Stevie Nicks, en la monta?a roja
Live at Red Rocks presenta a la cantante Stevie Nicks en su momento ¨¢lgido de popularidad, cuando alterna sus discos en solitario con su trabajo dentro de Fleetwood Mac. Acompa?ada por una banda que incluye a cracks como Waddy Watchel y Rick Marotta, Stevie interpreta desde Dreams a Beauty and the beast. El DVD se pone a la venta con EL PA?S a partir de ma?ana, viernes, por 6,95 euros.
Stevie Nicks impuso su estilo personal en los a?os ochenta: una est¨¦tica visual vaporosa y unas canciones de descarnado romanticismo fueron sus bazas. Aunque ridiculizada por sectores rockistas, Stevie ha sido reivindicada en los 90 por el movimiento de feministas-con-guitarras-el¨¦ctricas, que apreci¨® su tenacidad para defender un mundo propio.
Stephanie Nicks, nacida en Phoenix (Arizona, 1948), entra en el negocio con el grupo Fritz. All¨ª coincide con Lindsey Buckingham, con quien forma pareja amorosa y creativa, grabando Buckingham Nicks en 1973. No despega y, seg¨²n la leyenda, en Los ?ngeles ella debe trabajar de camarera y empleada dom¨¦stica, mientras que Lindsey ejerce de m¨²sico de alquiler. Les salvan unos brit¨¢nicos en proceso de reciclaje. De visita en un estudio de Van Nuys, Mick Fleetwood, baterista de Fleetwood Mac, escucha una grabaci¨®n suya y conoce a los autores. Bingo: Buckingham y Nicks se integran en Fleetwood Mac; con su aportaci¨®n, el grupo vive una segunda etapa triunfal, ahora ya con base en California y con orientaci¨®n pop.
La vida dorada de Fleetwood Mac es digna del culebr¨®n m¨¢s extravagante, con kilos de substancias ilegales y cambios de pareja: Stevie termina unida a Mick, aunque luego se casa brevemente con Kim Anderson, viudo de su mejor amiga. Fleetwood Mac pasa a?os grabando Tusk, continuaci¨®n del megavendedor Rumours, y los miembros del grupo deciden, por higiene mental, descansar o trabajar en solitario.
Es Stevie Nicks quien m¨¢s se beneficia: aparte de hacer populares duetos con amigos (Don Henley, Robbie Patton, Tom Petty), vende millones de elep¨¦s como Bella donna (1981), The wild heart (1983) y Rock a little (1985). Precisamente, durante la gira de Rock a little, se rueda Stevie Nicks live at Red Rocks. Red Rocks es un anfiteatro construido en las monta?as de Colorado, un espacio natural popularizado en 1983 por los irlandeses de U2, que all¨ª graban parte de Under a blood red sky.
Tal vez sin querer, Stevie Nicks live at Red Rocks retrata el esplendor econ¨®mico del Rock Para El Gran P¨²blico: comienza con el avi¨®n privado que lleva a la banda, que luego se monta en limusinas que llegan a Red Rock en caravana, escoltadas por polic¨ªas en moto. Simult¨¢neamente, una masa culebrea por la monta?a, subiendo a pie con mantas y provisiones, animada por ese entusiasmo estadounidense por los acontecimientos colectivos.
Estamos tambi¨¦n en la Era del Rock de Peluquer¨ªa: Stevie y parte de sus acompa?antes llevan asombrosos cardados. Por no hablar de las ropas, fantas¨ªas a medio camino entre lo hippy y el look burdel-de-Nueva-Orleans, que requieren los cuidados de cinco encargadas de vestuario. Pero lo realmente extraordinario es el grado de conexi¨®n entre la cantante y su embelesado p¨²blico.
Con tres coristas y una banda polivalente, Stevie despliega su magia (blanca). Alterna el rock con las baladas de piano; se marca un baile con un profesional en Stand back. Se encienden fuegos y se sueltan palomas, una de las cuales termina en la mano de Stevie, de donde pasa al sombrero de Mick Fleetwood; el percusionista de Fleetwood Mac se ha sumado al concierto, al igual que otro exiliado brit¨¢nico, el guitarrista Peter Frampton. Y hay que ver para creer el ba?o de multitudes final, cuando el p¨²blico derrama regalos -flores, sombreros, animales de peluche- sobre Stevie.
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