Una mirada hacia el futuro
La base de una estrategia global de protecci¨®n clim¨¢tica es la Convenci¨®n Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Clim¨¢tico de 1992, la UNFCCC (siglas en ingl¨¦s), a menudo pasada por alto en el debate sobre su Protocolo de Kioto. Con 188 Estados miembros, la convenci¨®n es casi universal. Obliga a los miembros a tomar en serio el cambio clim¨¢tico y a cooperar e intercambiar informaci¨®n en la respuesta al mismo; establece un objetivo y los principios para guiar la respuesta; proporciona oportunidades para adoptar m¨¦todos comunes de medir las emisiones de gases de efecto invernadero y de intercambio de pr¨¢cticas para limitarlas. Tambi¨¦n reconoce que los pa¨ªses en desarrollo necesitan respaldo tecnol¨®gico y econ¨®mico para abordar los problemas del cambio clim¨¢tico, y realiza un modesto comienzo en dicho respaldo.
La UNFCCC surgi¨® de la primera evaluaci¨®n cient¨ªfica del Panel Intergubernamental sobre Cambio Clim¨¢tico (IPCC, siglas en ingl¨¦s); su segunda evaluaci¨®n se utiliz¨® como base para el Protocolo de Kioto. Pero al igual que el impulso pol¨ªtico del protocolo, ha titubeado tambi¨¦n la convicci¨®n de que el cambio clim¨¢tico deba abordarse en este momento. La gran cantidad de cuestiones m¨¢s inmediatas, junto con una continuada campa?a contra el protocolo y la ciencia que lo justifica, se han cobrado su precio. A pesar de la continuada afirmaci¨®n cient¨ªfica ofrecida por el IPCC en su tercera evaluaci¨®n, gana terreno la actitud de "esperemos a ver".
Para aquellos convencidos de la importancia del cambio clim¨¢tico, los argumentos para el retraso pueden parecer poco convincentes, pero existen, y es necesario rebatirlos en t¨¦rminos que sus proponentes comprendan y acepten, dando mayor impulso a la cuesti¨®n del cambio clim¨¢tico en la esfera de la pol¨ªtica econ¨®mica. Hace falta dar buenas respuestas a la pregunta de "?por qu¨¦ preocuparnos ahora?". Hacen falta buenos argumentos para refinar los c¨¢lculos sobre los costes de responder a la amenaza clim¨¢tica y demostrar cu¨¢les son los costes de no actuar, los costes del "esperemos a ver". Estas respuestas y argumentos hay que repet¨ªrselos a cada generaci¨®n de pol¨ªticos de la econom¨ªa. El argumento a favor de la acci¨®n ahora no se puede dar por hecho. Es un desaf¨ªo para las instituciones multilaterales, ninguna de las cuales est¨¢ actualmente equipada para realizar con eficacia la persuasi¨®n econ¨®mica.
Otro fallo institucional es que la estrategia clim¨¢tica sigue dirigida por cient¨ªficos y ecologistas. Las conferencias de la Convenci¨®n son b¨¢sicamente asambleas de ministros de Medio Ambiente. Esos mismos son los que dirigen el trabajo de la UE y el G-8. Hay que reconocer que, con pocas excepciones, los participantes no tienen mucho peso en la econom¨ªa y pol¨ªtica nacional. Pero, supuestamente, el proceso de la UNFCCC, si se toma en serio, debe dar forma nada menos que a una nueva pol¨ªtica mundial de la energ¨ªa. Por eso, entre las dificultades para sacar adelante la estrategia, est¨¢ encontrar formas de ampliar la participaci¨®n, dando entrada a pesos pol¨ªticos m¨¢s pesados, a¨²n a costa de ser menos virtuosamente verdes, y llevar el tema a la prioridad de la agenda pol¨ªtica, a¨²n a riesgo de difuminar la imagen medioambiental.
Un posible gancho para un enfoque m¨¢s amplio es la seguridad mundial. A largo plazo, el cambio clim¨¢tico ser¨¢ un factor adicional de desigualdad, que har¨¢ que los posibles efectos ambientales del crecimiento econ¨®mico recaigan sobre los pobres. As¨ª, aumentar¨¢ la inestabilidad, aunque s¨®lo sea por sus repercusiones en la alimentaci¨®n, el agua y la emigraci¨®n.
