Zapatero anima a Rajoy a separarse de la pol¨ªtica exterior de Aznar y le invita a Polonia

El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, anim¨® ayer al l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, a "superar la pol¨ªtica exterior del anterior Gobierno en su ¨²ltima etapa" y volvi¨® a ofrecerle el consenso -"no el pacto de Estado, porque estamos a¨²n un poco lejos", dijo- e incluso una invitaci¨®n para que le acompa?e el 9 de febrero a la cumbre bilateral con Polonia. Rajoy respondi¨® que no se f¨ªa de que el d¨ªa se?alado Zapatero le diga que est¨¢ cansado y anule la cita. Pero el debate concluy¨® con un tono m¨¢s amable del marcado por el propio Rajoy con sus descalificaciones rotundas.

"Le gustan a usted demasiado las fotos, se?or Zapatero, y la fatiga influye mucho en su vida. Conf¨ªo en que cuando Espa?a le necesite est¨¦ usted descansado (...) ?Qu¨¦ ha sacado usted de las cumbre bilaterales con Chirac, Schr?der o Berlusconi, aparte de fotos y sonrisas? ?Qu¨¦ han sacado los espa?oles? Se?or Zapatero, hay que tomarse Espa?a en serio", lleg¨® a decir el l¨ªder del PP.

El escenario fue el Pleno del Congreso de los Diputados y la ocasi¨®n ven¨ªa marcada por el debate sobre la informaci¨®n que el presidente del Gobierno suele dar a Las Cortes despu¨¦s de cada Consejo Europeo. Pero la oposici¨®n hizo que las discusiones desbordaran el motivo de la convocatoria, hasta resolverse en un nuevo debate general a tumba abierta sobre la pol¨ªtica exterior -el cuarto en poco m¨¢s de dos semanas-, volcado hacia una exigencia predeterminada: "Es urgente que modifique usted la orientaci¨®n de su pol¨ªtica. Si no lo hace, dejaremos pronto de ser un socio fiable tanto en Europa como en toda Am¨¦rica".

Zapatero recogi¨® el guante y devolvi¨® la finta cuando se declar¨® "en contra de los que, sin respetar la legalidad internacional ni agotar el di¨¢logo, descargan el uso de la fuerza", y templ¨® la iron¨ªa para recordarle a Rajoy que la pol¨ªtica de la ex ministra de Exteriores, Ana Palacio, "no era la m¨¢s adecuada".

Incluso le ofreci¨® un consejo: "La oposici¨®n tiene que exigir, incluso que acuciar, como ha dicho, pero hay que hacer oposici¨®n sobre lo que el Gobierno ha hecho realmente, no sobre lo que usted teme que har¨¢. Si no, su vocaci¨®n de oposici¨®n ser¨¢ enorme, y es seguro que la realizar¨¢".

Luego agradeci¨® a su oponente que le hubiera expresado apoyo en la lucha antiterrorista, aunque ese gesto envolvi¨® una desconfianza manifiesta que el propio Rajoy atribuy¨® a dos motivos: los contactos del presidente con "ciertos Gobiernos" que tienen "actuaciones discutibles" acerca de terroristas -fuera de las sala aclar¨® que se refer¨ªa a Venezuela y Cuba- y la inducci¨®n por el Gobierno de informes policiales teledirigidos, en alusi¨®n a la visita del comisario Telesforo Rubio a una sede del PSOE en v¨ªsperas de su comparecencia ante la Comisi¨®n del 11-M.

De los temas propios de la convocatoria, el m¨¢s desarrollado fue el de los fondos de cohesi¨®n que Espa?a recibe de Bruselas. Rajoy los consider¨® amenazados de extinci¨®n en un 90% -destac¨® la cifra de 39.900 millones de euros entre 2007 y 2013-, tras acusar a Zapatero de no haber logrado que el Consejo Europeo de la semana pasada sancionara el principio de "gradualidad" en la salida del sistema europeo de ayudas. El presidente insisti¨® en que la negociaci¨®n sobre cifras se har¨¢ el pr¨®ximo semestre y se mostr¨® satisfecho con que la cumbre recogiera el principio de "equidad" en el reparto del coste de la ampliaci¨®n, para que Espa?a no lo sufra en exclusiva.

Fuera de la agenda del d¨ªa, Zapatero se extendi¨® especialmente en la defensa de la pol¨ªtica sobre Gibraltar, un tema que Rajoy no quiso evocar porque hoy volver¨¢ a interrogar al presidente sobre ¨¦l en la sesi¨®n de control. El jefe del Ejecutivo insisti¨® en que no se ha dado ning¨²n derecho de veto a los gibraltare?os, y menos a¨²n en materia de soberan¨ªa, porque ese tema, dijo, s¨®lo lo negociar¨¢n Espa?a y el Reino Unido. Record¨® al PP que el PSOE siempre le apoy¨® cuando Aznar negociaba la soberan¨ªa compartida, una f¨®rmula que tampoco encaja en el Tratado de Utrecht ni en la tradici¨®n de estas negociaciones, y, en todo caso, se pregunt¨®: "?Se ha roto una tradici¨®n de 300 a?os? ?Y qu¨¦ resultado dio esa tradici¨®n? La nada. Es la realidad".

Con un argumento similar, desech¨® las cr¨ªticas sobre su pol¨ªtica hacia el S¨¢hara, antes de concluir: "Sus descalificaciones de la pol¨ªtica exterior no resultan cre¨ªbles. No deslicen cr¨ªticas absurdas".Y dijo como ejemplo: "Dicen ustedes que la pol¨ªtica exterior del Gobierno es d¨¦bil. ?Es debilidad retirar las tropas de Irak y comunic¨¢rselo al presidente de EE UU?".