La Red Conecta abre en Vallecas un nuevo local para implantar la alfabetizaci¨®n digital
J. N. lleg¨® hace dos a?os al aula inform¨¢tica que la Asociaci¨®n Candelita, dedicada a la integraci¨®n social de marginados, tiene en la calle de Montera de Madrid. Entrado en los 40, sufr¨ªa una aguda enfermedad mental. No se relacionaba con nadie. Se sentaba ante el ordenador y, mano sobre mano, bajaba la cabeza y se sum¨ªa en sus tinieblas. "No veas la utilidad que ha tenido la inform¨¢tica para romper su incomunicaci¨®n", declara Diego Pinilla, dinamizador de la Asociaci¨®n Candelita, todo un personaje. En 1994 fue el concejal m¨¢s joven de Colombia, al ser elegido con 18 a?os reci¨¦n cumplidos.
Para J. N. -su nombre y su imagen est¨¢n bajo tutela de la Administraci¨®n- el manejo del Messenger
[programa de mensajer¨ªa instant¨¢nea] se fue convirtiendo en su tabla de salvaci¨®n. "Le permite hablar con otros sin verlos, sin tenerlos enfrente. Hemos descubierto que tiene una excelente escritura, lo que nos ha permitido hacernos una idea de su historia personal", explica Pinilla.
Candelita es uno de los grupos de la Red Conecta, dedicada a la alfabetizaci¨®n digital. En Vallecas ha abierto su ¨²ltimo local.
La Asociaci¨®n Candelita es una de las 44 ONG integradas en la Red Conecta, iniciativa de la Fundaci¨®n Esplai que persigue la inclusi¨®n social de personas marginadas mediante la alfabetizaci¨®n digital. Lucent y Bankinter la financian, a lo que hay que a?adir el apoyo tecnol¨®gico de Microsoft, Dell , Epson, y la ayuda de las administraciones. M¨¢s de 13.000 personas han pasado ya por sus cursos.
La ¨²ltima en unirse a Conecta es la asociaci¨®n Fontarr¨®n. En noviembre abri¨®, con la ayuda de Bankinter, una sala inform¨¢tica en Puente de Vallecas, populoso barrio del sur de Madrid. Parados de larga duraci¨®n, j¨®venes con fracaso escolar y desarraigo familiar y mujeres que buscan formaci¨®n son algunos de los colectivos que han iniciado su alfabetizaci¨®n digital, a juicio de Elvira Ojeda, directora del centro.
"Un grupo social muy perjudicado es el de las amas de casa humilladas por el machismo de sus hijos y maridos, que las hacen creerse in¨²tiles", expone Diego Pinilla. "M. J. lleg¨® a la Asociaci¨®n Candelita llorando a contarnos el drama que viv¨ªa en su casa. El ordenador y el acceso a los contenidos de Internet la han sacado de su estado lastimoso".
La comunicaci¨®n por correo electr¨®nico con sus alejadas familias obra milagros, m¨¢s a¨²n si el centro, como el de la calle Montera, incorpora webcam. Maribel Echevarr¨ªa lleg¨® a Espa?a en 1992 desde Per¨². Hace un a?o estaba casi en la indigencia. Contact¨® con el Centro de Mujeres Progresistas, conoci¨® la Red Conecta y se apunt¨® a un curso de Office. Hoy tiene su propia empresa inmobiliaria y recibe curr¨ªculos por la Red. "Gracias a Internet aprend¨ª, por ejemplo, a acceder a subvenciones para abrir una empresa", relataba en un reciente congreso de la Red Conecta en Madrid.
M¨¢s de 700 personas han pasado por el aula inform¨¢tica de la Fundaci¨®n Aldauri en la plaza Coraz¨®n de Mar¨ªa, barrio degradado de Bilbao. "Por sus cristales amplios, estamos muy visibles desde la calle, lo que favorece el arraigo en el entorno", explica Alfonso L¨®pez, art¨ªfice del gran efecto que el local ha tenido sobre el barrio. "Nos mueve combatir la exclusi¨®n social y auspiciar redes ciudadanas. Y no nos preocupan los contenidos de Internet a los que accedan nuestros usuarios, porque lo que ven en las calles siempre es m¨¢s duro", expone.
Concepci¨®n Blanco es la responsable de la Federaci¨®n de Mulleres Rurais de Ourense, que aglutina a 6.000 orensanas, "dedicadas en su mayor¨ªa a tareas agr¨ªcolas, pero que no son consideradas personas activas ni formal ni estad¨ªsticamente". Su federaci¨®n abri¨® un local en Ver¨ªn y, a la vista del ¨¦xito, desde septiembre tiene otros dos en esa zona rural. Han dado formaci¨®n inform¨¢tica a m¨¢s de 500 personas, el 75% mujeres. "Han accedido a bolsas de ocupaci¨®n que desconoc¨ªan, en un ¨¢rea en la que la mayor parte de la poblaci¨®n femenina est¨¢ en paro. Colgamos en Internet sus datos, de modo que ahora disponen de una v¨ªa directa y eficaz para conseguir trabajo". Una nueva cultura se abre paso. La inform¨¢tica es su impulsora pero, como indica Txema Gil, director general de la Fundaci¨®n Esplai, "las m¨¢quinas hu¨¦rfanas no funcionan". Es la suma de energ¨ªa humana y tecnolog¨ªca lo que cambiar¨¢ la sociedad.
RED CONECTA: www.redconecta.net
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