"Soldados sin fronteras"
El ministro de Defensa pasa el d¨ªa de Navidad con las tropas espa?olas en Bosnia y elogia su trabajo
El pasado 2 de diciembre, los 508 militares espa?oles destinados en Bosnia-Herzegovina se quitaron del uniforme la insignia de la OTAN y se pusieron la de la Uni¨®n Europea. Pero la misi¨®n, los mandos y los procedimientos siguen siendo los mismos. "Para nosotros, nada ha cambiado", reconoce el coronel Jos¨¦ Mar¨ªa Grande Urquijo, jefe del contingente. "Es el mismo perro con distinto collar", resume con m¨¢s crudeza el soldado ?scar Lorenzo.
Ni ?scar ni sus compa?eros parecen conmovidos por participar en la Operaci¨®n Althea, el m¨¢s importante despliegue militar de la historia de la UE, con 6.500 soldados de 27 pa¨ªses. La mayor¨ªa ni siquiera ha decidido a¨²n si votar¨¢ en el refer¨¦ndum de la Constituci¨®n Europea, previsto para el 20 de febrero, pocas semanas despu¨¦s de que regresen a casa tras cuatro meses en los Balcanes. Ni tienen demasiado claro hasta qu¨¦ punto el futuro de la defensa europea se juega en el ¨¦xito o fracaso de su misi¨®n.
No resulta f¨¢cil que los militares vibren con la bandera de las 12 estrellas en c¨ªrculo sobre fondo azul. No se toc¨® el himno europeo, sino el espa?ol, cuando el ministro de Defensa, Jos¨¦ Bono, fue recibido ayer en el aeropuerto de Mostar, al inicio de su primera visita a la zona. Y fue a los ca¨ªdos por la Patria, no por la UE ni por la OTAN, a los que rindi¨® homenaje en la rebautizada como plaza de Espa?a ante un monumento en el que est¨¢n inscritos los nombres de los 21 fallecidos -incluido un int¨¦rprete croata- desde que las tropas espa?olas llegaron a Bosnia, en noviembre de 1992.
Bono recurri¨® a un poema dedicado a Espa?a para arrancar los aplausos de los militares reunidos en el comedor de la base. Y en un pa¨ªs en el que a¨²n no se han cerrado las heridas de la guerra fraticida que sigui¨® al desmembramiento de Yugoslavia, sugiri¨® que de esta tragedia se podr¨ªa aprender mucho sobre el concepto de "naci¨®n", tan cuestionado en Espa?a. Aunque felicit¨® a los soldados por pertenecer a "una de las naciones m¨¢s antiguas del planeta", asegur¨® que no es la Espa?a de los Reyes Cat¨®licos la que defiende, sino la de las nuevas generaciones, que se basa en la "voluntad de vivir juntos". "A nadie se le puede obligar a querer a Espa?a a punto de pistola, pero nadie puede forzarnos a que dejemos de quererla", proclam¨®.
El ministro lleg¨® acompa?ado por los presidentes de las comisiones de Defensa del Congreso y el Senado, Joaqu¨ªn Leguina y Jaime Blanco, y un grupo de parlamentarios, entre los que figuraban el diputado Luis Mardones, de Coalici¨®n Canaria, y el senador Ignacio Cosid¨®, del PP. Bono consigui¨® embarcarlos en un viaje que sus antecesores realizan habitualmente antes del comienzo de las fiestas, pero que ¨¦l quiso hacer coincidir con el d¨ªa de Navidad.
Tambi¨¦n se trajo a los alcaldes de Valladolid, Francisco Le¨®n Javier de la Ripa, Jaca, Enrique Villaroya, y Puerto del Rosario, Manuel Bernab¨¦ Travieso, las localidades de las que proceden el grueso de las tropas y que pertenecen a tres partidos distintos: PP, PSOE y CC. Era su forma de mostrar que ven¨ªa en representaci¨®n de una Espa?a en la que caben derechas e izquierdas, pero en la que quiz¨¢ no se encontrar¨ªa tan c¨®modo el diputado de ERC Joan Puig, que a ¨²ltima hora se descolg¨® de la visita.
Lo primero que hizo el ministro al aterrizar en Mostar fue telefonear al Rey, quien le pidi¨® que transmitiera a las tropas su afecto, solidaridad y aprecio por el trabajo que desarrollan. Bono calific¨® a los militares de "hacedores de la paz" y "soldados sin fronteras", parafraseando a las ONG de m¨¦dicos o bomberos.
Bono concluy¨® su visita con un breve paseo por el bulevar de Mostar, salpicado de edificios en ruinas y muros agujereados, y por el viejo puente otomano, levantado piedra a piedra despu¨¦s de que las milicias croatas lo hicieran saltar en pedazos en 1992.
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