La pregunta
?Pero de qu¨¦ diablos se re¨ªan? ?Qu¨¦ es lo que les hac¨ªa tanta gracia? Alguien alguna vez ten¨ªa que pregunt¨¢rselo, reunir los arrestos suficientes y hacerles a bocajarro la pregunta a los parlamentarios que investigan en una comisi¨®n por el momento m¨¢s tristemente c¨¦lebre que esclarecedora. Y ha tenido que ser una mujer, una madre de negro, llena de pena y rabia, la madre de un chaval asesinado en la estaci¨®n de El Pozo de Vallecas, la encargada de romper el silencio vergonzante con el que hemos o¨ªdo hasta ahora las comparecencias de sus se?or¨ªas.
Pilar Manj¨®n les ha hecho la pregunta y ellos no han contestado, se han quedado en silencio, con la cabeza baja, parapetados tras sus pupitres de caoba y cuero, no vaya a ser que alguna televisi¨®n les saque un plano comprometedor, un reflejo de anuencia o una de esas risitas contenidas que ocultan torpemente los escolares d¨ªscolos. Les preocupa mucho la televisi¨®n. Saben que en la pantalla de la televisi¨®n se cuecen las alubias que ellos comen. Muchos de ellos se dejar¨ªan humillar con gusto por cualquier caricato en cualquier programilla basura de la televisi¨®n. De hecho lo hacen muy aplicadamente, como parte del sueldo.
No les pidan que acudan a la inauguraci¨®n de un congreso cient¨ªfico o a la presentaci¨®n de un libro, pero sugi¨¦ranles que vayan de invitados al plat¨® de un programa cualquiera de variedades, donde todos se r¨ªen alegremente y ver¨¢n c¨®mo pierden el culo. As¨ª es la cosa. Pero s¨®lo Pilar Manj¨®n ha tenido el valor de hacerles la pregunta: "?De qu¨¦ se re¨ªan ustedes, se?or¨ªas?"
La pregunta tiene u?as. Y mucho m¨¢s alcance que el de la propia comisi¨®n cuestionada. Pilar Manj¨®n ha hablado de un pa¨ªs cada d¨ªa m¨¢s supeditado al espect¨¢culo, en donde los pol¨ªticos y los periodistas y los empresarios que est¨¢n detr¨¢s de ellos priman el espect¨¢culo por encima de todo. Esta mujer valiente ha puesto en evidencia el descr¨¦dito preocupante de una clase pol¨ªtica enlodada en su propio cenagal. Ha dicho que las v¨ªctimas exigen una comisi¨®n en donde los pol¨ªticos no est¨¦n representados y donde la investigaci¨®n recaiga en personas libres de intereses partidistas.
Es curioso. Esta hu¨¦rfana de hijo les ha dicho algo tan obvio que resulta revolucionario: les ha dicho que para ellos "todo es pol¨ªtica". El dolor de las v¨ªctimas, por tanto, es tambi¨¦n un objeto contundente con el que hacer pol¨ªtica, un arma arrojadiza. Mucho me temo que la estremecedora intervenci¨®n de esta mujer da?ada y valerosa engrosar¨¢ el olvido de las hemerotecas. Ojal¨¢ me equivoque. Pero ella ha planteado una pregunta que significa m¨¢s que su propio enunciado.
Si alguien puede sabotear en Espa?a la democracia son los propios pol¨ªticos. Uno no les perdonar¨ªa nunca que acabaran d¨¢ndole la raz¨®n al sanguinario dictador que durante cuarenta a?os intent¨® convencernos a la fuerza de que la democracia acaba siendo siempre sucia partitocracia.
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