mundo exterior. Por eso nos oponemos tambi¨¦n a las sanciones econ¨®micas contra Cuba. En el caso de Cuba, resulta obvio que las sanciones econ¨®micas pueden tener un efecto limitado o incluso contraproducente. El embargo estadounidense durante 40 a?os ha contribuido a consolidar la situaci¨®n en la isla. Con su supervivencia amenazada, las reformas son pr¨¢cticamente inconcebibles. Queremos un cambio en Cuba, y la gente estrechamente vinculada con el r¨¦gimen tambi¨¦n puede desempe?ar un papel en este contexto.
En noviembre, el Gobierno cubano dio un primer paso. Reestableci¨® los contactos diplom¨¢ticos con Espa?a y liber¨® a una docena de disidentes, entre ellos el famoso poeta Ra¨²l Rivero y el economista ?scar Espinosa Chepe, que est¨¢ gravemente enfermo. La UE sigue exigiendo la liberaci¨®n de todos los prisioneros de conciencia y la concesi¨®n de derechos y libertades. Sin embargo, deber¨ªamos aprovechar esta oportunidad y retomar conjuntamente como Uni¨®n Europea el di¨¢logo con el gobierno a la vez que intensificamos el apoyo a los disidentes. Debemos devolver a nuestros diplom¨¢ticos la capacidad de ejercer una influencia en la sociedad cubana. El pueblo y los disidentes cubanos necesitan el apoyo de la UE para el futuro democr¨¢tico de su pa¨ªs. Los intensos contactos con los disidentes siguen siendo esenciales.
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