Contra el destino
Una desgracia estuvo a punto de suspender en Madrid la presentaci¨®n en directo de Un metro cuadrado, el ¨²ltimo disco de Jarabe de Palo, banda barcelonesa que prolonga la personalidad del carism¨¢tico Pau Don¨¦s. Horas antes del concierto, la furgoneta que tra¨ªa desde Valencia a los t¨¦cnicos y parte de los instrumentos y equipo de sonido, sufri¨® un aparatoso accidente, que qued¨® en un susto, alguna guitarra destrozada y collarines y brazos en cabestrillo de los t¨¦cnicos de sonido.
Pau Don¨¦s decidi¨® desafiar al destino. Y, aunque empez¨® desconcentrado y todav¨ªa at¨®nito por la fortuna que en el fondo hab¨ªan tenido, se impuso de manera clara y rotunda con un concierto eficazmente hilvanado entre las canciones m¨¢s nuevas y las definitivamente populares y colectivas que jalonan su carrera.
Jarabe de Palo
Pau Don¨¦s (voz y guitarras); Jordi Mena (guitarra el¨¦ctrica); Alex Tenas (bater¨ªa); Jordi Rebenaque (teclados y acorde¨®n); Quino B¨¦jar (percusi¨®n); Carmen Ni?o (bajo y coros). Invitados Jorge Dr¨¦xler y Luis Dulzaidez (percusi¨®n). Divino Aqualung (Madrid), 17 de diciembre.
Empez¨® con la que da t¨ªtulo a su nuevo trabajo, y, sin saludar siquiera ni descanso entre una y otra, enlaz¨® con A¨²n no me toca y Dicen. El sonido de las tres anticipaba que la cosa iba a ir por el rock and roll sin paliativos, incluso aproximado hacia cierto sonido stoniano que ya se intu¨ªa en el disco nuevo. Hay alg¨²n atisbo de abandono de ese tropicalismo caribe?o que le ha llevado a Jarabe de Palo a convertirse en una de las banderas preclaras del llamado rock latino.
Antes de comenzar la cuarta canci¨®n, Don¨¦s por fin saluda y Romero y Julieta, la m¨¢s conocida de sus nuevas canciones, se corea entonces con rabia. El uruguayo Jorge Dr¨¦xler canta con ¨¦l Qu¨¦ bueno, qu¨¦ bueno, una preciosa canci¨®n de amor en la l¨ªnea de sencillez que despliega Don¨¦s cuando se pone rom¨¢ntico. El cubano Luis Dulzaidez acompa?a las percusiones de Bonito, que se convierte en otro de los momentos intensos de la fiesta. Yin yang, con Jordi Rebena, suena a zydeco, el rhythm and blues rural de los campesinos de Luisiana.
Cinta ancha roja en el pelo, camiseta sin mangas del mismo color, barba de unos cuantos d¨ªas y tejano ajado, dan a Pau Don¨¦s el aire de normalidad e identificaci¨®n con ese p¨²blico encantador que vive de las ganas de agradar. Campechano y sereno, recuerda su primera canci¨®n que empez¨® a sonar en las emisoras, Quiero ser poeta. "Diez a?os despu¨¦s me siguen preguntando si la fama me ha cambiado", confiesa extra?ado. "Yo les digo que tanto como si la Flaca ya fuera gorda". Y con La Flaca despidi¨® un concierto feliz que el destino podr¨ªa haber truncado.
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