Los kurdos de Turqu¨ªa aspiran a recuperar su identidad con la UE
Las reformas impulsadas por los Veinticinco no borran los estragos de 15 a?os de conflicto
Los habitantes de Diyarbakir, la capital del Kurdist¨¢n turco, parecen haber perdido el miedo a hablar tras m¨¢s de cinco a?os de tregua de la guerrilla independentista del Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK). Su alzamiento contra el Gobierno central de 1984 a 1999 se sald¨® con m¨¢s de 35.000 muertos, desplazamientos forzosos de miles de campesinos y la ruina del sureste de Anatolia.
A pesar de las reformas pol¨ªticas impulsadas por el acercamiento de Ankara a la UE, el portavoz del Partido Republicano Popular (Dehap) en Diyarbakir, Teuzi Yozar, afirmaba ayer que "los kurdos de Turqu¨ªa siguen sin poder expresar de forma libre sus aspiraciones".
La mitad de la superficie de Diyarbakir (dos millones de habitantes hacinados en espantosos bloques de cemento) est¨¢ ocupada por cuarteles, polvorines, aer¨®dromos y otras instalaciones militares. "Aqu¨ª no era posible la libertad de expresi¨®n mientras la violencia se cobraba una media de tres muertes al d¨ªa", explica el escritor y periodista Faruk Balikci, autor del libro Las dos visiones de todo esto, sobre los abusos cometidos contra la poblaci¨®n civil por las fuerzas de seguridad y la guerrilla del PKK.
La captura en 1999 del l¨ªder independentista Abdul¨¢ Ocalan, en una rocambolesca operaci¨®n montada en Nairobi por los servicios secretos turcos, paraliz¨® la lucha armada del PKK. Mientras Ocalan era juzgado por "traici¨®n a la Rep¨²blica" y condenado a la horca, entre 3.000 y 5.000 guerrilleros abandonaron las armas o se ocultaron en las monta?as del vecino norte de Irak. La abolici¨®n de la pena capital, aprobada por el Parlamento en el proceso de aproximaci¨®n de Turqu¨ªa a la UE, le salv¨® del pat¨ªbulo. Pero el l¨ªder kurdo seguir¨¢ siendo de por vida el ¨²nico preso de las mazmorras de una isla del mar de M¨¢rmara.
Hace ahora dos a?os, el actual Gobierno islamista se apresur¨® a levantar el estado de emergencia que a¨²n pesaba sobre algunas provincias kurdas, y que situaba a las autoridades locales bajo el control de una Administraci¨®n militar. Pero el Ejecutivo del primer ministro Recep Tayyip Erdogan ha dado la espalda al Kurdist¨¢n turco, seg¨²n sostiene el portavoz de los nacionalistas de Dehap: "Erdogan s¨®lo se dedica a sus negocios en Europa y se olvida de que hay zonas, como Diyarbakir, donde la tasa de desempleo es de casi el 60%".
A pesar de que ha sido proscrito en sus anteriores denominaciones por los tribunales, acusado de actuar como brazo pol¨ªtico del PKK, el partido prokurdo Dehap sigue siendo, elecci¨®n tras elecci¨®n, la fuerza pol¨ªtica hegem¨®nica en el sureste de Turqu¨ªa, con m¨¢s del 50% de los sufragios en varias circunscripciones. Pero la ley electoral turca, que eleva hasta el 10% de los votos nacionales el list¨®n para poder contar con representaci¨®n parlamentaria, le condena al ostracismo pol¨ªtico.
Rebautizado ahora como Kongra-Gel, el PKK ha anunciado en varias ocasiones la ruptura de la tregua. Sus espor¨¢dicos choques armados en zonas rurales, como Tunceli, y su nula capacidad para atacar en ¨¢reas urbanas parecen confirmar, empero, que ya no es una guerrilla activa. Mientras, desde Diyarbakir hasta Van, pasando por Mardin, han abierto sus puertas los primeros institutos privados de lengua kurda y dos cadenas locales aguardan la luz verde de Ankara para lanzar en suelo turco la primera televisi¨®n en kurdo.
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