Un estudio revela que el 94% de los j¨®venes de entre 14 y 17 a?os bebe alcohol en el 'botell¨®n'
La investigaci¨®n reivindica el papel orientador de la familia y de la escuela
Un estudio realizado a j¨®venes de entre 14 y 17 a?os en la provincia de Ja¨¦n y en las comunidades aut¨®nomas de Galicia y Madrid revela que el 94,6% de los menores de edad consumen alcohol cuando asisten a los botellones. Adem¨¢s, cerca de la mitad reconoce fumar porros "de vez en cuando" o "la mayor¨ªa de las veces". Algo m¨¢s de un 6% afirma consumir coca¨ªna "alguna vez". Los datos proceden del informe El fen¨®meno del botell¨®n, realizado por el Colegio Nacional de Polit¨®logos y Soci¨®logos en colaboraci¨®n con la Delegaci¨®n del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
En el estudio de campo participaron m¨¢s de un millar de j¨®venes procedentes de la provincia de Ja¨¦n -¨¦sta se tom¨® como muestra representativa del conjunto andaluz- y de las gallegas de A Coru?a, Vigo y Pontevedra, junto a la Comunidad de Madrid.
La investigaci¨®n se marc¨® como objetivo conocer los distintos perfiles del menor adolescente que se concentra para beber al aire libre, as¨ª como identificar las pautas de comportamiento y las causas y motivaciones que inducen a los j¨®venes a concentrarse en parques, calles y plazas para consumir alcohol los fines de semana.
En cuanto a la motivaci¨®n, el 35% de los encuestados afirm¨® que beb¨ªa para divertirse, seguido de un 12% que asegur¨® que los efectos del alcohol mejoraban y facilitaban su relaci¨®n con los dem¨¢s. Un 8,3% reconoci¨® que el alcohol le permit¨ªa hacer cosas que de otra manera no har¨ªa: un 8,2% se?al¨® que le facilitaba "ligar" y un 7,8% de los j¨®venes indic¨® como causa principal el seguir al grupo de amigos.
Para experimentar sensaciones nuevas y fuertes, por el gusto de hacer algo prohibido o porque est¨¢ de moda y bien visto entre la gente joven fueron otros de los motivos que aglutinaron el resto de porcentajes.
Interclasista
Felipe Morente, soci¨®logo e investigador de la Universidad de Ja¨¦n, fue el encargado de coordinar el grupo de investigaci¨®n en esta provincia, que tom¨® como punto de referencia las concentraciones nocturnas de j¨®venes en la capital y en los municipios de Linares y And¨²jar.
Con respecto al perfil de los j¨®venes, Morente califica este fen¨®meno de "interclasista", donde participan j¨®venes procedentes de diferentes estratos sociales, aunque s¨ª ve diferencias en las causas que le motivan a ello. "A unos les viene mejor porque es m¨¢s barato beber en la calle que en los bares o discotecas y a otros porque es un medio de identificaci¨®n con el grupo, en una etapa de formaci¨®n de la propia personalidad y de b¨²squeda de otros referentes que no sean los patrones familiares", resalta el profesor de la Universidad de Ja¨¦n.
Con respecto a sexos, tanto los chicos como chicas muestran un comportamiento similar, inici¨¢ndose en el consumo de alcohol a los 12,8 a?os. Con respecto a esto ¨²ltimo, el estudio constata una tendencia ya apuntada en otras investigaciones y seg¨²n la cual la edad de inicio al consumo se viene reduciendo en los ¨²ltimos a?os. Los j¨®venes encuestados de 17 a?os afirmaron empezar a consumir alcohol con una edad media de 13,3 a?os, mientras que los de 14, reconocieron hacerlo a partir de los 12 a?os.
Ante el planteamiento de los efectos negativos del botell¨®n en el entorno, el 40% de los j¨®venes encuestados reconoce la necesidad de "reducir da?os", pero sin una intenci¨®n calara de b¨²squeda de alternativas. Aunque este fen¨®meno deriva en consecuencias negativas como consumos de sustancias dependientes, accidentes de tr¨¢fico, molestias para los vecinos o rotura de mobiliario urbano, Morente resalta que el botell¨®n es "un ritual social" que no tiene por qu¨¦ ser "ni positivo ni negativo". "Depende de la educaci¨®n que los padres y profesores hayan proporcionado al chaval, que est¨¢ comenzando a vivir fuera de la burbuja familiar. El botell¨®n es una manifestaci¨®n de una forma de sociabilidad de los j¨®venes que se ha instaurado como una moda. Ser¨¢ m¨¢s positivo para el que lo tome como un punto de encuentro entre amigos y m¨¢s negativo para el que no tenga los m¨ªnimos refuerzos que le permitan elegir entre lo que le conviene o no del botell¨®n", explica el soci¨®logo.
Con respecto al estudio comparado entre las tres regiones, en l¨ªneas generales los j¨®venes suelen dibujar las mismas pautas de motivaciones y comportamientos, exceptuando el horario de vuelta a casa, normalmente antes de la 1.00 en Galicia y Madrid, y hasta las 3.00 en Ja¨¦n.
?Para qu¨¦ quieres 15 euros?
Tradicionalmente, los padres se hab¨ªan venido estudiando como el principal grupo de referencia de las nuevas generaciones. Pero hoy la familia ha dejado de jugar ese papel protagonista en la socializaci¨®n de los j¨®venes, quienes a la hora de orientar sus comportamientos est¨¢n cada vez m¨¢s influenciados por sus grupos de iguales. "El papel de la familia desde el punto de vista orientador, incluso afectivo, tiene cada vez menos peso en los adolescentes. Los j¨®venes buscan ahora en los grupos de amigos los referentes que un d¨ªa marcaron sus padres", explica Felipe Morente.
Una de las soluciones a los efectos negativos del botell¨®n pasa por la actuaci¨®n en el ¨¢mbito familiar, que los padres vuelvan a responsabilizarse de la orientaci¨®n de sus hijos. "Esto no quiere decir que tengamos que volver a los modelos patriarcales autoritarios, sino que los padres deben saber c¨®mo son sus hijos, qu¨¦ es lo que hacen y qu¨¦ actitudes tienen hacia la vida. No tiene sentido preguntar para qu¨¦ quieren los 15 euros que nos piden a la hora de salir con sus amigos si luego no les preguntamos en qu¨¦ se los han gastado", resalta el investigador jiennense.
Otro de los ¨¢mbitos de acci¨®n a los que hace referencia Morente se concentra en los centros educativos. "Puesto que los adolescentes tienen cada vez m¨¢s protagonismo como referente de otros, los profesores deben ser conscientes del importante papel que juegan. Pero tambi¨¦n es cierto que la masificaci¨®n y la falta de medios en los centros los tiene desbordados", lamenta.
Como alternativa al botell¨®n, Morente hace hincapi¨¦ en la necesidad de ofertar recursos de tiempo libre y sociabilidad. "Potencialmente, existen espacios que pueden permitir que los menores construyan sus propios mecanismos de sociabilidad con sus reglas y sus normas, pero no est¨¢n abiertos a las doce de la noche", indica el soci¨®logo, quien pone como ejemplos parques, bibliotecas, piscinas y hasta los mismos centros educativos.
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