"El tiroteo de Marbella es la gota que colma el vaso"
Juan Carlos L¨®pez Caballero (Sevilla, 1956) se ha convertido en uno de los centros de atenci¨®n de la prensa tras su nombramiento como fiscal antimafia para la provincia de M¨¢laga, con el impacto del tiroteo mortal de Marbella a¨²n reciente. Su experiencia en los ¨²ltimos seis a?os como fiscal coordinador de Medio Ambiente y Delitos Urban¨ªsticos complementar¨¢ sus competencias como delegado de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, en un momento en el que existe el riesgo de que el dinero de las organizaciones mafiosas contamine el poder pol¨ªtico.
Pregunta. ?Est¨¢ su nombramiento relacionado con el tiroteo de Marbella?
Respuesta. Creo que no. Los ¨²ltimos episodios han sido eso, episodios, una manifestaci¨®n de que se dan situaciones de criminalidad muy violenta, presuntamente vinculadas a organizaciones criminales. El nombramiento responde a una situaci¨®n preexistente, a un problema que se siente, aunque lo de Marbella es la gota que colma el vaso.
P. ?Cu¨¢les ser¨¢n sus competencias?
R. Es una delegaci¨®n de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, encargada de la represi¨®n de delitos econ¨®micos y relacionados con la corrupci¨®n. Al mismo tiempo, va a asumir contenidos relativos a la lucha contra el crimen organizado, que es la parte verdaderamente novedosa.
P. ?Compatibilizar¨¢ el cargo con Medio Ambiente?
R. La idea es que haya una compatibilizaci¨®n parcial en algunas materias, en lo que se refiere a los delitos urban¨ªsticos y la responsabilidad sea de autoridades y funcionarios p¨²blicos.
P. ?Hay relaci¨®n entre delitos urban¨ªsticos, mafias y corrupci¨®n?
R. Los delitos de prevaricaci¨®n, de malversaci¨®n, tr¨¢fico de influencias, cohecho, son materias muy pr¨®ximas a los delitos urban¨ªsticos, porque tambi¨¦n son actividades de funcionarios p¨²blicos. En cuanto a los grupos organizados, ser¨¢ una cuesti¨®n a investigar. Se trata de luchar contra los que ya est¨¢n asentados, y pueden estar cometiendo delitos o viviendo de las ganancias de ellos. Y pueden estar relacionados con delitos de corrupci¨®n o puede que no.
P. ?Su labor incluye la coordinaci¨®n de la polic¨ªa?
R. Para eso se crea justamente la delegaci¨®n. Pero ya contamos con experiencia. Desde hace a?os funciona la fiscal¨ªa antidroga, con grupos de polic¨ªa espec¨ªficos que canalizan la informaci¨®n al fiscal. En el blanqueo de capitales, cuando procede del tr¨¢fico de estupefacientes, tampoco nos coge de nuevas. El n¨²mero de polic¨ªas o el tipo de adscripci¨®n est¨¢n por definirse, pero la colaboraci¨®n va a ser como hasta ahora, aunque tratando de evitar disfunciones.
P. ?Hay mafias en la Costa del Sol?
R. No quiero utlizar el t¨¦rmino mafia, porque define un fen¨®meno muy estudiado de otros pa¨ªses, donde esos grupos de delincuencia organizada tienen unas peculiaridades: la vinculaci¨®n clientelar, el secretismo en la organizaci¨®n, la disparidad de actividades delictivas. Aqu¨ª se nota la implantaci¨®n de organizaciones criminales con algunas manifestaciones de tipo mafioso, como la extrema violencia o la violencia indiscriminada.
P. ?Han corrompido la pol¨ªtica?
R. Un informe del Instituto Andaluz de Criminolog¨ªa alerta del peligro que puede suponer el asentamiento de organizaciones criminales con un gran dominio econ¨®mico en determinadas zonas, en la medida en que ese dinero ya transformado pueda servir para intervenir en las decisiones pol¨ªticas. Es un nivel posterior de este tipo de delincuencia, no s¨®lo utilizar el lugar para cometer delitos, sino una vez establecidos, utilizar los medios econ¨®micos para corromper a funcionarios del poder. Se ha dado en otros lugares, y si no estamos atentos, puede producirse tambi¨¦n aqu¨ª.
P. ?Han favorecido la implantaci¨®n de grupos organizados ciertas actitudes pol¨ªticas y empresariales en la Costa del Sol respecto al urbanismo?
R. Esa relaci¨®n es problem¨¢tica afirmarla. Pero si quien tiene que establecer determinados controles, tanto para la contrataci¨®n p¨²blica como para el desarrollo urban¨ªstico de una zona, no los establece o no los cumple, favorece en cierta medida el que se acuda a esos lugares con fines delictivos.
P. ?Est¨¢ justificada la alarma social?
R. Una cosa es la preocupaci¨®n, y otra la alarma como si fuera Chicago en los a?os 30. La preocupaci¨®n es l¨®gica, pero no es una situaci¨®n que tenga que crear alarma, de momento son hechos epis¨®dicos. Los ¨ªndices de criminalidad son, aunque suene mal decirlo, aceptables. La alarma es la que se ha dado en el sur de Italia, con numerosos asesinatos en pocos d¨ªas.
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