La polic¨ªa ha desmantelado este a?o 167 redes que obligaban a las mujeres a prostituirse
Detenidas 669 personas implicadas en casos como el de la espa?ola secuestrada en Grecia
En un piso del Ayuntamiento de Venecia (Italia) convalece Mar¨ªa de las Mercedes F. S., de 30 a?os, la abulense rescatada hace 15 d¨ªas por la polic¨ªa italiana tras haber sido obligada a prostituirse en un hostal griego y en un barco. El espanto de su viaje ha puesto de relieve un mercado siniestro en el que las mujeres espa?olas son la excepci¨®n. Durante este a?o, la polic¨ªa ha desarticulado en Espa?a 167 redes mafiosas, ha detenido a 669 personas, la mayor¨ªa extranjeras, y ha rescatado a un total de 1.511 mujeres, tambi¨¦n extranjeras, obligadas a ejercer la prostituci¨®n.
Cada una de estas 1.511 mujeres posee del horror una idea precisa e inolvidable: "Hace unas semanas rescatamos a una chica rumana que escap¨® por la ventana de un burdel de carretera en C¨®rdoba gracias a la ayuda de un cliente. Pas¨® la noche en un olivar. Despu¨¦s la recogi¨® una mujer. Cuando la recogimos, no pudimos comunicarnos con ella. Estuvo 10 d¨ªas sin pronunciar ni una palabra, muda, aterrorizada", explica el comisario jefe de la Brigada de Extranjer¨ªa de Espa?a, Carlos Botr¨¢n.
La abulense secuestrada en Grecia, de 30 a?os, separada y con un hijo, que trabajaba de camarera en una cafeter¨ªa de Benidorm, se march¨® de Espa?a convencida de que iba a introducirse, seg¨²n explic¨® la polic¨ªa, "en el mundo de la moda", gracias a los contactos que le prometieron dos extranjeros que hab¨ªa conocido recientemente. Sali¨® el 25 de noviembre. En Patras (Grecia) la recibi¨® Iv¨¢n Ionescu, un rumano de 35 a?os que no iba a ayudar a Mar¨ªa de las Mercedes a convertirse en modelo. La traslad¨® a un hostal donde fue violada repetidamente y obligada a prostituirse.
La polic¨ªa explica que muchas chicas extranjeras -la mayor¨ªa rumanas, brasile?as, rusas, colombianas y nigerianas- que viajan a Espa?a vienen con la foto de los ni?os que van a cuidar, o con la de la fachada del hotel donde van a trabajar de camareras, o con el recorte del peri¨®dico donde les ofrecen trabajo como asistenta......Todo mentira. El ¨²ltimo caso ocurri¨® a finales de noviembre: la polic¨ªa desactiv¨® una banda que obligaba a prostituirse a una veintena de mujeres rumanas que llegaron creyendo que trabajar¨ªan en Murcia en la recogida de la fresa. Se encontraban en burdeles de Huelva y de Santiago de Compostela.
Ni siquiera las que vienen sabiendo que van a ejercer la prostituci¨®n se libran del enga?o. La mayor¨ªa apalabra condiciones que luego no se cumplen. "Pero una vez en Espa?a ya no pueden echarse atr¨¢s", explica Botr¨¢n. "Las meten en un piso y les doblegan la voluntad", a?ade. Los m¨¦todos para esto son varios: a las nigerianas, que deben pagar una deuda con sus secuestradores, que en la mayor¨ªa de los casos asciende a m¨¢s de 30.000 euros, les practican una suerte de rito m¨¢gico que les ata al proxeneta. "Es vud¨², en una bolsa el chulo mete pelo de la mujer, u?as, el contrato de la deuda, y se lo guarda. La mujer no se lo saltar¨¢. Para ella es sagrado", a?ade el polic¨ªa.
Mafias violentas
Las mafias rumanas son las m¨¢s violentas: "Meten a las chicas en un piso y las violan y les pegan hasta que no pueden m¨¢s. A veces emplean hasta descargas el¨¦ctricas, o pistolas, con balas de fogueo muchas veces, pero ellas no lo saben, as¨ª que cuando les ponen el ca?¨®n en la cabeza o en el cuello amenaz¨¢ndolas las aterrorizan porque creen que las van a matar ah¨ª mismo", explica el polic¨ªa. Tras esto, las comienzan a enviar a los burdeles. La polic¨ªa ha comprobado que si las chicas consiguen denunciar a los dos o tres meses de esclavitud, pueden salir del c¨ªrculo cerrado de la prostituci¨®n. Si tardan m¨¢s, hay menos posibilidades. Pero en esos primeros d¨ªas es dif¨ªcil denunciar, encontrar la ocasi¨®n en forma de tel¨¦fono m¨®vil para avisar, burlar a los proxenetas o a las mujeres que se ocupan de vigilarlas.
En el caso de Mar¨ªa de las Mercedes, ¨¦sta logr¨® contactar con su hermana tras ganarse la confianza del rumano y convencerle de que iba a hablar con una amiga, seg¨²n fuentes policiales. S¨®lo as¨ª le dej¨® su m¨®vil. Por medio de medias frases, la hermana comprendi¨® que algo no marchaba bien. D¨ªas despu¨¦s, en el ferry que la transportaba a Venecia, en un descuido de su captor, consigui¨® otro m¨®vil y llam¨® a su novio. Le explic¨® que viajaba en un barco rojo y que hab¨ªa salido de una ciudad llamada Akhaia. Con estas claves, la polic¨ªa griega descubri¨® el nombre del barco y avis¨® a los agentes venecianos, que esperaron a la pareja en el puerto.
La ley espa?ola concede a una mujer extranjera obligada a prostituirse el permiso de residencia con la condici¨®n de que denuncie a la red que la esclaviza. Desde 2001, m¨¢s de 800 mujeres lo han hecho. Otras muchas no se atreven de puro miedo. No s¨®lo por ellas. Temen que sus familias sean atacadas. "Y sin embargo, las que denuncian, en su mayor parte, consiguen salir", explica Roc¨ªo Nieto, presidenta de Apram, una ONG que se dedica a acoger mujeres que han sido obligadas a prostituirse.
Una de ellas, que escoge el nombre de Irina para identificarse, tiene ahora trabajo y tras enamorarse de un espa?ol vive en Madrid con ¨¦l. A su familia les ha evitado la parte negra del viaje. "S¨®lo les he contado que vine aqu¨ª, que conoc¨ª a un espa?ol que me gust¨® y que me qued¨¦ con ¨¦l a vivir".
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