Otro gancho es la seguridad petrolera. La impopular t¨¢ctica de los pa¨ªses exportadores de petr¨®leo en las negociaciones sobre el cambio clim¨¢tico es, al fin y al cabo, una expresi¨®n de su preocupaci¨®n por la seguridad econ¨®mica de una econom¨ªa que usa menos combustibles f¨®siles. Los pa¨ªses industrializados que se quejan de estas t¨¢cticas negocian a la vez con los exportadores para conseguir crudo a precios asequibles. Si queremos que prosperen las negociaciones sobre el clima, habr¨¢ que abordar estas cuestiones. Es necesario que entren en juego las personas m¨¢s id¨®neas. Los pa¨ªses industrializados no pueden hablar cre¨ªblemente con una voz a los miembros de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP) y con otra en la UNFCCC, especialmente cuando algunos de sus interlocutores clave en la primera participan en la segunda.
Un tercer planteamiento abordar¨ªa el cambio clim¨¢tico a trav¨¦s de la perspectiva de la econom¨ªa pol¨ªtica del carb¨®n. Como en el caso del petr¨®leo, los intereses del carb¨®n son una importante oposici¨®n a las medidas contra el cambio clim¨¢tico. Es necesario atajar esta oposici¨®n, no basta desear que desaparezca. El carb¨®n seguir¨¢ siendo, en un futuro predecible, la fuente de energ¨ªa m¨¢s barata y abundante, vital para el crecimiento industrial. Juntos, productores y usuarios de carb¨®n, representan una masa significativa de poder econ¨®mico. A la vez, el carb¨®n seguir¨¢ siendo una importante fuente de contaminaci¨®n atmosf¨¦rica urbana. En muchos pa¨ªses en desarrollo, el impacto en la salud que supone el uso de carb¨®n es una raz¨®n m¨¢s poderosa para moderarlo que su contribuci¨®n al cambio clim¨¢tico. Un di¨¢logo sobre el desarrollo sostenible del carb¨®n podr¨ªa reunir estos intereses distintos e intentar orientarlos hacia un futuro m¨¢s sano y respetuoso con el clima. Podr¨ªa explorar el fomento de tecnolog¨ªas m¨¢s eficientes y establecer normas de emisi¨®n para los sectores consumidores de carb¨®n. Y podr¨ªa abordar el tema de las subvenciones al carb¨®n, una de las preocupaciones fundadas de los productores de petr¨®leo.
En general, la implicaci¨®n del sector privado aumentar¨ªa la importancia econ¨®mica del cambio clim¨¢tico. Las empresas globales pueden ser una fuerza positiva: buscan eficacia de recursos, necesitan normas mundiales predecibles y aceptan cada vez m¨¢s su responsabilidad en el mundo. En una situaci¨®n en la que el acuerdo intergubernamental sigue dif¨ªcil y en la que surgen sistemas fragmentados, la visi¨®n mundial a largo plazo de estas empresas puede ser factor de integraci¨®n y fuente de pensamiento avanzado.
Pero, a fin de cuentas, son los gobiernos los que tienen que ejercer su responsabilidad de liderazgo y previsi¨®n, y establecer un marco para la empresa. Los que est¨¢n dispuestos a llevar la iniciativa deben persuadir y convencer a los dem¨¢s. Habr¨¢ que comprender, abordar y, hasta cierto punto, encajar, las preocupaciones de los pesos pesados que se mantienen al margen. Quiz¨¢ hagan falta incentivos econ¨®micos o tecnol¨®gicos para sacarlos de su actitud defensiva. Quiz¨¢ esperen garant¨ªas de que sus intereses se reflejar¨¢n en otras negociaciones, sobre todo la ronda de comercio de Doha. En cualquier caso, es importante que todos los actores se den cuenta de que est¨¢n en el mismo barco. Ah¨ª los ha puesto el cambio clim¨¢tico.
Michael Zammit Cutajar es ex secretario ejecutivo de la Convenci¨®n Marco de Naciones Unidas de Cambio Clim¨¢tico. Adaptaci¨®n de un art¨ªculo publicado en International Review for Environmental Strategies, del Institute for Global Environmental Strategies, Jap¨®n. Traducci¨®n de News Clips.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Efecto invernadero
- Cmnucc
- Protocolo Kioto
- Contaminaci¨®n atmosf¨¦rica
- Acuerdos ambientales
- Cambio clim¨¢tico
- Suministro petroleo
- ONU
- Acuerdos internacionales
- Suministro energ¨ªa
- Contaminaci¨®n
- Protecci¨®n ambiental
- Relaciones internacionales
- Organizaciones internacionales
- Problemas ambientales
- Relaciones exteriores
- Medio ambiente
- Energ¨ªa