Una operaci¨®n pol¨¦mica
La Real somete hoy a la asamblea una ampliaci¨®n de 16,5 millones controlada por el Consejo
?Ampliaci¨®n de capital? ?Reparto social? ?Dominio del club? ?Tiburones a la vista? La Real Sociedad someter¨¢ hoy a la aprobaci¨®n de su asamblea general una ampliaci¨®n de capital de 16,5 millones de euros que ha levantado todo tipo de sospechas en algunos entornos del club y que, sin embargo el actual Consejo de Administraci¨®n considera una socializaci¨®n de la entidad. La Real pretende alcanzar con ella un capital social de 30 millones, m¨¢s acordes al crecimiento de la sociedad, muy por encima de la actual composici¨®n econ¨®mica del club.
La operaci¨®n prevista, impecable desde el punto de vista legal, ha alimentado la pol¨¦mica por su estructuraci¨®n y por su volumen. Seg¨²n se desprende de la misma, la Real ha articulado tres fases de colocaci¨®n de las acciones, cuyo valor inicial es de 55 euros cada una. La primera, que se realizar¨¢ en febrero, est¨¢ reservada a los actuales accionistas y abonados. La segunda, de necesitarse, tratar¨ªa de colocar el paquete restante entre la masa presente del club. Y el problema llegar¨ªa con la tercera. Todo el papel no adquirido se abrir¨ªa a un mercado libre que, no obstante, tendr¨ªa numerus clausus. Y es que un organismo del Consejo seleccionar¨ªa la adjudicaci¨®n, seg¨²n su criterio, "para evitar la acumulaci¨®n de acciones", seg¨²n la versi¨®n oficial, "y preservar la atomizaci¨®n y la socializaci¨®n de la entidad" o para "acaparar, desde el propio Consejo, el mayor numero y obtener el control absoluto", seg¨²n otros sectores del entorno realista.
El mercado libre de acciones, si los socios no las cubren antes, lo gestionar¨¢ una comisi¨®n de la directiva actual
Ignacio Gallo y Peio Gibelalde, los contrincantes derrotados por Jos¨¦ Luis Astiazaran en las ¨²ltimas elecciones presidenciales, aunque entre ambos lograron m¨¢s votos que el actual dirigente, han alertado sobre la posibilidad de que el acaparamiento de acciones se produzca precisamente por parte del actual Consejo. As¨ª, seg¨²n Gallo, "hay que tumbar la tercera fase porque es demasiado peligrosa". Gibelalde ha ido m¨¢s lejos y ha anunciado que la Real se halla ante "el ¨²ltimo tren" y que "despu¨¦s s¨®lo ser¨¢ refugio para los negocios particulares". Los dos coinciden en que, tras la ampliaci¨®n de capital planteada, "la Real ya no ser¨¢ la Real", seg¨²n han manifestado en un di¨¢logo publicado por El Diario Vasco.
Los ex candidatos consideran que la ampliaci¨®n de capital y el consiguiente adelanto de las elecciones, anunciado por Astiazaran, suponen un intento de control accionarial. Esta situaci¨®n estar¨ªa fundada en los ¨²ltimos acontecimientos producidos en las asambleas de accionistas, en las que la contestaci¨®n al Consejo ha estado por encima de lo esperado.
La discrepancia sobre el formato de la ampliaci¨®n de capital es notable. Desde el club se considera que la colocaci¨®n de las acciones es posible entre los propios abonados actuales, teniendo en cuenta que s¨®lo 7.007 son poseedores de acciones, lo que abre un mercado amplio de posibles accionistas. Desde la revista oficial se recuerda, en ese sentido, que en 1982, cuando por la Ley del Deporte se tuvo que constituir una sociedad an¨®nima deportiva, la respuesta de los entonces socios fue ejemplar: en cuatro meses se colocaron 65.750 t¨ªtulos. Pero, por el contrario, Gallo matiza que el entonces presidente, I?aki Alkiza, necesit¨® en realidad 14 meses para colocarlos. Hoy por hoy, eso significar¨ªa llegar a la controvertida tercera fase, en la que la discrecionalidad del actual Consejo determinar¨ªa a qui¨¦n s¨ª se le conceder¨ªan acciones y a qui¨¦n no, con todo lo que ello representa.
Desde que se conocieron las condiciones de la ampliaci¨®n de capital se han desatado todo tipo de especulaciones. La posibilidad de operaciones financieras de gran calado, de presencia de tiburones inesperados o de acaparamiento por parte del Consejo han flotado en el ambiente. Sin embargo, el Consejo insiste en que su ¨²nico inter¨¦s es la socializaci¨®n del club y que el numerus clausus, de llegarse a la tercera fase, ser¨ªa simplemente una cautela para impedir que alguien se apropiara de la Real.
Ciertamente, la ampliaci¨®n se justifica en el sentido de que la Real ha crecido de manera desproporcionada respecto al capital actual. Los proyecto de Gipuzkoarena, Zubieta XXI y el incremento del coste de la plantilla podr¨ªan explicar que se ajuste la potencia econ¨®mica de la entidad a la realidad deportiva del club. Tampoco es ajeno a ese marco el d¨¦ficit estructural de la Real, tan s¨®lo aliviado por la venta de Xabi Alonso al Liverpool (13 millones de euros), pero que apenas excede a la condici¨®n de una operaci¨®n coyuntural.
El debate est¨¢ en los n¨²meros y en las intenciones. La primera respuesta la dar¨¢n los abonados. Si las dos primeras fases de la colocaci¨®n de las acciones fracasaran, habr¨ªa que escrutar con lupa la adjudicaci¨®n de los t¨ªtulos en el libre mercado, tutelada por los actuales mandatarios.
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