Odisea para salvar un vino

Pagar 110.000 euros (m¨¢s de 21 millones de pesetas, IVA incluido) por una botella de vino Chateau d'Yquem de 1806 es algo sorprendente, pero m¨¢s curioso todav¨ªa es que To?o P¨¦rez y Jos¨¦ Polo, los due?os de El Atrio, el restaurante cacere?o donde se vende, no muestren un inter¨¦s especial en deshacerse de este raro vino, cuyo precio se ha disparado porque se rompi¨® la botella antes de que pudiera ser ofrecida a sus clientes habituales.

La aventura comenz¨® en el a?o 2000, cuando ambos compraron en una subasta celebrada en la prestigiosa casa londinense Christie's, por unos 20.000 euros, esta botella de vino blanco dulce de la denominaci¨®n de origen Sauternes, ubicada en la zona de Burdeos (Francia). Es un vino con un alto contenido de botrytis, que se consigue utilizando exclusivamente uvas de podredumbre noble maduradas gracias a la mezcla de niebla y sol que se da en la zona. Esta bodega fue siempre propiedad de una noble familia francesa, que acab¨® vendi¨¦ndola al grupo LVMH, formado por grandes firmas de lujo.

Nada m¨¢s llegar la misma a C¨¢ceres, los due?os del restaurante se dispusieron a colocarla en una caja de madera, momento en el cual se rompi¨® por la zona del final del cuello. La suerte de que estuviera envuelta en papel transparente de cocina impidi¨® que se derramara por completo el contenido, inici¨¢ndose una gran operaci¨®n de salvamento en la que intervinieron desde la casa de subastas londinense hasta el prestigioso en¨®logo Mariano Garc¨ªa, gran patr¨®n de las bodegas Mauro de Valladolid.

Hora y media despu¨¦s de la cat¨¢strofe y con la duda de si un vino tan antiguo se muere cuando entra en contacto con el aire, consiguieron hablar con Madame Garbey, la en¨®loga jefa de la bodega francesa, que les dijo que lo m¨¢s urgente era trasvasar el contenido a una botella nueva "bien lavada y seca, y evitando sobre todo que el vino entrara en contacto con el nuevo tap¨®n".

Al d¨ªa siguiente los due?os del restaurante El Atrio marcharon a Burdeos, donde la en¨®loga y sus ayudantes comprobaron que el vino era original y diagnosticaron que estaba en buen estado. "Fue impresionante", recuerda ahora To?o, "vernos a los dos con la botella en la mano y rodeados de media docena de personas con bata blanca esper¨¢ndonos en la puerta de la bodega".

La propia se?ora Garbey se encarg¨® de trasvasar el vino a una botella similar de su propia colecci¨®n, que, al ser algo mayor que la original, tuvo que ser rellenada con unas perlitas de vidrio que todav¨ªa pueden verse en el fondo. Estos cristalitos y una etiqueta firmada por la en¨®loga asegurando que la botella fue recuperada en la propia bodega el 25 de enero de 2001 la han convertido en un ejemplar ¨²nico en el mundo. "Todo tiene un precio", se?ala Jos¨¦ Polo, "pero no nos importa quedarnos con ella para siempre, porque es historia, y ahora nuestro restaurante forma parte de ella".