'Tsunami': una ola a 700 por hora
Llene usted su ba?era y trace una l¨ªnea en la superficie con un chorrito de tinta. Introduzca ahora en el centro de la ba?era, en el fondo, un desatascador, o una varilla con una peque?a l¨¢mina plana. Levante el desatascador o la varilla lentamente hasta sacarla del agua. Observar¨¢ peque?as ondulaciones que se propagan del centro de su ba?era hacia las paredes. Repita ahora la experiencia pero sacando el desatascador o la varilla lo m¨¢s r¨¢pido que sea capaz. La onda que generar¨¢ ahora en su ba?era probablemente rebosar¨¢ los bordes de la misma y parte del agua caer¨¢ sobre el suelo. Esto es un peque?o tsunami en su ba?era.
Ahora veamos lo que es un terremoto. Coja usted una l¨¢mina de pl¨¢stico duro de las que encuentre por su casa. D¨®blela o retu¨¦rzala. Cuando se rompa observe la fuerza o la energ¨ªa que se produce en la rotura.
La corteza de la Tierra es como una l¨¢mina de pl¨¢stico, sometida a tensiones enormes, y que de vez en cuando se rompe como una l¨¢mina r¨ªgida. Un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter, como el registrado el domingo pasado en Sumatra, libera equivalente a una bomba nuclear de 32.000 megatones, o 32.000 bombas como la Hiroshima.
Una peque?a parte de esa gigantesca energ¨ªa se invierte en oleaje en el mar. El oleaje se propaga muy deprisa, como la ra¨ªz cuadrada de la altura de la ola por la profundidad del mar -a unos 700 kil¨®metros por hora en el caso del Golfo de Bengala- en forma de una onda no muy alta, pero muy, muy ancha y larga, es decir, que entre un m¨¢ximo y un m¨ªnimo de la onda hay algunos cientos de kil¨®metros.
Cuando la onda se acerca a la costa, el agua avanza sobre ella como una marea muy grande y extendida, que avanza y avanza sobre la costa y sobre todo lo que hay tras de ella. La ola avanza y retrocede, avanza y retrocede, varias veces, generando corrientes que arrastran con ellas toda clase de escombros s¨®lidos que contribuyen al da?o que causa.
La superficie del mar es un medio el¨¢stico que soporta movimientos ondulatorios, como un cable tenso o una goma estirada. Cuando le comunicamos energ¨ªa, cuando el viento al soplar sobre la superficie genera diferencias de presi¨®n, y por tanto realiza trabajo sobre ella, en esa superficie se generan ondas que llamamos olas. El proceso es lento y las olas pueden llegar hasta 20 metros de altura en condiciones de mar de viento, pero no m¨¢s de un par de cientos de metros de longitud.
Sin embargo, cuando se genera un tsunami, la fractura de la superficie tensa del fondo marino produce una liberaci¨®n brusca de energ¨ªa hacia la superficie del mar. Es como si un hurac¨¢n tropical liberara toda su energ¨ªa en un par de segundos. Un tsunami son much¨ªsimas olas concentradas en una sola, que no es muy alta en el mar pero enormemente larga, de forma que, cuando llega a la costa, crece en altura e invade considerable distancia sobre tierra firme.
Hoy creemos los humanos que dominamos el mundo en que vivimos. Podemos volar, viajar kil¨®metros en el espacio. Sabemos de las part¨ªculas que hay dentro de los n¨²cleos de los ¨¢tomos, sabemos de las galaxias m¨¢s lejanas, creemos que conocemos el universo.
Pero aunque viajamos hasta el interior de esos n¨²cleos, no somos capaces de entrar dentro de nuestro propio planeta m¨¢s que una decena de kil¨®metros. No podemos predecir cuando y c¨®mo se producen las fracturas de su corteza. Desconocemos como predecir terremotos, tsunamis, huracanes. Somos grandes, pero somos muy peque?os frente a la naturaleza. Nos queda a¨²n mucho por aprender.
Antonio Ruiz de Elvira es catedr¨¢tico de F¨ªsica Aplicada de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares (Madrid).
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